Inmersos como estamos en el debate sobre el incremento del gasto militar, parece que en Europa nos hemos olvidado del importante aviso que hacía el Informe Draghi: nos estamos quedando atrás en competitividad.
El estudio realizado por la Unión Europea, liderado por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, señala que deberíamos incrementar nuestra inversión en un 4,7% del PIB, unos 800.000 millones de euros anuales, para cerrar la creciente brecha de competitividad con Estados Unidos y China en innovación, digitalización y transición energética.
De acuerdo con un análisis de dicho informe realizado por la consultora tecnológica Qaracter, la brecha del PIB europeo respecto a Estados Unidos ha pasado del 15% al 30% en los últimos 20 años. Mientras que la economía estadounidense ha crecido un 72% desde 2007, la UE sólo ha avanzado un 21% en el mismo período.
Asimismo, China ha registrado un espectacular crecimiento del 270%, consolidándose como el mayor rival económico. En definitiva, Europa está perdiendo dinamismo económico y nos estamos quedamos atrás frente a nuestros principales competidores.
Por ejemplo, hace unas semanas contábamos que España ha caído hasta el puesto 33 del mundo en cuanto a su complejidad económica, 14 puestos más abajo que en 1998. Este índice tiene en cuenta la diversidad de la cesta de exportaciones de bienes y el número de países que exportan los mismos.
¿Por qué perdemos competitividad?
Según el Informe Draghi, hay cinco grandes obstáculos estructurales que impiden a la UE competir en igualdad de condiciones con otras potencias.
Falta de inversión en I+D
Qaracter recalca que Estados Unidos y China superan ampliamente a la UE en innovación. “En 2023, las siete grandes tecnológicas estadounidenses invirtieron 200.000 millones de dólares en I+D, equivalente al 50% de toda la inversión en I+D pública y privada de la UE”, detalla.
Dependencia energética no sostenible
“La UE sigue dependiendo de importaciones energéticas, lo que encarece su producción y afecta su competitividad. Mientras que China destinó 300.000 millones de dólares en subsidios energéticos en 2023 para reducir costes empresariales y domésticos, Europa afronta precios de la electricidad mucho más elevados”, apunta la consultora.
Mercado único fragmentado
A pesar de que se supone que la UE es un mercado único, lo cierto es que las regulaciones nacionales dispares dificultan la expansión empresarial y limitan la atracción de inversión extranjera.
“Sólo el 25% de las grandes empresas europeas realizan ventas transfronterizas online, en comparación con el 50% en Estados Unidos”, apunta Qaracter.
Déficit de inversión privada
El estudio destaca que la inversión privada se queda corta. “Para recuperar su competitividad, Europa necesita elevar su tasa de inversión del 22% al 27% del PIB en la próxima década”, reseña la consultora.
Brecha digital
Qaracter hace hincapié en que la desigualdad en infraestructuras tecnológicas entre países y regiones europeas ralentiza la transformación económica y reduce la productividad.
¿Cómo mejorar la productividad?
Teniendo en cuenta estos desafíos, la consultora apoya una estrategia de inversión enfocada en tres áreas clave.
Transformación digital
Qaracter defiende la creación de un Fondo Europeo de Digitalización para modernizar empresas, impulsar el emprendimiento tecnológico y desplegar infraestructura 5G y fibra óptica en toda la UE.
Independencia energética
“La UE debe acelerar la transición hacia energías renovables, aumentar su capacidad de almacenamiento energético y diversificar sus fuentes de suministro. El objetivo es que para 2030, al menos el 50% del consumo energético europeo provenga de fuentes limpias”, especifica.
Simplificación regulatoria
Por último, pone el acento en la importancia de unificar normativas para eliminar barreras burocráticas y facilitar la inversión. “Actualmente, el acceso a financiación para startups en la UE es tres veces menor que en Estados Unidos, lo que limita el crecimiento de empresas innovadoras”, subraya.