No hay futuro para la tecnología sin corazón

Los expertos y expertas a los que hemos consultado para este tema coinciden en la importancia de combinar materias sociales y humanísticas con las más tecnológicas: sin entender la parte humana no es posible innovar ni tener impacto social auténtico.

Fátima Moreno
Directora Académica de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y de la Comunicación de la  Universidad Europea de Madrid

En un contexto donde la toma de decisiones es cada vez más compleja, se necesitan profesionales capaces de abordar desafíos desde múltiples perspectivas. Para ello, deben dominar competencias técnicas, analíticas y comunicativas.

En la Universidad Europea apostamos por la innovación académica con planes de estudio que integran áreas empresariales, tecnológicas, de la comunicación, humanísticas y sociales, preparando al alumnado para responder a las demandas del mercado en un entorno global e internacional, con estudiantes y profesores de más de 30 países.

Nuestro modelo se basa en aprendizaje experiencial y multidisciplinar: proyectos reales con empresas y simuladores que incorporan inteligencia artificial, entre otros.

Impulsamos retos conjuntos entre titulaciones de distintas áreas, fomentando pensamiento crítico, destrezas comunicativas y la aplicación de soluciones técnicas con impacto social y empresarial.

Esta formación integral permite a nuestros estudiantes desarrollar una visión global, creativa y resolutiva, alineada con las necesidades del entorno profesional actual.

María Oriza
Directora comunicación de Spain Business School

Las empresas quieren profesionales capaces de pensar con lógica tecnológica, sensibilidad humana y visión estratégica. Por eso, en SBS, necesitamos más de una mirada para diseñar planes de estudio donde el marketing converse con la psicología, los datos con la ética, y la gestión con la creatividad.

Un estudiante SBS no memoriza fórmulas: entiende contextos, conecta realidades y aprende a traducir problemas complejos en soluciones que funcionan. Esa combinación social, humanística, tecnológica y empresarial convierte el aula en un espacio vivo, donde la diversidad de enfoques multiplica el aprendizaje.

Y, más allá del conocimiento técnico, lo que realmente marca la diferencia es la capacidad de conectar con el propósito. Porque dirigir un proyecto o liderar un equipo implica comprender el impacto humano de cada decisión. La tecnología, sin valores, se vacía de sentido; la gestión, sin empatía, se vuelve mecánica.

Esa fusión entre ciencia, empresa y humanidad es lo que convierte a nuestros programas en auténticos laboratorios de futuro. Espacios donde las ideas se cruzan, evolucionan y se transforman en conocimiento útil para liderar con inteligencia y sensibilidad.

Anabel Rodríguez
Directora Académica de Cesif

Según el informe Reimaginar juntos nuestros futuros de la UNESCO, la educación del siglo XXI debe integrar ciencias y humanidades para afrontar los retos globales con rigor científico y sensibilidad humanística.

La educación médica ilustra esta evolución: el modelo flexneriano de inicios del siglo XX, centrado en la ciencia y el método experimental, dio paso desde los años sesenta a una formación más integral que incorporó filosofía, sociología, antropología y comunicación. 

Hoy, las Humanidades Médicas consolidan esta transformación al formar profesionales con sensibilidad ética, cultural y social. Este enfoque ha influido en todos los grados de Ciencias de la Salud y en las políticas educativas actuales, donde las agencias reguladoras exigen incluir competencias transversales como pensamiento crítico, ética, responsabilidad social, igualdad y sostenibilidad. 

En consecuencia, la educación superior combina hoy como nunca el saber científico, tecnológico, humanístico y artístico para promover una formación más completa y comprometida con la sociedad.

Lidia Wang Liu
Asociada del Departamento de Marketing Start UC3M

¿Ciencias o letras? La formación universitaria ha girado durante décadas en torno a esta división. Sin embargo, la realidad es que el mundo no funciona en comportamientos separados.

Los problemas complejos de hoy no se solucionan solo con código o con filosofía; sino que exigen una visión que integre ambos mundos.

Aquí es donde los planes de estudio multidisciplinares demuestran su verdadero valor.

Combinar materias técnicas con el estudio de la sociedad, la ética o la comunicación no es un relleno. Es la formación de la habilidad más demandada y difícil de automatizar: el pensamiento crítico y la inteligencia cultural. La tecnología necesita entender para quién existe, y la empresa necesita empatía para conectar con su mercado

Como futuros emprendedores, esta capacidad de conectar puntos aparentemente distantes lo es todo. No podemos innovar si no entendemos profundamente el problema humano que queremos resolver. El mercado no premia al especialista aislado.

José Antonio Vicente Ph.D.
Director del Grado en Datos y Analítica de datos | Título Superior en Data Science (ESIC University)
Socio en Descyfra Consulting S.L.

Los grados técnicos como Data Science o Ingeniería aportan las herramientas para dominar las bases del progreso tecnológico y científico (lógica, cálculo, programación o análisis de datos). Sin embargo, las materias de corte humanista (filosofía, antropología, deontología…) proporcionan la brújula que orienta ese conocimiento. Nos hacen pensar el impacto ético de un algoritmo, a cuestionar el porqué de cada innovación o sus consecuencias sociales. Un grado técnico sin humanidades formaría expertos en máquinas, pero carentes de pensamiento crítico.

Ismael Xiva
Content Writer de  Esneca Business School

Hace tiempo que el conocimiento dejó de ser un conjunto de compartimentos estancos. Hoy, las fronteras entre la tecnología, las ciencias sociales y las humanidades se diluyen cada vez más, lo que nos exige apostar por nuevos modelos transversales de aprendizaje. En un mundo interconectado, comprender su poliédrica realidad implica saber desenvolverse de manera multidisciplinar.

Retos como el desarrollo de la inteligencia artificial, la sostenibilidad ambiental o la gestión de un entorno cambiante reclaman profesionales con una visión global.

No basta con dominar herramientas técnicas, sino que hay que comprender también las implicaciones sociales, culturales y humanas de cada decisión.

Por eso, los estudios multidisciplinarios no son una mera tendencia educativa, sino que se erigen en una verdadera necesidad. La combinación de materias humanísticas con conocimientos tecnológicos y empresariales fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación; todas ellas, competencias esenciales para los profesionales del futuro.

En Esneca Business School apostamos decididamente por esta visión. Diseñamos programas de formación propios y en alianza con otras instituciones que integran el saber técnico con la reflexión humanística y social, porque estamos convencidos de que solamente así es posible educar a personas capaces de interpretar, liderar y transformar el complejo mundo en el que vivimos.

Rafael García Parrado
CEO de  EDUCA EDTECH Group

El mercado pide perfiles tech, sí; pero la tecnología sin mirada humanista se queda vacía. La IA no es solo robots y algoritmos: es la ocasión de aunar pensamiento crítico, creatividad y datos para entender una sociedad compleja y mejorarla. Por eso defendemos planes de estudio que integren humanidades, ciencias sociales, empresa e ingeniería: la innovación nace cuando conversan lenguajes distintos. 

El futuro se construye con equipos multidisciplinares y profesionales “multi”: especialistas capaces de profundizar, pero asentados en una base humanística que les permita decidir con criterio, ética y empatía. En EDUCA EDTECH lo resumimos así: “todas las posibilidades de la IA y toda la empatía de las personas”. Esa fusión es nuestro compromiso: tecnología con sentido y vocación de servicio. Ahí están las carreras que transformarán el mundo. 

Y en ese cruce entre conocimiento y empatía situamos PHIA: nuestra mentora digital que integra algoritmos y criterio humano para tomar mejores decisiones, con mirada ética y responsabilidad.

Fabiola Pérez
CEO de MIOTI Tech & Business School

Las empresas líderes no buscan especialistas aislados, sino profesionales capaces de unir datos, contexto y criterio. La formación multidisciplinar permite entender el porqué y el cómo, y convertir la innovación en valor.

Cuando ética y sociología se combinan con tecnología y estrategia, las ideas pasan del laboratorio al cliente con menos fricción. Sectores como salud, finanzas o consumo logran mejores resultados cuando equilibran rigor técnico, experiencia de usuario e impacto social.

Entre el 70 y el 80% de las empresas todavía no aprovechan plenamente el potencial de la Inteligencia Artificial, bien porque sus proyectos no escalan o porque no logran convertirlos en resultados de negocio.

En este contexto, hace falta pensamiento crítico, comunicación clara y conocimiento tecnológico. La IA, la gobernanza del dato y la visión de negocio convierten la analítica en decisiones que generan más confianza y crecimiento.

Desde MIOTI, apostamos por planes de estudio multidisciplinares que preparen líderes capaces de crear soluciones útiles, medibles y sostenibles que mejoren tanto empresas como sociedad.

José Carlos Argueta Aifán
Director del Área de Humanidades de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UFM

En la UFM sabemos que estudiar no solo trata de aprender datos, deseamos moldear personas que razonen, cuestionen por sí mismas y decidan responsablemente ante realidades cambiantes. Las humanidades, repensadas dentro de la FCE, están en el centro de este objetivo.

El método de Sócrates, en un formato dialogante –búsqueda de la verdad con preguntas– aún guía cómo enseñamos y experimentamos la universidad; fomenta diálogos pensados, en los que analizar bien las cosas sirve para tomar decisiones cuando todo parece confuso.

En cuanto a la IA, no la asumimos como un reemplazo del pensamiento humano; al contrario, la valoramos como un empuje para indagar aún más en ella.

La facultad de Ciencias Económicas ofrece una educación amplia en filosofía, historia, ética junto con economía. A su vez proyectos que nacen de unidades académicas como el Michael Polanyi College, el Departamento de Psicología o el Centro Henry Hazlitt muestran esta mezcla de saberes. Las humanidades no sobran: sin ellas cuesta entender cómo funciona el mundo y cómo vivir entre otros.

Nacho de Pinedo
Founder de ISDI

Pensar que el conocimiento se puede compartimentar en plena era de la IA es profundamente analógico.  Emprender o transformar una empresa hoy exige hablar tres idiomas a la vez: negocio, tecnología y liderazgo. Quien sólo domina uno está condenado a la irrelevancia y a ser sustituido por una máquina.

El futuro pertenece a quienes entienden un algoritmo, pero también saben inspirar a un equipo y diseñar una estrategia. Por eso la nueva educación debe ser transversal y holística y formar mentes capaces de establecer conexiones. 

Estos son precisamente los ejes del Master Internet Business (MIB) de ISDI: tecnología con propósito, negocio con visión y liderazgo con impacto. Porque los desafíos de hoy no se resuelven con expertos en silos, sino con emprendedores capaces de pensar como ingenieros, sentir como humanistas y decidir como líderes.

David Ibañez
Profesor universitario en EDEM Escuela de Empresarios

Los centros educativos, con independencia del nivel de enseñanza que ofrecen o su ámbito de especialización, tienen como una de sus principales finalidades formar a profesionales que estén capacitados y cualificados para integrarse en el mercado laboral, dar respuesta a las necesidades que demanda la sociedad y contribuir a su desarrollo.

Por este motivo deben ser instituciones tremendamente dinámicas y en continua evolución para evitar convertirse en un anacronismo, teniendo que adaptarse a la coyuntura actual mediante la incorporación a sus planes de estudio de las nuevas áreas de conocimiento que puedan surgir o actualizando sus contenidos.

Si reflexionamos sobre estas líneas, como consecuencia de los cambios impuestos por el contexto histórico y social, llegaremos a la conclusión de que la barrera que tradicionalmente separaba los planes de estudio considerados humanistas de los planes de estudio con contenidos científico-técnicos se ha ido diluyendo y desdibujando cada vez más.

Basta pensar que la manera de entender hoy la empresa nada o poco tiene que ver con cómo se entendía hace apenas unos años. Por citar solo algunos ejemplos, la irrupción de las inteligencias artificiales generativas ha permitido sistematizar ciertos procesos de gestión empresarial. Los ERPs ofrecen soluciones integrales a las empresas que centralizan la información y optimizan su parte operativa. La cadena de suministro ya no se concibe sin un análisis logístico previo que emplea herramientas tecnológicas capaces de recopilar y procesar un enorme conjunto de datos.

Esta vertiginosa proliferación tecnológica ha puesto en evidencia de manera natural ese enorme vacío existente en aquellas carreras enfocadas en una sola dirección, sea hacia las humanidades o hacia materias científico-técnicas, pero al mismo tiempo ha abierto la posibilidad de diseñar nuevos planes de estudio multidisciplinares que incorporen una formación mixta.

Ahora bien, huelga decir que estos nuevos formatos bajo ninguna circunstancia deberían terminar formando expertos en todo que no lleguen a ser expertos en nada. 

La combinación de materias humanísticas con conocimientos tecnológicos y empresariales fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación; todas ellas, competencias esenciales para los profesionales del futuro