La mayoría de los docentes suelen estar de acuerdo en una cosa: cada vez es más difícil captar y mantener la atención de los alumnos. Y éstos, a su vez, piensan que los profesores no se están adaptando a los tiempos y que no aprovechan las herramientas que ofrece la tecnología para hacer sus clases más dinámicas. Pues esto es precisamente lo que hace Wooclap: ofrecer una experiencia más interactiva gracias a la tecnología.
La idea surgió cuando los fundadores de esta startup, Sébastien Lebbe, ingeniero por la Universidad Politécnica de Madrid, y Jonathan Alzetta, coincidieron en las aulas de la Escuela Politécnica de Bruselas.
“Apasionados por la educación y la tecnología”, como ellos mismos se definen, percibieron las dificultades que tienen los profesores actualmente para que los alumnos sigan las clases y se involucren. Se dieron cuenta que ahí había mucho trabajo por hacer… y también una oportunidad de negocio.
Así que se pusieron a trabajar en ello, rodeándose de profesores, investigadores en neurociencia, ingenieros y tecnólogos del aprendizaje, con el objetivo de desarrollar herramientas que ayudasen a los docentes en el aula y mejorasen la calidad de la educación.
“Los estudios científicos demuestran que los métodos pasivos de enseñanza y aprendizaje no son muy eficaces. Queremos avanzar hacia un modelo de enseñanza activa, de la A a la Z. Para lograrlo, nos basamos en la neurociencia y también utilizaremos la inteligencia artificial”, afirma Lebbe.
¿Qué ofrece Wooclap?
Su propuesta se basa en ofrecer soluciones que permitan que las formaciones no sólo sean más interactivas, sino que contribuyan a transformar la experiencia de aprendizaje, haciéndola así más efectiva, tanto presencialmente como a distancia.
De este modo, Wooclap ayuda a dinamizar la clase, permitiendo la participación de los estudiantes durante la misma a través de interacciones en tiempo real, obteniendo así un feedback inmediato.
Esto se consigue a través de 21 tipos de preguntas interactivas: nube de palabras, encuesta, preguntas tipo test, etiquetar una imagen, rellenar los espacios vacíos, adivinar un número, buscar en la imagen, lluvia de ideas, etc.
Los participantes en la formación responden en unos segundos y los resultados se muestran en tiempo real, con lo que los profesores pueden saber al instante si los alumnos están comprendiendo sus explicaciones. Y si detectan lagunas, pueden reforzar inmediatamente esas áreas.
“Varios estudios realizados en diferentes universidades han demostrado que los procesos pedagógicos diseñados alrededor de Wooclap mejoran el aprendizaje de los estudiantes. Es el caso de recientes estudios llevados a cabo por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos, que confirman que hacer preguntas durante la clase mejora los resultados en los exámenes”, detalla Andrea Montoliu, directora del mercado español.
Según indica la compañía, más de 50 millones de usuarios se están beneficiando ya de una pedagogía más interactiva gracias a su herramienta. Entre las instituciones de educación superior que han incorporado Wooclap están la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad Carlos III, la Universidad de Sevilla, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Barcelona, la Universidad Pontificia Comillas o la Universidad Politécnica de Madrid, entre muchas otras.
La empresa lanzó otra herramienta en 2020: Wooflash. Se trata de una solución de microaprendizaje inteligente y colaborativa, que permite que los estudiantes aprendan de manera más eficaz y creen sus propios caminos de aprendizaje a partir de los errores y respuestas correctas, reforzando el estudio en las áreas donde se registran los fallos.
También en la empresa
Su herramienta también está siendo empleada en el ámbito corporativo. Empresas como PwC, TotalEnergies y Kellogg’s han integrado Wooclap en sus reuniones diarias con un enfoque en inclusión y eficiencia.
Gracias su tecnología, el presentador puede involucrar a todos los participantes al mismo tiempo, tanto a distancia como presencialmente, algo especialmente importante en un contexto de reuniones híbridas cada vez más comunes.
Además, Wooclap incide en que el uso de su herramienta en el trabajo facilita la toma de decisiones. Por ejemplo, simplifica las sesiones de lluvia de ideas o las reuniones de equipo.
Si te interesa conocer cuáles son los desafíos que ha de afrontar la educación superior y qué se está haciendo para transformar la experiencia educativa, te invitamos a que leas este artículo que publicamos en EMPRENDEDORES.