Vicente Gómez ha decidido acabar con ese sufrimiento divino que tanto castiga a los mortales. A este ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid se le ocurrió la idea de diseñar esta escalera –rampa virtual– “tras observar la posible aplicación de un mecanismo de cuadrilátero articulado, en el desarrollo del diseño de una estructura de sustentación, y su gran similitud con las escaleras de peldaños alternados. Este mecanismo, parecido a un acordeón, servía simultáneamente de escalera y de rampa virtual para estos carritos, lo que me llevó a patentarlo”, confiesa.
Muchas posibilidades
Esta rampa se convierte en una alternativa para aquellos accesos a inmuebles, infraestructuras y vehículos de transporte que por escasez de espacio o de recursos económicos, no disponen de rampa de acceso, ascensor, salvaescaleras o elevadoras.
Gómez, que busca socios para el desarrollo a gran escala de su innovación, sostiene que el mercado potencial de este producto puede estimarse a partir del parque total de viviendas, infraestructuras, y vehículos de transporte: “En España, estimo alcanzar una facturación de 180.000 euros por empleado el primer año. El mercado internacional supone de unas 20 a 100 veces el mercado nacional, y como es una tecnología de fácil desarrollo, será conveniente llegar a acuerdos comerciales con proveedores y empresas locales.
