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5 formas de ahorrar en el pago de impuestos, si eres autónomo

Conocer y aplicar las soluciones financieras adecuadas permite reducir la carga fiscal, mejorar la liquidez y ganar tranquilidad.

5 formas de ahorrar en el pago de impuestos, si eres autónomo
Contar con una cuenta para autónomos es clave en la gestión financiera.

Octubre es un mes intenso para los autónomos. Llega el momento de presentar las liquidaciones trimestrales de IVA, IRPF y retenciones. Para muchos, supone un auténtico quebradero de cabeza, no solo por la gestión, sino también por su impacto en la tesorería. 

La buena noticia es que existen fórmulas legales para aligerar la carga fiscal, optimizar la liquidez y evitar costes innecesarios.

La clave está en conocer bien qué deducciones y bonificaciones permite la normativa, planificar los pagos con antelación y apoyarse en herramientas que faciliten la gestión, como la Cuenta Autónomo de Cajamar.

Solo necesitas domiciliar tu recibo de autónomo y la entidad te bonifica con hasta 500 euros. Además, desde el primer momento tendrás a tu lado a un gestor especializado dedicado a ti con el que podrás contar cuando lo necesites, para asesorarte, gestionar tu día a día o solucionar las dudas que puedan surgirte.

A continuación repasamos cinco consejos prácticos que pueden ayudarte a reducir costes y mejorar la fiscalidad de tu negocio.

1. Planificación y soluciones específicas para autónomos

Una de las formas más sencillas y eficaces de ahorrar costes es evitar recargos y sanciones por presentar impuestos fuera de plazo.

Pagar tarde puede suponer un recargo de entre el 5 % y el 20 %, dependiendo del tiempo transcurrido desde la fecha límite, según establece la Agencia Tributaria. Además del sobrecoste, los retrasos suelen generar tensiones de tesorería, pérdida de control sobre los flujos de caja y complicaciones administrativas innecesarias.

El éxito depende de una buena planificación fiscal. Conviene anticipar los pagos y reservar cada mes una parte de los ingresos para cumplir sin apuros con las obligaciones tributarias. Separar, por ejemplo, un porcentaje fijo de la facturación mensual destinado al IVA o al IRPF, ayuda a mantener la liquidez controlada y evita sorpresas al cierre de trimestre.

También es recomendable domiciliar los impuestos o financiarlos para no perder liquidez. Por ejemplo, con el Préstamo para el pago de impuestos y seguros sociales de Cajamar, puedes financiar el IVA, el IRPF, el Impuesto de Sociedades o las cuotas a la Seguridad Social de forma ágil y flexible, sin necesidad de emplear recursos propios. Esta solución permite afrontar las obligaciones tributarias con total comodidad, disponer del importe necesario en poco tiempo y devolverlo en plazos de hasta 12 meses.

Contar con una cuenta online para autónomos con servicio de pago de impuestos evita recargos y sanciones por retrasos, lo que aporta tranquilidad y libera de tiempo y energía para centrarse en lo realmente importante: hacer crecer el negocio

2. Si estás empezando, aprovecha la tarifa plana

Uno de los incentivos económicos más conocidos es la tarifa plana para nuevos profesionales por cuenta propia. Gracias a ella, durante los primeros 12 meses de actividad la cuota mensual se reduce a 80 euros. Este beneficio puede extenderse otros 12 meses si los rendimientos netos reales del autónomo se mantienen por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Transcurrido ese período (o si no se cumplen los requisitos para la prórroga), el autónomo pasa al nuevo sistema de cotización por ingresos reales (implantado en 2023), que le obliga a cotizar según el tramo que le corresponda por sus rendimientos declarados.

3. Ajusta la base de cotización con visión de futuro

Desde la entrada en vigor en 2023 del modelo progresivo de cotización de autónomos, estos profesionales deben ubicarse en el tramo que les corresponde en función de los rendimientos netos mensuales procedentes de su actividad económica. Dentro de este tramo, aún existe cierto margen de elección.

Además, el sistema permite modificar la base hasta seis veces al año (aproximadamente cada dos meses), lo que facilita adaptarla a la evolución del negocio. Así, puedes mantener una cuota más baja en periodos de menor liquidez y aumentarla cuando tu facturación crezca, mejorando tus efectos fiscales.

Aunque pagar un poco más cada mes pueda parecer un sobrecoste a corto plazo, se trata de una inversión estratégica que ofrece un doble beneficio: 

  • Mayor deducción fiscal. Aumentar la base de cotización implica pagar más a la Seguridad Social, pero también te permite deducir una mayor cantidad como gasto en el IRPF. Conviene, eso sí, hacerlo de forma proporcional a tus ingresos y dentro de una planificación fiscal equilibrada.
  • Mejores prestaciones sociales. La base de cotización influye directamente en lo que recibirás en caso de baja laboral, cese de actividad o jubilación. Si mantienes una base muy baja durante toda tu vida laboral, tu pensión será mínima; si la incrementas progresivamente, podrás disfrutar de una protección más sólida y acorde a tu nivel de ingresos.

4. Gastos deducibles: el gran aliado del ahorro fiscal

Una buena gestión de los gastos deducibles es esencial para reducir la carga fiscal de los autónomos. Estos gastos están directamente relacionados con la actividad económica y, cumpliendo ciertos requisitos, pueden restarse de los ingresos al calcular el beneficio sujeto a impuestos. Los hay de dos tipos: con factura y sin factura.

Gastos deducibles con factura

Para que Hacienda los acepte, los gastos deben estar directamente relacionados con la actividad, contar con una factura completa con todos los datos fiscales (salvo en los casos en que se admite otro justificante, como un extracto bancario) y estar correctamente registrados en los libros de gastos o inversiones.

Llevar un control riguroso y conservar toda la documentación es esencial, ya que, en caso de inspección, será tu mejor defensa. Recuerda que los tickets o facturas simplificadas no son válidos porque no identifican al destinatario. Aunque pueda resultar incómodo, pide siempre factura en restaurantes, gasolineras, taxis o supermercados cuando el gasto esté vinculado con tu negocio.

Estos son los principales gastos deducibles con factura:

Consumos de explotación. Incluye compras de materias primas, mercancías, combustible, material de oficina, envases y embalajes. Son parte esencial de la actividad diaria y reducen directamente la base imponible.

— Costes de personal y servicios vinculados. Engloba nóminas, pagas extra, dietas justificadas, formación, cotizaciones a la Seguridad Social, seguros de accidentes e indemnizaciones, siempre que estén relacionados con la actividad.

— Arrendamientos y cánones. Se pueden deducir los alquileres de locales, los contratos de leasing o renting de maquinaria y vehículos profesionales, y los servicios de asistencia técnica.

— Suministros del hogar cuando trabajas desde casa. Si has declarado tu actividad en el domicilio (modelos 036 o 037), puedes deducir hasta un 30 % de los suministros (luz, agua, gas, internet) proporcional al espacio destinado al negocio.

— Dietas de manutención. Cuando te desplazas por motivos profesionales, puedes deducir las comidas y cenas siempre que estén pagadas con tarjeta y justificadas con factura completa. Los importes máximos deducibles en 2025 son aproximadamente 17,34 euros por comida o cena en territorio nacional.

— Servicios profesionales externos. Gestores, abogados, auditores, notarios, asesores o agentes comerciales, siempre con factura a nombre del autónomo o empresa.

— Tributos deducibles. Impuestos ligados a la actividad, como el IBI (si el inmueble está afecto), el IAE o tasas municipales. No se incluyen sanciones, recargos ni intereses de demora.

Gastos financieros. Intereses de préstamos o créditos vinculados con la actividad, comisiones bancarias y otros costes financieros asociados.

Amortización de bienes. Los equipos informáticos, mobiliario, maquinaria o inversiones materiales e intangibles deben amortizarse en varios ejercicios, deduciendo anualmente la parte proporcional.

Otros gastos profesionales. Suscripciones a revistas especializadas, compra de libros, asistencia a congresos o cursos, cuotas de asociaciones empresariales. En algunos casos también son deducibles las pólizas de salud del autónomo y su familia (hasta 500 euros por persona o 1.500 euros en caso de discapacidad).

— Reparaciones y conservación de bienes ya existentes. Gastos destinados al mantenimiento o sustitución de piezas de los activos para mantenerlos operativos, siempre que no supongan una mejora que aumente su valor.

— Gastos de difícil justificación. Si tributas por estimación directa simplificada, puedes aplicar una deducción del 5 % del rendimiento neto previo, con un límite de 2.000 euros anuales, sin necesidad de justificar cada gasto individualmente.

Los gastos deducibles son los que están directamente relacionados con la actividad económica, como costes de personal, suministros del hogar cuando trabajas desde casa o el servicio de abogados y gestores, entre otros profesionales externos

Gastos deducibles sin factura

Aunque en el IVA es imprescindible disponer de factura completa, en el IRPF algunos gastos pueden deducirse sin ella, siempre que estén debidamente justificados y contabilizados. En estos casos bastan documentos como extractos bancarios, contratos o recibos oficiales. Estos conceptos amplían las posibilidades de deducción del autónomo, siempre que exista trazabilidad del gasto y que esté correctamente reflejado en la contabilidad.

Entre los más habituales se encuentran:

Cuota de autónomos, deducible en el IRPF mediante el extracto bancario donde figure el pago domiciliado.

Salarios y cotizaciones sociales del personal contratado.

Pólizas de seguros vinculadas a la actividad (responsabilidad civil, multirriesgo, etc.).

Gastos bancarios y comisiones habituales derivados de la operativa del negocio.

Impuestos y tasas municipales relacionados con la actividad, como el IBI, la recogida de residuos o el alcantarillado.

Determinados contratos mercantiles, como fianzas, traspasos de locales o escrituras de constitución de sociedades o comunidades de bienes.

5. Fiscalidad inteligente

Más allá de los gastos deducibles, los autónomos disponen de varias fórmulas para optimizar su fiscalidad mientras refuerzan su seguridad financiera y personal. Son soluciones que combinan ahorro inmediato con beneficios a medio y largo plazo y que convierten la gestión fiscal en una herramienta estratégica para el futuro del negocio.

— Realizar aportaciones a planes de pensiones. Destinar parte de los ingresos a un plan de pensiones es una de las formas más eficaces de reducir la factura fiscal y, al mismo tiempo, garantizar una mayor estabilidad económica en el futuro. Además, quienes cuenten con un plan de empleo o realicen aportaciones a planes de pensiones de empleo simplificados (PPES) pueden beneficiarse de un ahorro fiscal aún mayor.

— Contratar seguros profesionales. Las pólizas vinculadas a la actividad profesional optimizan el resultado de la declaración anual y aportan un extra de protección al negocio. Entre las más habituales están los seguros de responsabilidad civil, que cubren posibles reclamaciones por daños a terceros, o los seguros específicos para equipos y materiales de trabajo.

— Deducciones de los seguros médicos privados. Hacienda permite deducir hasta 500 euros anuales por cada persona asegurada en la póliza de salud, y hasta 1.500 euros en el caso de personas con discapacidad a cargo. Esta ventaja convierte al seguro médico privado en una opción especialmente interesante para autónomos, ya que combina beneficio fiscal y bienestar personal.

— Inversiones culturales e incentivos similares. Más allá de los incentivos tradicionales, existe una deducción poco conocida y muy atractiva: la inversión en proyectos culturales como producciones teatrales, cinematográficas o audiovisuales, el patrocinio de eventos artísticos o la financiación de proyectos de investigación vinculados a la cultura.

Para empresas, la Ley del Impuesto sobre Sociedades contempla deducciones que pueden llegar al 120 % del importe invertido, siempre que la operación cumpla los requisitos establecidos y se acrediten correctamente los justificantes.

Para los autónomos, estas deducciones pueden aplicarse en los casos previstos expresamente por la normativa, por lo que conviene consultar a un asesor fiscal antes de formalizar la inversión.

Es clave combinar una planificación fiscal inteligente con una gestión ordenada y documentada de todos los gastos e inversiones

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Pilar Ponce de León

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