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Cuando el CEO se rompe: el ‘burnout’ amenaza la supervivencia empresarial
Xeila Fernández CEO y fundadora de Elevare88

Vacaciones para el CEO: ¿lujo o supervivencia?

Desconectar en vacaciones no es un lujo, sino una necesidad del CEO para tener una buena salud mental, ser creativos y tomar decisiones acertadas para la vuelta a la rutina ...

15/07/2025  Redacción EmprendedoresFirmas
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Vacaciones para el CEO: ¿lujo o supervivencia?

Llega el verano, y con él, la promesa de la desconexión. Para muchos, las vacaciones son sinónimo de descanso y recarga.

Pero, ¿qué sucede cuando quien lidera una empresa se enfrenta a esta temporada con una carga mental aún mayor que durante el resto del año, precisamente por no ser capaz de desconectar de los deberes empresariales?

La realidad es que, para muchos CEOs y altos directivos, el verano se convierte en una fuente de ansiedad, insomnio y una permanente sensación de culpa, en lugar de un verdadero espacio de recuperación.

La figura del CEO, que desde fuera puede parecer imbatible, a menudo sostiene el éxito a costa de sí mismo. Muchos están al límite del agotamiento y experimentan una profunda sensación de soledad de la que no saben salir. Y esta dinámica no se detiene precisamente a las puertas de las vacaciones.

La presión por mantener todo bajo control, delegar con la confianza necesaria y seguir el rumbo del negocio durante la ausencia, transforma el descanso en una nueva fuente de estrés. No es extraño que el conocido síndrome prevacacional, lejos de ser exclusivo de los empleados, impacte de lleno en quienes llevan el timón del barco. Se encuentran atrapados entre la exigencia de un rendimiento continuo y la imperiosa necesidad de parar.

El burnout, esa “epidemia silenciosa” que sufren quienes lideran las empresas, no entiende de calendarios. Puede desconectar al líder de su propia esencia y alejarlo del bienestar. Y si quien comanda al equipo suelta las riendas sin haber reconectado consigo mismo, todo puede tirarse por la borda sin posibilidad de retorno. Cuando un líder se agota, el impacto reverbera a través de toda la empresa: la motivación de la plantilla se resiente, la visión de futuro se vuelve difusa.

En un panorama donde las compañías claman por un liderazgo más humano y con propósito, la dinámica empresarial empuja, paradójicamente, a sus dirigentes hacia un estado de exigencia constante sumamente peligroso.

Un líder inmerso en el agotamiento pierde la capacidad de inspirar. El equipo lo percibe. Se apaga la visión, y con ella, la creatividad. Ya no se innova, se sobrevive. El talento empieza a retraerse. Lo que antes era un equipo comprometido, se transforma en un engranaje que chirría.

Es por eso por lo que desconectar no debemos entenderlo como un lujo, sino una necesidad vital para la salud mental, la creatividad y la toma de decisiones acertadas al regreso.

El nuevo lujo del CEO es, precisamente, la capacidad de detenerse, reflexionar y ajustar el foco. Es disponer del tiempo y la oportunidad para parar a pensar sobre la dirección que estamos tomando como líderes, cuestionar si nuestros pasos están alineados con un propósito más allá de lo puramente económico, y tener la valentía de cambiar lo que sea necesario. Porque, cuando quien lidera está bien, la estructura es más fuerte.

La soledad es una de las cargas más invisibles y pesadas del liderazgo. Por ello, creemos firmemente en la necesidad de crear espacios de contención y crecimiento entre iguales, donde los líderes puedan respirar, soltar y recordar por qué empezaron. Invertir en el cuidado y el desarrollo del CEO no es un lujo, sino una estrategia fundamental para asegurar la visión, la motivación y la resiliencia de toda la compañía.

Solo un CEO presente y con perspectiva puede liderar con impacto real y construir una empresa que perdure. Porque la verdadera transformación no comienza con más esfuerzo, sino con una pausa honesta.

Escucharnos, reconectar y, desde ahí, liderar con propósito. El liderazgo del futuro no vendrá de quienes más hacen, sino de quienes mejor se cuidan para sostener, con presencia real, el legado que quieren dejar.

Xeila FernándezCEO y fundadora de Elevare88
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