Cada vez más profesionales eligen la formación de posgrado como vía para mejorar su empleabilidad, especializarse o dar un giro a su carrera. Pero ante una oferta creciente de másteres, escuelas y metodologías, tomar la decisión correcta no es sencillo. ¿Qué factores marcan realmente la diferencia? ¿Qué hay que tener en cuenta para que la inversión valga la pena?
Desde ENAE Business School, con más de 37 años de trayectoria en la Región de Murcia, subrayan que lo esencial no es solo estudiar, sino saber elegir. “Un máster puede ser un trampolín o una pérdida de tiempo, todo depende del enfoque del programa, del equipo docente, de la conexión con la empresa y de cómo se adapta a las nuevas exigencias del mercado”, explican desde la dirección académica de la institución.
Formación conectada con el presente
Una de las claves que señalan desde la escuela es la necesidad de que los programas estén actualizados. La digitalización, la inteligencia artificial, la sostenibilidad o las metodologías ágiles ya no son “complementos”, sino parte del núcleo de cualquier formación útil. Los másteres que no se renuevan pierden rápidamente relevancia, especialmente en áreas como marketing, operaciones, finanzas o recursos humanos.
Más allá del contenido, la metodología y el claustro son determinantes. La enseñanza práctica, basada en casos reales, simulaciones o trabajo en equipo, prepara al alumno para actuar desde el primer día. “Contar con profesores en activo, que aportan lo que está ocurriendo hoy en empresas y despachos, marca la diferencia en el aprendizaje”, apuntan desde ENAE, donde más del 70 % del profesorado compagina docencia y práctica profesional.
A eso se suma otro factor cada vez más valorado: la red de contactos. Estudiar un máster ya no es solo aprender, sino también tejer relaciones con otros profesionales, directivos y expertos del sector. Ferias, foros, encuentros empresariales o la asociación de antiguos alumnos (ENAE Alumni) son elementos que amplían el valor del máster más allá del aula.
Empleabilidad e internacionalización
La empleabilidad sigue siendo uno de los principales motivos por los que un alumno decide cursar un máster. Por eso, cada vez se valora más la existencia de bolsas de empleo activas, convenios con empresas, programas de prácticas y orientación profesional desde el primer día.
En el caso de ENAE, el dato es claro: más del 90 % de los egresados accede a nuevas oportunidades laborales tras cursar su formación. “Los resultados hablan por sí solos: convenios con más de 250 empresas, programas de emprendimiento y un portal de empleo activo durante y después del máster”, señalan desde el área de empleo de la escuela.
Además, la internacionalización se ha convertido en una exigencia para muchos perfiles profesionales. Programas con alumnado de más de 30 nacionalidades, estancias en el extranjero, dobles titulaciones o programas en inglés y chino son ya habituales en las escuelas más conectadas con el entorno global.
Accesibilidad y reconocimiento
El precio sigue siendo un factor importante, pero cada vez existen más opciones para hacerlo accesible: becas por país, bonificaciones a través de FUNDAE, programas de ayuda regional como FUERM o SEF, así como financiación a medida. “En ENAE buscamos que el coste no sea una barrera para quienes realmente quieren avanzar profesionalmente”, apuntan.
En cuanto al prestigio, figurar en rankings como QS, Forbes o El Mundo ayuda a posicionar una escuela, pero también es relevante conocer la valoración que hacen de ella las empresas y antiguos alumnos. En el caso de ENAE, ambas variables convergen, gracias a su trayectoria y al impacto demostrado de sus programas.
Elegir bien, pensar a largo plazo
Formarse es una inversión. Pero no se trata solo de acumular títulos, sino de avanzar con estrategia, ampliar capacidades reales y conectar con el mercado laboral. En ese proceso, escuelas como ENAE Business School juegan un papel clave tanto dentro como fuera de la Región de Murcia, ofreciendo una formación adaptada, práctica y orientada al futuro.