Cada vez son más las personas que se lanzan a emprender en nuestro país. Hasta el mes de julio de 2025 se crearon 76.795 nuevas empresas en España, con un crecimiento del 3,9% respecto al mismo periodo de 2024, de acuerdo con los datos del ‘Estudio sobre demografía empresarial” de Informa D&B.
En este mismo periodo se produjeron 17.425 disoluciones de empresas, prácticamente en línea con el año previo (-0,6%), lo que arroja un saldo positivo de 59.370 compañías, según los registros del citado informe.
Y si analizamos la evolución de la creación de empresas, vemos que la llegada del verano activa el interés por emprender, ya que se ha producido un fuerte repunte en la puesta en marcha de nuevos proyectos en los últimos tres meses, cuando se ha registrado un incremento interanual del 33,1% en mayo, del 18,55% en junio y del 10,4% en julio.
¿Cuánto cuesta emprender en España?
Hace apenas unos días contábamos que España se sitúa en el ‘top 5’ mundial en cuanto a su espíritu emprendedor. Sin embargo, advertíamos que nuestro país caía al penúltimo lugar en cuanto a la relación entre mentalidad y acción emprendedora.
Es decir, los españoles muestran inquietud por emprender, pero luego son pocos los que pasan de la idea a la acción, debido a factores como barreras estructurales, burocráticas o al acceso limitado a financiación, según explica Remotly.
No en vano, en nuestro país se escucha una queja recurrente respecto a lo complicado que es emprender, en comparación con otros países de nuestro entorno. Así pues, cabe preguntarse si esta reclamación responde a la realidad.
Y aquí tenemos buenas noticias, puesto que la situación ha mejorado bastante en los últimos años. “Las cosas están cambiando en España. En los últimos años, ha ganado impulso y ha mejorado mucho la competitividad del ecosistema emprendedor. Un ejemplo claro es la Ley Crea y Crece, que simplifica los trámites y reduce los costes iniciales”, afirma Bianca Zwart, Chief Strategy Officer de bunq
De acuerdo con un informe realizado por la compañía, el coste mínimo total de emprender asciende a 1.132 euros, lo que sitúa a España en el quinto lugar de los países europeos analizados, por encima de Irlanda (808,17 euros), Portugal (750,64 euros), Finlandia (383,62 euros) o Grecia (287,35 euros).
Sin embargo, bunq recalca que este coste superaba los 4.150 euros antes de la Ley Crea y Crece, lo que nos colocaba por encima de Francia (3.356,82 euros), Países Bajos (2.394,42 euros) o Bélgica (2.464,15 euros), países en los que actualmente cuesta más emprender que en España.
La empresa hace hincapié en que el mayor gasto a la hora de emprender sigue siendo la asesoría financiera, con un coste medio de unos 900 euros en nuestro país. Esta cifra está en línea con Alemania, cuya renta per cápita es notablemente más altas, lo que resalta un desajuste entre coste y nivel de vida.
En cuanto a fiscalidad, bunq indica que el Impuesto de Sociedades en España sube del 15% inicial al 23% en los años posteriores, por encima de lo que se paga en Irlanda (12,5%), Alemania (15%) o Portugal (21%).
Y si se considera únicamente el coste de tramitación sin capital ni asesoría, España (231 euros) se sitúa por encima de Francia (55,82 euros), Irlanda (57,17 euros) y Grecia (22,20 euros), que son los países más competitivos en este aspecto.
“España está entre los países más accesibles para emprender. El coste total de crear un negocio es, junto con el de Irlanda, Grecia, y Portugal, de los más reducidos del estudio. Eso sí, si analizamos cada gasto por separado, la cosa cambia. Por ejemplo, los trámites en España son más caros que en Francia, y contratar un asesor fiscal cuesta lo mismo que en Alemania. Estos dos países tienen una renta más elevada que la española. Al final, la carga real para el emprendedor español es más pesada en la práctica”, resume Zwart.
Así pues, aunque reconoce que hemos avanzado bastante, considera que todavía hay margen de mejora. “En España, todavía hay trámites que pueden simplificarse. Con los avances tecnológicos, especialmente en IA, muchos ya pueden automatizarse. Esto no sólo ahorra tiempo, sino que también alivia la carga mental y permite al emprendedor centrarse en lo importante: arrancar su negocio. Medidas como la Ley Crea y Crece van en la buena dirección. Más iniciativas con esta mirada centrada en el usuario impulsarán el ecosistema”, concluye.