Marketing experiencial: ¿Cómo sacar provecho del brand experience en tu pyme?
El marketing experiencial no es sólo para grandes empresas. Una estrategia de brand experience también puede ayudar a las pymes a mejorar la relación con sus clientes

Ser reconocidas y conectar con su público objetivo. Éstas son dos de las prioridades de cualquier marca. Esto se puede conseguir de muchas formas, pero el marketing experiencial es una de las más eficaces.
“El brand experience consiste en transformar la relación entre una marca y las personas mediante experiencias memorables que combinan estrategia, creatividad, emoción y una ejecución impecable. Hoy, una marca no se define sólo por sus productos o su comunicación, sino por los momentos que es capaz de generar y por la forma en la que esos momentos impactan en la percepción, el comportamiento y la fidelidad del consumidor”, explica Cecilia Bobo, head of Live and Positive Impact de Experientia.
“El marketing experiencial es una palanca estratégica porque permite materializar lo que una marca es, activar su propósito, construir cultura de marca y generar un impacto que perdura mucho más que un mensaje publicitario. Desde un evento o una activación urbana hasta un espacio inmersivo o una experiencia digital personalizada, el brand experience convierte la estrategia de marca en algo que se vive, no sólo que se comunica”, añade.
Beneficios del marketing experiencial
Bobo señala que el marketing experiencial nos aporta beneficios que inciden en la construcción de marca, el crecimiento del negocio y la generación de comunidad.
Además, incrementa el recuerdo, impulsa el engagement, convierte clientes en prescriptores y genera contenido orgánico de alto valor. “En un entorno saturado, la experiencia se ha convertido en un motor de diferenciación porque crea vínculos reales y memorables entre las marcas y las personas”.
Pero se detiene particularmente en un aspecto. “Permite algo diferencial: vincular emoción con medición, traduciendo una experiencia en indicadores concretos de negocio: tráfico, leads, conversión, ventas, data de primera mano, tiempo de permanencia, fidelización, etc.”, desgrana.
También para pymes
Aunque podamos pensar que una estrategia de brand experience es sólo para grandes empresas, lo cierto es que las pymes también pueden aprovechar las ventajas del marketing experiencial.
“Las pymes pueden aprovecharlo incluso mejor que las grandes porque conocen profundamente a su comunidad y tienen una relación más directa con ella. No necesitan grandes presupuestos, sino una buena idea alineada con su identidad, coherencia y una ejecución impecable”, afirma la experta de Experientia.
“Una experiencia bien diseñada les permite competir en un terreno donde lo que importa no es el tamaño, sino la relevancia. Activar el barrio, transformar un espacio cotidiano, trabajar con creadores locales o convertir su propio proceso en una vivencia puede generar un impacto enorme en notoriedad, tráfico, fidelización y comunidad”, añade.
¿Cómo aprovechar el brand experience?
Bobo explica que las pymes pueden explotarlo de muchas formas. Por ejemplo, activaciones en tienda, acciones en la calle, talleres participativos, colaboraciones con creadores locales, pop-ups, etc. “La clave es construir experiencias que respondan a su identidad y a aquello que les hace únicas”, comenta.
Hace hincapié en que “una pyme no necesita replicar lo que hace una multinacional”, sino que “puede ser relevante desde su escala, entendiendo su cultura, su comunidad y su propósito”.
Y recuerda que la pyme puede desplegar su estrategia de brand experience de forma progresiva, “empezando con pequeños formatos que generen impacto real y que puedan escalar con el tiempo”.
De hecho, recomienda “empezar por experiencias pequeñas, pero bien planteadas, capaces de generar impacto y aprendizaje”.
Otro de sus consejos es que definas con claridad tu propósito. Es decir, que concretes qué quiere aportar tu pyme a su comunidad y por qué eso importa.
También pone el acento en la importancia de medir el impacto, “incluso con indicadores básicos, para evolucionar con criterio”.
Finalmente, aconseja apostar por colaboraciones locales. “Cuando una pyme se une a creadores, colectivos o negocios de su entorno, el impacto se multiplica y se construye una cultura compartida alrededor de la marca”, expone.
Algunos ejemplos
La responsable de Experientia propone algunas ideas. Por ejemplo, una librería puede decide organizar encuentros con autores locales y pequeños talleres de encuadernación o crítica literaria.
“Su comunidad de clientes se vuelca con ello, y al mismo tiempo se expande, abriéndose a nuevas personas interesadas en estas acciones. Los días de evento, el tráfico en tienda se dispara y el contenido generado por los propios visitantes multiplica la visibilidad de la librería más allá del barrio. Ese es un ejemplo perfecto de cómo una pyme, con un presupuesto reducido, puede crear una experiencia memorable que genera vinculación real”, desgrana.
Otros ejemplos podrían ser una joyería que invite a sus clientes a participar en el proceso de diseño de una pieza o a una cafetería que cada mes ceda una mesa a productores locales de café que comparten el origen y el valor de su producción.
“En ambos casos, la experiencia transforma un lugar común en un espacio donde pasan cosas y donde el cliente se siente parte de algo más grande que una simple compra”, afirma.
Otra propuesta podría ser una marca de moda que abra un showroom de solo unas horas o pocos días y donde cada prenda puede personalizarse en directo. “Logra convertir un acto de consumo en un recuerdo relevante para el consumidor”, apunta.
Vivencias tangibles
“En todos estos escenarios, la constante es la misma: cuando una pyme pone en valor su identidad, su historia, su oficio o su relación con la comunidad y lo convierte en una vivencia tangible, está construyendo brand experience en su sentido más puro”, subraya.
“No se necesitan grandes presupuestos ni infraestructuras espectaculares, sino autenticidad, coherencia y la convicción de que una buena experiencia, por pequeña que sea, tiene un impacto enorme en cómo una marca crece y en cómo una audiencia se vincula a ella. Lo importante es entender que las pymes no necesitan replicar el modelo de las grandes marcas para hacer buen brand experience”, concluye.
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