La población laboral se ha dado la vuelta en nuestro país, tanto si hablamos de trabajadores por cuenta ajena como de autónomos.
Según los datos del ‘III Mapa de Talento Sénior. Jóvenes y mayores en el mercado laboral. La colaboración intergeneracional’, elaborado por Ageingnomics, ya hay 977.000 trabajadores por cuenta propia mayores de 55 años, frente a los escasos 189.000 autónomos menores de 30 años.
El estudio del centro de estudios de Fundación Mapfre, especializado en la denominada silver economy’, especifica que esta situación se da como consecuencia de que, alcanzada cierta edad, el trabajo por cuenta propia y el emprendimiento se convierten en una opción muy interesante para que los seniors puedan desarrollar sus condiciones y capacidades.
El informe desvela que el porcentaje de los autónomos mayores de 55 años que contrata es muy superior (35,4%) que el de los jóvenes que emprender por su cuenta (10,5%). Ageingnomics señala esto demuestra que no todos los seniors que se ponen a trabajar por cuenta propia lo hacen como una opción de autoempleo, puesto que más de un tercio de ellos contrata al menos a un empleado.
También más empleados sénior
La tendencia que se refleja en los números de trabajadores autónomos son un reflejo de la situación general del mercado laboral. El estudio desvela que el número de ocupados sénior ha pasado de 2,3 millones en 2008 a 4,1 millones en 2022, lo que supone un incremento del 78% en apenas una década y media.
Por el contrario, el colectivo júnior ha pasado de 4,6 millones a 2,9 millones en ese mismo periodo, lo que supone una disminución del 37% de jóvenes trabajando.
Así pues, Ageingnomics hace hincapié en que esta diferencia pone de manifiesto una ‘silverización’ del mercado laboral y vaticina que el colectivo sénior será cada vez más decisivo en la economía española, puesto que los datos reflejan una tendencia que seguirá avanzando.
Hay que recordar, a partir de 2027, la edad de jubilación ordinaria será de 67 años para aquellas personas que hayan cotizado menos de 38 años y 6 meses, aunque se quedará en 65 años si se acumulan 38 años y 6 meses o más cotizados.
De este modo, el paulatino retraso de la retirada del mercado laboral, unido a la cada vez más tardía incorporación de los jóvenes al mismo, hace que la balanza se decante claramente hacia el lado de los seniors.
Además, no podemos descartar que en el futuro se produzcan modificaciones de la edad de jubilación. Cabe recordar que el Círculo de Empresarios, en su ‘Carta abierta a los futuros legisladores y gobernantes’, propugnaba “el retraso voluntario de la edad de jubilación acompañado de un sistema de incentivo”, como recogíamos en EMPRENDEDORES.
Debemos tener en cuenta que ésta es una tendencia global. Por ejemplo, el número de trabajadores con 75 años o más creció un 53,7 % en Estados Unidos entre 2010 y 2020, según los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.
Además, se espera que el volumen de personas continúe en activo con esta edad casi llegará a duplicarse (+96,5%) en la presente década. Más de una de cada diez personas (11,7%) de este grupo de edad seguirá trabajando en 2030.
Asimismo, los datos de Eurostat muestran que el número de ocupados con 65 años o más ha aumentado un 82,1% en la Unión Europea entre 2004 y 2019. Por su parte, los japoneses son los que más alargan la vida laboral, ya que el 13,6% de las personas con 65 años o más sigue trabajando, seguidos de cerca por los surcoreanos (13%), según las cifras de Statista.
El alargamiento de la vida laboral también arroja dudas a muchos seniors que se encuentran con serios problemas a la hora de encontrar empleo, que en ocasiones puede acabar desembocando en el ‘síndrome del teléfono apagado’, del que ya hablamos en este artículo.
En este sentido, el informe de Ageingnomics descubre que hay casi la mitad de desempleados mayores de 55 años que menores de 30 años. En la cola del paro hay actualmente 489.000 seniors, lo que supone un 16,4% de todas las personas desempleadas en España, frente a casi 900.000 jóvenes, que representan el 30% del total.
Pero detecta algunas tendencias preocupantes. Mientras que el paro juvenil está bajando, el sénior está subiendo. En el periodo de 2008 a 2022, se ha visto un incremento de 300.000 seniors desempleados, mientras que el colectivo junior cuenta con 153.000 jóvenes desempleados menos.
Además, el paro de larga duración es más intenso entre los mayores de 55 años. El informe del centro de estudios de Fundación Mapfre pone de manifiesto que más del 50% de los seniors lleva dos años o más en esta situación. En cambio, la mitad de los jóvenes lleva menos de 6 meses en situación de desempleo.
Ageingnomics considera que estos datos reflejan las dificultades para trabajar que tiene el colectivo sénior por razones de edad, así como la incidencia del edadismo laboral en España.