ADDiVAL y la nueva era de la fabricación aditiva industrial
La empresa desarrolla su actividad desde DFactory Barcelona, el hub de industria 4.0 impulsado por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona que reúne tecnología, talento y proyectos de vanguardia.
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La fabricación aditiva industrial —más conocida como impresión 3D— se ha consolidado como una herramienta real para producir piezas metálicas y de polímeros con un nivel de calidad y prestaciones que hasta hace pocos años era difícil imaginar. Hoy, lejos de ser un recurso en fase de pruebas, es un proceso capaz de ofrecer componentes listos para su uso final, con tiempos de máquina más cortos, una gama creciente de materiales y menos necesidad de postprocesados.
Como explica Adrián de la Torre, general manager de ADDiVAL, “por decirlo de alguna manera, la evolución ha sido ver cómo la tecnología ha llegado a un punto en el que ya no es experimental: es una herramienta industrial real, fiable y competitiva”.
En este escenario, ADDiVAL se ha especializado en la fabricación aditiva industrial de piezas metálicas y de polímeros con refuerzo de fibra. Ofrece soluciones de diseño y producción mediante tecnologías avanzadas de impresión 3D para obtener componentes de alta calidad y resistencia, tanto en metal como en polímero con refuerzo de fibra.
Su labor abarca desde la detección de áreas de mejora en la cadena de valor hasta la aplicación de soluciones innovadoras que optimizan procesos y reducen drásticamente los tiempos de desarrollo.

Un origen ligado a la automoción
ADDiVAL nació dentro de una empresa del sector automoción, donde detectaron una necesidad interna muy concreta: disponer de nuevas soluciones para deformación en frío, utillajes y preseries que permitieran reducir los tiempos de entrega y los costes de fabricación.
En aquel contexto, el uso de tecnologías aditivas empezó a generar un conocimiento propio que pronto mostró un potencial claro más allá de la fábrica donde se originó.
Así lo recuerda De la Torre: “Ese conocimiento que estábamos generando no solo encajaba perfectamente en nuestra propia producción, sino que también podía aplicarse en muchas otras empresas que tienen las mismas exigencias que nosotros: precisión, calidad y plazos ajustados. A partir de ahí surge ADDiVAL”.
Esa evolución, unida al avance imparable de la fabricación aditiva, impulsó la creación de una empresa independiente preparada para dar servicio a múltiples sectores industriales.
Diseño y producción: una combinación esencial
ADDiVAL no solo fabrican piezas, también las diseñan. De hecho, en esta doble capacidad reside su valor diferencial. “Entendemos a fondo las necesidades de nuestros clientes. No somos expertos en sus campos, pero los conocemos y aportamos un conocimiento muy sólido de cara a darles soluciones con el uso de la fabricación aditiva”, señala el general manager.
Trabajan con múltiples tecnologías, pero se diferencian especialmente por los material que emplean, tanto metálicos como poliméricos. Así, utilizan la tecnología LPBF de Renishaw para metales como acero 316L, acero martensítico, titanio o aluminio, un proceso basado en capas de polvo soldadas mediante láser. Para piezas de cobre recurren a MFFF de Markforged, que combina extrusión y sinterizado. Y en polímeros como nylon con carga de carbono usan una máquina FDM, también de Markforged, que permite reforzar con fibras continuas, sean de vidrio o de carbono. El resultado son piezas muy ligeras con propiedades mecánicas similares a las del aluminio.
Esta combinación de conocimientos en diseño, materiales y procesos abre la puerta a geometrías complejas, integración de funciones y optimizaciones prácticamente imposibles de alcanzar mediante métodos tradicionales.

Clientes que buscan soluciones avanzadas
Las empresas que acuden a ADDiVAL suelen necesitar componentes muy complejos o series cortas en sectores donde la exigencia técnica es especialmente elevada. El mercado ferroviario, la aeronáutica, la automoción, la industrial del molde o el ámbito médico recurren a ellos para mejorar la disipación de calor, reducir peso, optimizar tiempos de proceso o integrar varias funciones en una única pieza.
Como resume el responsable de la compañía: “Al final, lo que nos piden son soluciones que combinen diseño y fabricación avanzada para obtener componentes que serían muy difíciles o, directamente, imposibles de producir por vías convencionales, sea por una cuestión de plazos o por una cuestión técnica”.
Una herramienta que transforma la cadena de valor
La fabricación aditiva destaca especialmente porque acorta los tiempos de desarrollo, hasta el punto de que permite iterar diseños en días en lugar de semanas y validar prototipos funcionales antes de invertir en moldes o utillajes caros. Esa capacidad acelera la toma de decisiones, lo que supone una ventaja significativa para cualquier empresa industrial.
En producción, al no requerir herramientas específicas, permite fabricar prototipos, preseries o series cortas sin costes de puesta en marcha y sin mínimos obligatorios. Esta flexibilidad facilita a las empresas el lanzamiento más rápido de los productos o producir bajo demanda sin tener que asumir la pérdida de liquidez que provoca el stock. “Se puede decir que en cuanto a optimización de procesos, lo que ofrece la fabricación aditiva es reducción de tiempos, control y flexibilidad”, comenta Adrián de la Torre.

Así trabaja ADDiVAL: un proceso completo y riguroso
Sobre la metodología de trabajo que siguen en la empresa, De la Torre explica que combinan ingeniería, diseño y fabricación en un flujo continuo; “El proceso se resume en que analizamos, diseñamos, optimizamos, fabricamos y validamos”.
Todo comienza entendiendo la necesidad o el problema del cliente: qué función debe cumplir la pieza, en qué entorno va a trabajar, qué limitaciones hay y qué espera realmente el cliente (plazos, rendimiento, costes, etc.). Él mismo describe esta etapa como una “fase de escucha y análisis clave, ya que a veces encontramos que hay más intención de usar la fabricación aditiva que necesidad”.
A partir de ahí, llegan la ingeniería y el diseño. Revisan si el modelo a fabricar necesita rediseño, si pueden optimizarlo o si hay que diseñar la pieza desde cero. En este momento, proponen mejoras de geometría, reducción de material e integración de varias funcionalidades; también, posibles soluciones que resulten en mejoras de rendimiento, etc.; “Lo que haga falta para aprovechar al máximo la fabricación aditiva”.
Cuando el diseño está validado, pasan a la fase de producción. Aquí, todo empieza por la preparación de la pieza para impresión, definición de soportes, orientación y parámetros óptimos para el material y la aplicación. Una vez han impreso las piezas, realizan los postprocesados necesarios y los controles de calidad antes de la entrega final.

DFactory Barcelona: un ecosistema que impulsa la innovación
ADDiVAL desarrolla su actividad desde el DFactory Barcelona, el gran hub de industria 4.0 gestionado por el Consorci de la Zona Franca.
Según Adrián De la Torre, llegar allí fue una decisión estratégica: “Nos instalamos en el DFactory porque es, literalmente, el epicentro de la industria 4.0 en Barcelona. Estar aquí nos permite rodearnos de empresas y centros tecnológicos que trabajan en proyectos que asientan las bases de los productos del futuro. Ese entorno nos da acceso a sinergias como pueden ser colaboraciones, proyectos conjuntos, intercambio de conocimiento y contactos que aceleran mucho el desarrollo”.
La convivencia con laboratorios avanzados y otras compañías tecnológicas facilita la detección casi inmediata de oportunidades de colaboración. En este sentido, Adrián de la Torre menciona como ejemplo un proyecto nacional que están desarrollando junto a un centro tecnológico ubicado en el mismo edificio. “Aunque nuestros objetivos —el nuestro como empresa y el suyo como centro tecnológico— son distintos, aprovechamos su capacidad tecnológica y nuestro conocimiento en diseño y fabricación metálica para trabajar en el desarrollo de un proyecto innovador. Estar tan cerca hace que estas sinergias surjan de manera muy fluida y nos permite avanzar más rápido, validar ideas y explorar soluciones a tan solo un minuto de nuestros escritorios”.
“Nos instalamos en el DFactory Barcelona porque es, literalmente, el epicentro de la industria 4.0 en Barcelona”, Adrián de la Torre, general manager de ADDiVAL

Retos y visión a futuro
En el corto y medio plazo, la empresa quiere consolidar el trabajo que están haciendo y escalarlo, aumentar capacidad productiva, mejorar aún más sus procesos y seguir profundizando en proyectos donde el diseño avanzado y la fabricación aditiva realmente tengan un papel determinante.
Respecto al futuro del sector, Adrián De la Torre lo ve claro: “Yo diría que estamos entrando en una fase donde dejará de verse solo como una tecnología para prototipos y pasará a ser una herramienta totalmente integrada en producción. Cada vez veremos más piezas hechas mediante fabricación aditiva, más automatización en los procesos, más materiales especializados y, sobre todo, un enfoque mucho más orientado a ‘ser impreso’ desde el minuto cero. Las empresas que entiendan esto, no solo para hacer piezas diferentes, sino para repensar cómo se fabrican y optimizan productos completos, serán las que más ventaja saquen en los próximos años”, concluye.
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