x
Contenidos exclusivos, revista física
y muchas más ventajas

Muñecos-robots para los más peques

Hace unos años revolucionó el mundo de las pistas de hielo sintético (cuando lanzó Xtraice) y ahora busca el mismo objetivo con su nuevo proyecto: Munaky.

21/02/2013  Redacción EmprendedoresIdeas de negocio

Hace algo más de un año, Paco Ortiz vio en una feria de negocios estadounidense unos peluches de fabricación china, en los que se podían montar los niños junto a un adulto, y en su cabeza vislumbró una oportunidad. Se imaginó lo que podría hacer con 30 peluches en un centro comercial y alquilarlos para que los niños pasearan subidos encima. Llamó a los chinos y les compró 30. Cuando los recibió en España, “vimos que además de los muñecos nos habían enviado un par de cajas más, que ni habíamos pedido ni tampoco pagado. Les llamé para devolvérselas. Me dijeron que era un regalo. Cuando abrimos las cajas, había repuestos. A los dos meses de usar los muñecos, comprobamos para qué servían las piezas que nos habían regalado: se estropeaban con mucha facilidad”.

Empezar de cero
Ortiz analizó la situación: su negocio dependía de una empresa china y de unos repuestos que había que estar cambiando constantemente. “Además de las pocas garantías de seguridad que nos ofrecía el producto, porque se calentaba y la tela que los cubría desteñía”. Ortiz y su equipo se plantearon que, al ser un producto dirigido a los niños deberían ser exigentes con las medidas de seguridad e higiene. Y decidieron empezar de cero.

Primero cambiaron la estética de los peluches: “Se lo encargamos a un diseñador e ideamos la familia Munaky (padre, madre, hijo, hija y bebé)”. Luego cambiaron la tela que recubre el muñeco por otra que cumpliese todas las normas de seguridad e higiene de la Unión Europea. Y, por último, toda la tecnología. La Escuela de Ingenieros de la Universidad de Sevilla e Idener, spinoff de la Universidad, trabajaron duro durante un año “y transformamos el peluche chino en un robot de última generación con todas las garantías de seguridad”. Ortiz invirtió algo más de 190.000 euros y “hemos conseguido que el 98% de las piezas se fabriquen en España y, en breve, conseguiremos que toda la producción se haga en nuestro país. Vamos a fabricar a demanda en 45 días”. También va a franquiciar su negocio: canon de entrada de 12.500 euros que incluye la cesión –que no compra– de cinco Munakys, vallas, piezas, servicio de mantenimiento y un curso de capacitación; y un royalty mensual de 40 euros por cada Munaky.

www.munaky.com

Redacción Emprendedores