Las falsificaciones son un asunto que trae de cabeza a los productores. Sólo en nuestro país, las infracciones de los derechos de la propiedad industrial en los principales sectores afectados conllevarían unos 5.753 millones de euros anuales de pérdidas, así como la supresión de 44.697 puestos de trabajo directos anuales, tal y como se recoge en el ‘Plan Nacional e integral de lucha contra la venta de productos falsificados y para la observancia de los derechos de propiedad industrial de 2023/2026’ del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a partir de los datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO).
Pero la situación no es mucho mejor en el resto del mundo. Según los datos de la propia EUIPO, el volumen del comercio internacional de productos falsificados y pirateados pudo ascender 460.000 millones de euros en 2016, lo que supondría alrededor de un 3,3% del comercio mundial.
Acabar con las falsificaciones de parmesano
Los fabricantes de queso del Consorzio Parmigiano Reggiano, la asociación de productores de parmesano, se han hartado de las falsificaciones y han decidido echar mano de la tecnología con el objetivo de frenar este fraude.
Para ello, han empezado a colocar microchips de apenas 0,5 milímetros de ancho y 0,1 milímetros de altura en la corteza de estos quesos, uno los productos italianos más conocidos en el mundo, y también más falsificados.
Esta tecnología, que está en fase de experimentación, recibe el nombre de p-Chip y está desarrollado por p-Chip Corporation, tal y como informa La Vanguardia. Gracias a ella, la asociación de fabricantes de queso parmesano podrá tener un control en tiempo real de toda la producción de los quesos y su trazabilidad.
Según explica a dicho diario Massimo Baio, director de desarrollo de mercados para Europa, Oriente Medio y África de la citada empresa, este microchip está realizado en silicio y es “idóneo para el contacto con los alimentos”. Además, destaca entre sus ventajas su “gran resistencia a varios tipos de productos”. La propia compañía indica en su web que este chip “es resistente como un clavo y más pequeño que un grano de sal”.
El consorcio por el momento está haciendo pruebas y sólo se han introducido estos chips en un número limitado de quesos, pero pretenden introducirlos en todos los quesos parmesanos a partir del año que viene.
No es la primera iniciativa desplegada por esta asociación para asegurar la trazabilidad de sus quesos y combatir las falsificaciones, puesto que en 2002 empezaron a introducir una placa de caseína con un código de verificación alfanumérico que les permitía rastrear la producción.
El nuevo chip se introduce en la misma placa de caseína en la corteza del queso, pero va un paso más allá. Además de su resistencia y pequeño tamaño, p-Chip señala que sus productos son “prácticamente imposibles de duplicar o falsificar”. Asimismo, especifica que son “fácilmente conectables y discretos” y que “se pueden escanear a través de papel, vidrio, tejido animal, escarcha, etiquetas, etc.”. Y otro detalle importante: asegura que sus rastreadores “sólo cuestan unos céntimos”.
Especial preocupación en el ecommerce
En EMPRENDEDORES ya hemos hablado en alguna ocasión de la preocupación existente ante la comercialización de falsificaciones a través del ecommerce.
No en vano, la EUIPO indica que la expansión del comercio electrónico es uno de los factores que están impulsando la venta de productos falsificados. De hecho, la mitad de los productos falsificados incautados en las fronteras de la Unión Europea que vulneraban los derechos de propiedad intelectual de las pymes se compraron en tiendas online, según el informe ‘Riesgos del comercio ilícito de falsificaciones para las pymes’.
Ante tal situación, algunos de los operadores del sector están tomando cartas en el asunto. Por ejemplo, Amazon anunció el pasado mes que ha solicitado unirse al IP Enforcement Portal (IPEP, por sus siglas en inglés) de la EUIPO.
También ha dado a conocer que su Unidad contra Delitos de Falsificaciones (CCU, por sus siglas en inglés), junto con el grupo Prada y otras marcas de alta gama, ha conseguido que un falsificador de productos de lujo haya sido declarado culpable, condenado a tres años de prisión y a pagar una multa de 25.000 dólares, según informaba Europa Press.
Esto ha sido posible gracias a la información y pruebas recabadas por las fuerzas del orden chinas. Y esto es muy importante, puesto que el 85% de las incautaciones de la EUIPO relacionadas con las ventas online y el 51% de las incautaciones en tiendas físicas proceden del país asiático.