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Competitividad y soberanía, prioridades absolutas para la Unión Europea

La UE destinará casi 2B€ entre 2028 y 2034 para mejorar la soberanía, competitividad y seguridad. El Fondo Europeo de Competitividad es una de sus herramientas.

08/09/2025  David RamosGestión
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La Comisión Europea presentó el pasado mes de julio su propuesta para un marco financiero plurianual (MFP) con un presupuesto total de 1,98 billones de euros entre 2028 y 2034, lo que representa el 1,26 % de la media de la renta nacional bruta de la Unión Europea (UE).

Se trata de un marco que la propia Comisión Europea define como “ambicioso y dinámico”, con el que la UE quiere dar respuesta a los múltiples retos a los que Europa se enfrenta en diversos ámbitos, “como la seguridad, la defensa, la competitividad, la migración, la energía y la resiliencia frente al cambio climático”.

Según indica Marie Latour, directora de Asuntos Europeos de Euro-Funding, se trata de “un presupuesto que representa una clara reorientación estratégica y un paso determinante en la gobernanza financiara de la UE”.

“Con esta propuesta, se busca simplificar los instrumentos financieros con lo que ha contado la UE hasta la fecha, aumentar su flexibilidad y, sobre todo, poder hacer frente a los grandes retos de soberanía, competitividad y seguridad”, especifica.

Un nuevo enfoque

El nuevo MFP se desmarca de las líneas maestras sobre las que se ha asentado la política presupuestaria de la UE en los últimos años, enfocada en la respuesta a la crisis de la COVID-19 y los posteriores sucesos que han sacudido al Viejo Continente.

“Para valorar plenamente la magnitud del MFP 2028–2034, es necesario compararlo no sólo con el anterior MFP (2021–2027), sino también con el instrumento de recuperación NextGenerationEU (NGEU), lanzado en respuesta a la crisis de la COVID-19. Mientras que el MFP 2021–2027 ascendía a unos 1,07 billones de euros, NGEU aportó 807.000 millones adicionales, elevando el esfuerzo presupuestario total a aproximadamente 1,88 billones de euros”, precisa Latour.

“El nuevo MFP es, por tanto, sólo ligeramente mayor en términos financieros (1,98 billones de euros), pero muy diferente en su concepción. Ya no se trata de un presupuesto diseñado para responder a crisis, sino de una herramienta de inversión orientada al futuro, pensada para reforzar la resiliencia, la autonomía y la capacidad estratégica de la Unión”, explica.

Latour considera que el nuevo enfoque adoptado por la UE planta cara a cuatro desafíos. En primer lugar, responde al actual escenario de competencia global. “La Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU. y los subsidios industriales masivos en China aumentan la presión sobre la base económica europea”, afirma.

También busca reducir la dependencia tecnológica, ya que “la pandemia y las tensiones geopolíticas han expuesto vulnerabilidades críticas en las cadenas de valor”.

Otro aspecto importante para la UE es dar respuesta a las expectativas ciudadanas. “Las consultas públicas muestran una clara demanda de más acción europea en competitividad y sostenibilidad”, asegura la experta.

Por último, atiende a los actuales riesgos geopolíticos. “La seguridad, la defensa y la ampliación se han convertido en prioridades centrales que requieren una base industrial sólida”, precisa.

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Una estructura simplificada

La directora de Asuntos Europeos de Euro-Funding subraya que la propuesta del MFP simplifica la arquitectura presupuestaria, que pasa de siete rúbricas a tan sólo cuatro grandes prioridades, “lo que reduce la fragmentación y favorece una implementación más coherente”, asegura.

El primer apartado se refiere a la cohesión económica, social y territorial, agricultura, prosperidad rural y seguridad, a lo que se destinarán 1,06 billones de euros.

Otros 590.000 millones irán a parar a competitividad, prosperidad y seguridad. El impulso de una Europa global absorberá 215.000 millones. Finalmente, la administración se llevará otros 118.000 millones.

“La Rúbrica 1 —cohesión económica, social y territorial, agricultura, prosperidad rural y seguridad— sigue siendo la más importante en volumen, al integrar las políticas tradicionales de cohesión y agricultura con una dimensión más amplia de seguridad. Pero es en la Rúbrica 2, dedicada a la innovación, la competitividad y las industrias estratégicas, donde se produce una verdadera transformación”, advierte.

Este segundo capítulo, donde convergen política industrial e innovación, está dotado con 590.000 millones de euros, “lo que supone un incremento sustancial respecto al ciclo anterior”, remarca Latour. “Esta cifra refleja un cambio de rumbo hacia el apoyo a la autonomía industrial estratégica, el liderazgo tecnológico y la competitividad global de Europa”, destaca.

Nuevo Fondo Europeo de Competitividad

Una de las novedades que se incluyen en esta rúbrica es la creación del Fondo Europeo de Competitividad (ECF), al que se van a destinar 450.000 millones de euros. Además, se refuerza el programa ‘Horizonte Europa’, enfocado en I+D, ya que su presupuesto casi se ha duplicado, alcanzando los 175.000 millones de euros.

La experta de Euro-Funding indica que el ECF “representa una nueva generación de instrumentos financieros de la UE”, cuyo objetivo es financiar la expansión de tecnologías estratégicas como tecnologías limpias y energías renovables, semiconductores avanzados e inteligencia artificial, biotecnología y tecnologías sanitarias, innovación en defensa y aplicaciones de doble uso, y descarbonización industrial e infraestructuras digitales.

“A diferencia de ‘Horizonte Europa’, centrado en la investigación en fases tempranas, el ECF está diseñado para llevar la innovación al mercado, reducir la brecha con los competidores globales y reforzar la soberanía tecnológica europea. Estará vinculado a otros instrumentos como InvestEU, los IPCEI (Proyectos Importantes de Interés Común Europeo) y el Fondo de Innovación, lo que permitirá movilizar inversiones públicas y privadas a gran escala”, comenta.

Además, incide en que su creación implica “una consolidación importante de programas existentes”. “Diversos instrumentos del ciclo 2021–2027 —como el propio Fondo de Innovación, partes de InvestEU (especialmente sus ventanas industriales), el programa Europa Digital o el Fondo Europeo de Defensa— serán integrados en el nuevo fondo. También podrían absorberse áreas temáticas de EU4Health, LIFE u otras líneas menores. Esta racionalización permitirá reducir la fragmentación administrativa, fomentar sinergias entre sectores y acelerar el despliegue de inversiones estratégicas”, valora.

David RamosDesde 2006, soy periodista freelance especializado en información económica, técnica y sectorial.
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