Depender de un solo gran cliente puede ser un negocio muy rentable, aunque suele ir asociado a unos riesgos igual de importantes. Prueba de ello es el caso de Cerealto Siro Foods, el exproveedor de galletas, pasta, cereales y bollería de Mercadona, que pasa por un momento muy complicado después de que la empresa de Juan Roig cambiara los términos de su larga relación.
La vinculación exclusiva de Mercadona y Siro comenzó en 1998 y se extendió hasta 2018. 20 años de relación comercial, en la que el fabricante palentino era el proveedor único de galletas, pasta, cereales y bollería para la marca blanca de Mercadona. Hace solo cuatro años, la compañía dirigida por Juan Roig cambió su política de proveedores, introduciendo la competencia, algo que puso en una situación muy delicada a Cerealto Siro Foods.
«El grupo empezó a perder referencias en favor de otros competidores, principalmente porque los precios son más elevados al tener un coste productivo superior al del resto de empresas del sector», explican desde Siro en un documento que resume la grave situación a la que se han enfrentado en los últimos años.
El impacto en las cuentas de Siro tras el cambio de política de Mercadona
Las cifras de negocio de Siro tras el cambio en la política de proveedores de Mercadona hablan por sí solas, y muestran el tremendo impacto que puede tener sobre la viabilidad de una empresa depender de un solo cliente. Desde 2018, sus ventas en la compañía de Juan Roig han pasado de unos 435 millones de euros a los 170 millones con los que cerraron el 2021.
Todo ello generó en la compañía unas pérdidas acumuladas de 85 millones de euros a finales de 2021, y una deuda de casi 300 millones. Unas cuentas desastrosas para el proveedor de Mercadona, que ha puesto en riesgo el futuro de los 1.700 empleados que trabajan en sus fábricas.
Hace unas semanas, dos grandes fondos de inversión ofrecieron 180 millones de euros para comprar el 75% de la compañía. Una oferta que en un primer momento fue rechazada, pero que ha terminado en acuerdo entre los trabajadores, que se reducirán el sueldo un 2,8%, la directiva y los inversores.
Tal y como explica Alfredo Alonso, presidente del comité de empresa de Cerealto Siro Foods, en El Periódico de España, el principal fallo de la compañía se produjo cuando la compañía de Juan Roig cambió su política de proveedores. “Hemos querido crecer como cliente de Mercadona siguiendo sus directrices y, una vez que Mercadona se abrió a otros clientes, nos hemos quedado fabricando productos con menos margen de ganancia y cantidad”.
El modelo de “proveedor totaler” que es un éxito para Mercadona
Tal y como explica la memoria anual de Mercadona correspondiente a 2021, durante el año pasado “más de 3.000 proveedores de producto y más de 13.000 proveedores no comerciales y de servicio han contribuido a que el Proyecto Mercadona siguiese creciendo, gracias a un modelo de negocio que fomenta la estabilidad, la seguridad en la compra y la especialización.”
La compañía presidida por Juan Roig cambió en 2019 su política interna, implementando el modelo del “proveedor totaler”. La transformación facilitó la apertura a un número más amplio de interproveedores, atendiendo a la especialización y rigiéndose por un criterio que busca “el mejor fabricante de cada producto” para llenar los lineales con artículos “de gran calidad a un precio imbatible”. Abandonaba así el modelo de contratación exclusiva con más de un centenar de empresa, entre las que se encontraba Cerealto Siro Foods.
Perseguir la excelencia, contar con certificación ambiental en sus instalaciones o respetar sus políticas de bienestar animal son algunos de los requisitos que Mercadona impone a sus proveedores antes de trabajar con ellos. Puedes consultarlos todos en este artículo de EMPRENDEDORES.
