Como abogada, tenía un trabajo muy bien pagado, pero no me gustaba lo que hacía y aunque llevaba algún tiempo pensando en crear algo, fue un grave accidente de tráfico, que sufrió mi prometido, lo que me hizo darme cuenta que la vida es demasiado corta como para trabajar en el algo que no te gusta”, confiesa Amy Richards, que abrió su tienda de accesorios para mujeres a mediados de 2010.