El margen de beneficio es uno de los indicadores más importantes para conocer si un negocio realmente está generando ganancias. El mismo aporta información para entender la rentabilidad de cada producto o servicio, lo cual permite tomar mejores decisiones sobre los mismos.
Al hablar de gestión de empresas, este cálculo puede ayudar a establecer metas financieras y detectar la poca eficiencia que afectan los ingresos. De igual forma, se considera una buena herramienta cuando piensas en nuevas ideas de negocio, ya que te permitirá validar si es algo sostenible.
Para conocer más del tema, te invitamos a seguir con nosotros a lo largo del artículo. El propósito es que tengas claro qué es el margen de beneficio y también sepas cómo calcularlo para tu negocio. Esto puede ser un gran paso para mejorar tu rentabilidad.
¿Qué es el margen de beneficio?
Es el porcentaje de ganancia que obtiene una empresa al hacer ventas. Con esto se logra medir qué cantidad de dinero entra como ingreso real y se convierte en ganancia. Se determina cuando se han cubierto los costes de producción o adquisición del producto o servicio.
Por otro lado, el margen se puede calcular para producto o de forma global. Se utiliza como referencia si deseas saber qué tan rentable es tu actividad económica.
¿Cuál es la fórmula del margen de beneficio?
La fórmula para calcularlo es:
Margen de beneficio (%) = [(Beneficio neto) / (Ingresos totales)] × 100
- Beneficio neto: Es lo que queda al restar todos los costes a los ingresos.
- Ingresos totales: Es el valor total de las ventas o facturación.
Nota: El cálculo se puede adaptar si deseas obtener el margen bruto o margen operativo. Todo depende del nivel que busques.
¿Cómo calcular el margen de beneficio?
Para calcularlo hay que tener claro el beneficio que se obtuvo y los ingresos generados en cierto periodo. Vamos a suponer que un negocio factura 10.000 € al mes y, una vez que descontaron sus costes, se obtuvieron 2.000 € de ganancia.
Aquí vamos a aplicar la fórmula que mencionamos antes: Margen de beneficio = (2.000 €/10.000 €) × 100 = 20%
Aquí las conclusiones son que, por cada euro facturado, la empresa obtuvo 20 céntimos de ganancia neta.
¿Por qué es importante calcular el margen de beneficio?
A esta altura te puedes imaginar su importancia, pero para dejarlo claro, te permite responder las siguientes preguntas sobre tu negocio:
- ¿Es rentable el producto o servicio que ofrezco?
- ¿Estoy fijando bien mis precios?
- ¿Cuánto puedo invertir sin poner en riesgo mis ganancias?
- ¿Puedo hacer descuentos o promociones sin poner en riesgo mi negocio?
¿Qué margen de beneficio se debe establecer?
Este varía según el sector, el tipo de producto, el volumen de ventas y el modelo de negocio. Por ejemplo:
- En comercio minorista, los márgenes suelen ser más bajos pero compensados por el volumen.
- En servicios especializados o productos exclusivos, los márgenes pueden superar el 40%.
- Si son productos con mucha competencia, los márgenes del 10% o 15% suelen ser aceptables.
Por ello se recomienda conocer bien los márgenes promedio de cada sector. Se deben analizar los propios costes y establecer un umbral mínimo que permita tener sostenibilidad.
¿Es recomendable maximizar el margen de beneficio?
Maximizarlo puede ser positivo, siempre que no afecte la calidad del producto ni genere una caída en las ventas por precios demasiado altos. A veces, reducir costes operativos o mejorar la eficiencia puede aumentar el margen sin modificar precios.
Sin embargo, también es importante equilibrar este margen con el valor que percibe el cliente. Un margen alto no sirve de nada si el producto deja de ser competitivo o pierde demanda.
En conclusión, si se recomienda optimizar el margen, pero sin sacrificar la propuesta de valor ni la fidelización de tu clientela.
Consejos para mejorar el margen de beneficio
- Revisa tu estructura de costos: Evalúa aspectos como proveedores, materia prima y gastos fijos. Debes buscar formas de reducir sin perder calidad.
- Aumenta el valor percibido: Mejora la presentación, el servicio al cliente o incluye beneficios extra que justifiquen un precio superior.
- Optimiza procesos internos: Automatiza tareas, reduce tiempos improductivos y mejora la eficiencia del equipo.
- Segmenta tus productos: Identifica los productos más rentables y poténcialos con estrategias de promoción específicas.
- Evita descuentos excesivos: Promociones puntuales sí, pero no conviertas los descuentos en la norma, o reducirás tu rentabilidad sin darte cuenta.