La descarbonización de la sociedad y de la economía es imprescindible ante el calentamiento global y cambio climático, por lo que el impulso de las energías renovables es fundamental.
Y en este escenario, nuestro país se encuentra muy bien posicionado. Tradicionalmente, España se ha visto lastrada por la carencia de fuentes de energía de origen fósil. Por el contrario, nuestro país tiene un gran potencial para el aprovechamiento de energías como la solar, eólica o hidráulica.
De hecho, más de la mitad de la energía generada en España suele provenir de fuentes renovables. Por ejemplo, en el mes de julio, el 55% de la energía producida en España fue de origen renovable, de acuerdo con los datos de Red Eléctrica.
Así pues, nuestro país parece que se está ‘poniendo las pilas’ en este sentido. Sin embargo, se enfrenta a un reto muy importante ante este boom de las energías renovables: la escasez de talento.
Hace algún tiempo contábamos que en España se van a crear 468.000 empleos relacionados con las energías renovables, casi la mitad de ellos creados en tres comunidades autónomas: Andalucía, Castilla y León y Aragón. De este modo, carecemos de suficientes profesionales cualificados para satisfacer la demanda del sector.
La inversión, esencial en el desarrollo de la renovables
Por otro lado, el desarrollo de las energías renovables también requiere de importantes inversiones. De acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de Energía, la inversión energética mundial alcanzará una cifra récord de 3,3 billones de dólares en 2025. Y de esta cantidad, alrededor del 66% (2,2 billones de dólares) se dedicará a tecnologías de energía limpia, incluidas las renovables, la energía nuclear y el almacenamiento de energía, según informaba Reuters.
En este sentido, el apoyo gubernamental está siendo importante. La green fintech española Crowmie destaca el papel de los fondos Next Generation de la Unión Europea. “Canaliza miles de millones hacia proyectos energéticos sostenibles, muchos de ellos en colaboración con actores privados como bancos o gestoras locales”, detalla la compañía.
En nuestro país, estos fondos NextGenEU se han encauzado a través de los PERTE, entre los cuales se encuentra el dedicado a impulsar proyectos de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.
Además, es fundamental la iniciativa privada. Y parece que los grandes fondos también están respondiendo muy favorablemente.
Por ejemplo, Crownie señala que Alantra lanzó en España el fondo ‘Energy Transition Fund’, con un objetivo de 210 millones de euros, centrado en renovables, hidrógeno y eficiencia energética.
Además, cuenta con dos fondos solares: Alantra Solar Fund, para la adquisición, desarrollo, financiación, construcción y gestión de plantas fotovoltaicas en España e Italia; y Alantra Development Solar, centrada en la inversión en activos durante la fase de desarrollo, tal y como indica en su web.
Azora Capital, también de origen español, anunció hace algunos meses un fondo a través del cual invertirá en energía e infraestructuras, con la intención de levantar 600 millones de euros de capital en el tercer trimestre del año y ampliar hasta 1.000 millones más adelante, como recogía Expansión.
Asimismo, Amundi, el mayor gestor de activos de Europa, tiene previsto dedicar milmillonarias inversiones para la transición energética a través de sus fondos temáticos.
De igual modo, BlackRock canaliza decenas de miles de millones de euros hacia activos. Por ejemplo, cuenta con vehículos como el ‘Climate Infrastructure Fund’.
Pero no sólo los grandes fondos están invirtiendo en energías renovables. Por ejemplo, Crowmie facilita la participación de pequeños inversores en infraestructura energética, ya sean de generación fotovoltaica o de almacenamiento en baterías.
Sus usuarios pueden invertir a partir de 5.000 euros, a través de un modelo basado en contratos PPA de hasta 25 años, liquidez mensual y total transparencia, alcanzando retornos del 9,5% anual.