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Juan Luis Arsuaga: “La competencia es la esencia de la evolución”

Codirector de las excavaciones de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga es toda una eminencia en el estudio de la evolución humana y en Emprendedores hemos querido premiar su trayectoria

Juan Luis Arsuaga: “La competencia es la esencia de la evolución”
Juan Luis Arsuaga [fotos: Óscar Rivilla].

¿Es el ser humano emprendedor por naturaleza? ¿La ambición es consustancial a la persona? ¿Es la pyme una relación tribal? ¿Qué hay en las empresas actuales que proceden del paleolítico?

¿Qué nos diría un ser del paleolítico a los sapiens actuales? ¿De qué manera influirá la IA en la evolución de la especie humana? 

Para resolver estas y otras cuestiones hemos acudido a quien probablemente sea la persona que más conoce sobre la evolución humana en nuestro país: Juan Luis Arsuaga.

Una trayectoria espectacular

Director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, codirector de las excavaciones de Atapuerca y vicepresidente vitalicio de la Fundación Atapuerca, Arsuaga es también catedrático de Paleontología por la Universidad Complutense de Madrid y colabora con el departamento de Antropología del University College of London. 

Además, Arsuaga forma parte de la National Academy of Sciences de los Estados Unidos, de la Real Academia de Doctores de España, del Museo del Hombre de París, de la Asociación Internacional para el Estudio de la Paleontología Humana y es vicepresidente de la comisión de Paleontología Humana y Paleontología de la INQUA (International Union for Quaternary Research).

Y entre los muchos galardones que ha recibido a lo largo de su trayectoria, Arsuaga se encuentra el Premio Príncipe de Asturias en 1997, y también este año el Premio a la Trayectoria Profesional, en la XXI de los Premios Emprendedores.

Con una trayectoria así, no es de extrañar que en Emprendedores hayamos querido hablar con Arsuaga sobre el papel de la evolución en el ecosistema emprendedor actual y la primera pregunta es una de las más debatidas entre los expertos en creación de empresas.

“Todos tenemos espíritu explorador”

Juan Luis Arsuaga

¿El emprendedor nace o se hace?

EMPRENDEDORES: Desde el punto de vista antropológico, el emprendedor nace o se hace. O dicho de otro modo, ¿el ser humano es emprendedor por naturaleza?

Juan Luis Arsuaga: Depende de lo que entendamos por emprendedor. De alguna manera, sí. Yo siempre digo que todos tenemos la pulsión de ver lo que hay al otro lado de la montaña.

Somos nómadas, exploradores, investigadores y nadie, si vive en el valle, puede resistir la tentación de subir la montaña y ver lo que hay al otro lado, más allá. En ese sentido, todos tenemos espíritu explorador por lo menos.

EMP: ¿Qué cosas de la empresa actual vienen del Paleolítico?

J.L.A.: Los seres humanos vienen del paleolítico. Es decir, lo que está en Shakespeare está en nosotros; lo que está en El quijote también; lo que aparece en las tragedias griegas está en cualquier lugar, en cualquier debate, en cualquier relación.

Es decir, no se ve nada que no haya pasado ya. Lo que no cambia en la empresa actual es el material de la que está hecha, que es el ser humano.

Relaciones tribales en la empresa

EMP: Desde el punto de vista de las relaciones de poder, ¿una pyme podría parecerse a una tribu?

J.L.A.: Una empresa podría parecerse a una tribu. Ese es uno de los modelos de empresa. Podríamos decir que es el modelo japonés tópico de trabajadores samurai y su shogun correspondiente en el sentido de identificación con la empresa: los trabajadores lo dan todo por la empresa y la empresa les protege.

Hay otro modelo que es el del mercenario, en el mejor sentido de la palabra: la persona que contrata su talento o su equipo y jura bandera y recibe un premio mientras dure su contrato. Hay muchos modelos.

EMP: En alguna ocasión has hablado también de que las cooperativas son, por un lado, un modelo ancestral y, por otro, las empresas del futuro…

J.L.A.: Las cooperativas lo que tienen de diferencial es que la propiedad es compartida. Es una especie de comunalismo. Esta es una de las grandes cuestiones: si las sociedades preneolíticas, antes de que tuvieran excedentes, tenían un modelo de propiedad comunal o no.

Ese es un modelo de clan en el que los bienes pertenecen al clan, más que a la tribu. Es el modelo escocés, todo pertenece al clan McGregor y hay un jefe al que te unes más por adhesión que por otra cosa. Y esto todavía existe.

De hecho, en el mundo rural en el norte hay mucho monte comunal en los pueblos. En el mundo de la empresa capitalista uno de los modelos de empresa es el de clan, al que se podría parecer la cooperativa. Y luego también hay muchos parientes. Y de hecho hay muchas cooperativas que se forman con parientes.

Juan Luis Arsuaga: “La competencia es la esencia de la evolución”

“Si no se compitiera, a nivel tecnológico no habría evolución, no habría avances”

Juan Luis Arsuaga

El modelo startup

EMP: ¿Qué modelo sería una startup?

J.L.A.: Una startup normalmente está formada por jóvenes. Así que de alguna manera sería como la fase de dispersión que tienen los animales. Los animales se crían en el seno familiar y luego se van y buscan otros territorios. Y eso sería una startup.

Porque no suelen ser creadas por gente de 70 años sino por gente joven y tienen ese dinamismo y esa gracia. Está en la fase de expansión, pero también hay mucha mortalidad. En cualquier nidada si una pareja saca 5 pollos esos pollos se tienen que ir fuera porque ese espacio ya está ocupado por sus padres.

Y fuera puedes encontrar un ambiente muy agradable o morir en el intento. Hay mucha mortalidad en esta fase de dispersión, que es lo mismo que les pasa a las startups.

EMP: En alguna ocasión has comentado lo importante que es cooperar para competir. ¿Las empresas deben cooperar o deben competir?

J.L.A. Las empresas forman parte del mercado, el mercado es el ecosistema y ahí ocupan nichos diferentes y se reparten el pastel. No debemos ser ingenuos. No creo que las empresas cooperen, sino que compiten. Lo que pasa es que hay intereses comunes sectoriales en los que pueden ponerse de acuerdo.

Pero la esencia de la empresa es la competencia y no veo nada malo en ello. Es decir, la competencia es también la esencia de la evolución y si se quiere una mejora tecnológica se compite. Si no se compitiera, a nivel tecnológico no habría evolución, no habría avances.

De manera que no creo que haya que escandalizarse porque las empresas compitan. Es como si nos sorprendiese que en un ecosistema no cooperen los leones con las cebras.

La ambición humana

EMP: Analicemos un poco la evolución desde el punto de vista más individual. ¿La ambición es consustancial al ser humano? 

J.L.A.: No creo que la ambición sea lo que mueve al empresario. Yo creo que lo que es consustancial al ser humano es la capacidad de proyectar, de buscar retos, desafíos. Eso es lo que nos mueve.

Una vida sin retos es muy aburrida, es una vida senil. Lo buscamos en la vida particular de cada uno cuando te propones una meta. Lo que es consustancial, lo que da sentido a nuestra vida son los retos.

EMP: ¿Y el concepto del éxito? Los emprendedores parece que nunca se sienten satisfechos con los logros obtenidos…

J.L.A.: Claro, porque necesitan nuevos retos constantemente. Los seres humanos necesitamos retos. Pueden ser económicos, personales, aficiones, pero todos necesitamos retos.

Está en la esencia del ser humano tener sueños, porque los retos son sueños y los sueños son algo que te has propuesto conseguir.

EMP: ¿La supervivencia es un reto?

J.L.A.: Estar vivo es el mayor reto. Pero, aparte de eso, siempre hay un margen para ser creativo, para querer avanzar. Si no, no habría habido evolución tecnológica.

El ser humano fue perfeccionando su tecnología lítica, luego vinieron los metales y eso fue porque siempre ha habido un afán por superar, por mejorar.

Emprendimiento con propósito

EMP: Ahora hay una corriente muy importante hacia el emprendimiento con propósito, en el que los emprendedores esgrimen como principal objetivo de su proyecto el querer mejorar el mundo.  

J.L.A.: No sé si eso es cierto. En principio, no lo demos por hecho y esperemos a que nos lo demuestren. Hay que ver en cada caso cuánto hay de publicidad, de máscara, de imagen y cuánto hay de verdad, de sentimiento.

Nos corresponde a los consumidores decidir si lo que nos cuentan es un anuncio, es mentira o si realmente se lo han propuesto. Tenemos la capacidad de juzgar si nos están contando una milonga, si es un lavado de imagen o si verdaderamente tenemos las pruebas de que eso es así. No porque me lo digan me lo tengo que creer. Sé que existe la fórmula de emprendimiento con propósito, pero prefiero que me lo demuestren.

Los ricos siempre han buscado que, además de hacerse ricos, les estemos agradecidos. Eso es tan viejo como el ser humano. Eso se hacía antiguamente fundamentalmente a través de las obras de caridad, pero no era más que un lavado de imagen. Los ricos han dado limosnas toda la vida, desde los emperadores romanos e incluso antes. Pero no por eso abandonan el poder económico ni político.

Por eso digo que nosotros los consumidores tenemos capacidad de juicio para saber si es realmente filantropía o sólo reducción de impuestos, si es verdad o sólo propaganda. Recordemos lo que dice el Evangelio cuando se le acercó un joven a Jesús para preguntarle qué tenía que hacer para poder seguirle y Jesús le dijo que ser bueno, al contestarle que ya lo era, le dijo entonces vende tus riquezas, repártelas entre los pobres y sígueme. El día que veamos eso nos lo creeremos.

Impacto y sostenibilidad

Y eso vale tanto para los compromisos sociales como para la sostenibilidad, que también se ha utilizado como argumento. Nunca vemos los porcentajes reales que se dedican a esos fines y lo que representan en la economía de la empresa. 

En fin, no hemos nacido ayer y preferimos que nos demuestren con hechos esos propósitos a que sea una fórmula para disfrazar lo que no es otra cosa que el ánimo de lucro. Yo, al revés, soy más partidario de la confesión honesta de que uno hace la empresa con ánimo de lucro.

Me conformo con que paguen unos impuestos justos. La filantropía si existe es bienvenida, pero con que paguen los impuestos que pagamos todos los ciudadanos ya tendríamos bastante.

Juan Luis Arsuaga: “La competencia es la esencia de la evolución”

“Con un mal patrón puedes naufragar, pero sin ningún patrón naufragas seguro”

Juan Luis Arsuaga

El jefe: líder vs. amo

EMP: Hablemos de la figura del jefe, ¿ha existido toda la vida?

J.L.A.: No la del líder. Antes había el líder y luego se pasó al amo. Hay una gran diferencia entre el líder y el amo.

A partir de una época en la humanidad, sobre todo con la agricultura y ganadería, se puede acumular. Alguien puede tener 100 vacas o un granero o por qué no 100 mujeres. Y a estos les llamaría amos, élites económicas y extractivas. Pero ese es un modelo que convive con otros.

Antes hemos hablado de modelos comunales, tribales, clanes, pero luego hay modelos de equilibrio de poderes, de impuestos. Hay fórmulas para buscar un reparto equitativo de la riqueza.

Liderazgo hay en el mundo de la empresa más capitalista porque siempre tiene que haber alguien que tome las decisiones. Yo conozco un poco el mundo de los barcos y siempre digo que es mejor un mal patrón que ningún patrón. Con un mal patrón puedes naufragar, pero sin ningún patrón naufragas seguro.

Es decir, alguien tiene que tomar las decisiones, a ser posible aconsejado. Y esas personas son objeto de fichajes, son valoradas. Cuando una gran empresa contrata a alguien, es porque esperan que la empresa vaya mejor. El talento cuenta y cuenta mucho.

Creador de conceptos

EMP: ¿Y es el mismo tipo de líder el que dirige una empresa que el que la crea?

J.L.A.: El que crea empresa tiene todos mis respetos. Ojalá tuviésemos más empresarios. Yo estoy a favor de la empresa de todo tipo, entendiéndola como todo tipo de iniciativas. Necesitamos líderes en las universidades, en la educación, en la empresa. Gente que cree los conceptos.

Para que una empresa funcione debe haber gente con talento tanto en la propiedad como en la gestión o en el trabajo. Sin esfuerzo, que es la otra cara del talento, no se va a ninguna parte.

Y los emprendedores tienen toda mi admiración por ser capaces de levantar una empresa. Y no necesito que me digan que lo hacen por un bien social. Les tengo mucha admiración sólo por haber arriesgado, por haber creado conceptos y haberlos puesto en marcha y si, además, pagan sus impuestos estoy encantado.

El líder ¿autoritario?

EMP: En los últimos años hemos visto una evolución del líder autoritario a un líder más horizontal…

J.L.A.: Creo que en las empresas está muy claro quién manda. Estaba ese famoso chiste en el que el jefe de la empresa le dice al becario “me llamo José Luis, para mis amigos Pepe y para ti Don José Luis”. Esas ingenuidades no son reales.

Hay una jerarquía inevitable y no me parece mal que la haya. Igual que en el barco hay un patrón. Otra cosa es que el marinero si estudia, si se esfuerza, puede llegar a ser patrón, pero un barco no es una asamblea, hay un patrón que ha estudiado y tiene la experiencia.

No se trata de demonizar la jerarquía, sino de preocuparse porque se pueda ascender en ella, el famoso ascensor. No se trata de que cualquier sastre pueda decidir cuál es la moda que se va a llevar en la calle, pero sí que cualquier sastre si se prepara pueda llegar a ser Armani.

Creo más en la igualdad de oportunidades, que, por cierto, pienso que está en peligro, al igual que ese ascensor social. Pero creo más en esa igualdad de oportunidades que en suprimir las jerarquías, porque al final la experiencia, el conocimiento, los estudios y el esfuerzo tiene un valor.

Nine to five

EMP: ¿Y eso es igual para la mujer que a lo largo de la historia ha vivido muchas injusticias?

J.L.A.: Todo lo que hemos hablado hasta ahora no tiene género. Históricamente, sí que ha habido muchas injusticias hacia la mujer, hacia los niños. Lo que pasa es que las injusticias hacia las mujeres son más graves porque afectan a la mitad de la población.

Pero eso espero que pertenezca al pasado y cada vez más. Pero sí haría una matización y es que, aunque no lo practico, soy partidario del nine to five. Hay que dejar el trabajo a las 5 porque, si no, favoreces a los hombres y perjudicas a las mujeres.

Juan Luis Arsuaga: “La competencia es la esencia de la evolución”
Juan Luis Arsuaga y Alejandro Vesga, director de Emprendedores.

“Todos los cambios los incorporamos sin darnos cuenta porque el ser humano tiene una gran plasticidad y una capacidad enorme de adaptación”

Juan Luis Arsuaga

Del ‘buenismo’ a la mala gente

EMP: Hemos pasado del ‘buenismo’ imperante a una época en la que parece que, como comentan algunos, se está poniendo de moda la mala gente

J.L.A.: Hay cambios importantes en el mundo laboral porque hay muchos trabajos  que cada vez más los van a hacer las máquinas. Pero hoy estaba leyendo un libro sobre un movimiento que hubo en la revolución industrial que estaba en contra de las máquinas porque eliminaban muchos puestos de trabajo. Y hacían una guerrilla porque consideraban que su enemigo eran las máquinas.

Y ese debate vuelve a estar de realidad. Las máquinas han hecho desaparecer trabajos penosos. Y ahora van a hacer desaparecer los trabajos monótonos, aburridos. De manera que queden los trabajos más humanos. Y eso cambia muchas cosas, muchos liderazgos. Pero esto va por rachas.

Hubo una época en la que se hablaba de los tiburones, los lobos de Wall Street de que había que ser despiadado y luego hubo otra época en la que imperaba el ‘buenismo’. Va por modas, no me creo ni lo uno ni lo otro.

Y la inteligencia artificial, ¿qué?

EMP: Hablando del debate sobre las máquinas que sustituyen a humanos, ¿qué impacto puede tener la IA y esta revolución tecnológica que estamos viviendo en el ser humano?

J.L.A.: Espero que llegue el tiempo, a no mucho tardar, en que nadie me haga esa pregunta. Hoy día nadie me pregunta qué me parece que desaparezcan las sucursales bancarias y los cajeros y que cada vez más gente pague sólo con tarjeta.

Tampoco nadie me pregunta qué me parece que las tarjetas de embarque dejen de ser físicas ni qué va a pasar cuando desaparezcan las cabinas telefónicas. Nadie me pregunta qué va a pasar cuando un navegador te guíe hasta donde tienes que ir. O qué va a pasar con los coches eléctricos. Nadie me lo pregunta, porque ha pasado y no ha ocurrido nada.

¿El fin de los tópicos?

Entonces, creo en que no pasará mucho tiempo hasta que nadie pregunte qué va a pasar con la inteligencia artificial. Creo que es un tópico. Y cuando nos quedemos sin tópicos volverán a atacar las orcas a las embarcaciones. Yo creo que con este tópico va a pasar lo mismo que con los anteriores. 

Todos los cambios los vamos incorporando sin darnos cuenta porque el ser humano tiene una gran plasticidad y una capacidad enorme de adaptación.

Pongo el ejemplo de que mi abuelo se enteró por los periódicos del vuelo de los hermanos Wright en 1903, pero también vivió la llegada del hombre a la luna en 1969 y sólo tenía 69 años.

Es decir, en el transcurso de una parte de su vida vio nacer la primera máquina voladora y poco tiempo después que el hombre pueda llegar a la luna y pasó de moverse en tranvía a viajar en avión todas las semanas. Claro que hay cambios, pero más vertiginoso que los cambios que vivió mi abuelo…

Descenso de la población

Las cosas cambian constantemente. Y luego ha habido un cambio fundamental. Asia que era el continente más pobre de todos se ha convertido en una superpotencia.

Además, se ha producido una noticia inesperadísima y que no se ha valorado suficiente. La población mundial, excepto en África, está decreciendo. Y eso puede tener un impacto muy positivo en el planeta porque en lugar de explosión demográfica habrá reducción demográfica.

Antes nos sentíamos amenazados por la explosión demográfica, pensábamos que era el gran problema de la humanidad y ese problema se ha solucionado solo. Esa es la buena noticia con mayúsculas.

Y una última noticia: la esperanza de vida en lugares como Estados Unidos o Europa esta decreciendo porque de alguna manera el ser humano ha llegado a su límite.

¿Vivir en el Paleolítico?

EMP: Si pudieses escoger, ¿en qué época de la historia elegirías vivir?

J.L.A.: Si me diesen a elegir entre vivir en el Paleolítico o vivir en España antes del siglo XX, elegiría el Paleolítico. En el siglo XIX no, ni siquiera había más esperanza de vida que en el Paleolítico. La vida en general era bastante penosa y sus trabajos eran mucho más duros. Es decir, si tú me dices si prefiero vivir de la caza y la recolección o en la época industrial, diría que en el Paleolítico hasta el siglo XX.

Ahora, sin embargo, tenemos una calidad de vida muy superior al del Paleolítico. Hay que preguntarse si esta calidad de vida que tenemos es sostenible o es una burbuja.

Los problemas no desaparecen

Hay una realidad y es que nuestra sociedad no ha sido capaz de resolver sus problemas más esenciales. Uno de ellos es el de satisfacer una demanda tan biológica como es la de irte de casa. La vivienda es un producto de primera necesidad y es un problema que no está en vías de solución.

Me pregunto si esos emprendedores con propósito han encontrado la manera de resolverlo o si están hablando de lo que los ingleses llaman charity.

EMP: ¿Qué le diría un hombre del Paleolítico al hombre actual?

J.L.A.: Pues creo que le diría aquello tan manido, pero tan importante, de que la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. Le preguntaría “pero ¿qué estáis haciendo?”. Y, sobre todo, “ esto que estáis haciendo, ¿para qué!”.

Yo te puedo contestar algunos para qués. Es decir, si yo fuera el hombre moderno le diría al paleolítico, ¿cuántos de tus hijos murieron antes de los 5 años? Y el hombre paleolítico diría la mitad y entonces el hombre moderno diría: ves, pues nosotros hemos creado una tecnología que hace que los niños no mueran. Eso está bien.

¿Cuánta gente muere de hambre en tu tribu? El paleolítico diría “en invierno, la mitad”. Pues nosotros hemos creado una sociedad en la que la gente ya no se muere de hambre. Hay que saber contestar esos para qué y entender, por supuesto, que el precio que estamos pagando para conseguir eso igual no compensa o no nos lo podemos permitir.

Su entrevista en vídeo

Puedes ver a continuación la entrevista completa a Juan Luis Arsuaga, Premio a la Trayectoria Profesional en los XXI Premios Emprendedores:

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