
El tejido empresarial de una economía es un elemento fundamental para crear oportunidades de empleo y mejorar la riqueza económica de un país. La Comisión Europea (2006) ha señalado en distintas ocasiones que el crecimiento económico y el empleo dependen del apoyo público a la creación de nuevas empresas. Sin embargo, no es tan simple iniciar un negocio, y los trámites y requisitos a cumplimentar pueden ser, a veces, desalentadores.
A lo largo de los años, motivados por impulsar el espíritu emprendedor de las personas, los científicos y académicos han estudiado y analizado los motivos, razones y características que llevan a una persona a emprender un negocio. La mayoría de esto estudios principalmente se centran en cómo se descubren y explotan las oportunidades de negocio. Es decir, analizan básicamente como las personas son capaces de detectar nuevas necesidades u oportunidades de mercado. Sin embargo, recientemente otros estudios se han centrado en aspectos más personales, analizando actitudes y creencias vinculadas a las intenciones y los comportamientos empresariales.
¿Puede cualquier persona emprender? ¿Es necesario una capacidad especial para emprender un negocio?
Distintas investigaciones científicos (Engel et al., 2014; Akadiri et al., 2017; Brändle et al., 2018) han demostrado que un elemento clave que define al emprendedor es la capacidad empresarial de creer en él o ella (entrepreneurial self-efficacy o autoconfianza empresarial).
Bandura (1997) en su teoría acuñó el término “autoeficacia” y demostró que la autoeficacia consiste en la creencia de una persona en su capacidad para triunfar en una situación particular. La teoría de la autoeficacia de Bandura establece que lo que uno cree respecto a sí mismo y sus posibilidades determina la manera en la que pensamos, nos comportamos y sentimos.
En el ámbito empresarial ocurre lo mismo, si una persona cree que es capaz de iniciar un negocio, tiene ya el primer ingrediente para llevarlo a cabo. Y, de hecho, las investigaciones demuestran que los individuos con una fuerte creencia en sus propias capacidades y habilidades para emprender un negocio son más propensos a mostrar una actitud positiva para emprender un negocio (Barba-Sánchez & Atienza-Sahuquillo, 2011).
Así pues, lejos de la capacidad para detectar oportunidades de negocio o tener ideas, la confianza personal de creer en las capacidades empresariales de uno mismo es un factor crucial de las personas que desean emprender un negocio. La característica personal de creer que tienes las habilidades y capacidades de ser un buen empresario o empresaria, determina la decisión de iniciar el camino de emprender.
Curiosamente, esta capacidad para creer en uno o una misma, no es materia formativa en ningún plan de estudio. Y, además, la seguridad y capacidad para creer en una mismo, a menudo se desarrolla en las edades tempranas de una persona, entre los 2 y 8 años aproximadamente.
¿Son los conocimientos y la educación importantes para emprender?
Si a alguien le gustaría iniciar un negocio, pero no tiene el coraje para ello porque su nivel de autoconfianza es bajo, otro elemento importante que puede ayudar a mejorar esta autoconfianza es la educación.
La Comisión Europea (Alessandrini et al., 2019) señaló que los dos primeros retos a los que se enfrentan los emprendedores son la educación, la cual debe proporcionar las bases adecuadas para el desarrollo de las capacidades empresariales; y las dificultades de acceso a la financiación, unidas a la complejidad de los mercados financieros.
Un conjunto adecuado de habilidades para la gestión financiera es una de las competencias más críticas en la creación y el desarrollo de nuevas empresas, ya que la falta de conocimientos financieros dificulta la actividad empresarial, principalmente entre jóvenes e inexpertos.
Si bien, uno no necesita saber de todo para empezar un negocio, sí es necesario rodearse de personas de confianza que sí sepan, y es imprescindible comprender e interpretar adecuadamente los números de un negocio; puesto que sería equivalente a que un doctor conozca y sepa comprender las constantes vitales de su paciente.
No obstante, distintas encuestas sobre capacitación y conocimientos financieros realizadas en todo el mundo en los últimos años (Klapper et al., 2015; Organization for Economic Co-operation and Development, 2018) han puesto de manifiesto la necesidad de mejorar los conocimientos y habilidades en materia financiera de los ciudadanos de los distintos países. En el informe de la OCDE de 2018 (Organization for Economic Co-operation and Development, 2018) se señala de nuevo la necesidad de mejorar los niveles de educación en materia financiera, incidiendo tanto sobre la población joven como adulta.
Un estudio en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC)….
Un estudio realizado por investigadores de la UOC (Ruiz-Dotras & Lladós-Masllorens, 2022) sobre las intenciones de emprender, reveló que de los distintos factores que pueden intervenir para decidir emprender un negocio, el conocimiento financiero y numérico, así como la confianza de cada persona en sus capacidades, son primordiales para que los individuos se lancen a crear su propio negocio. Ambas características se complementan, es decir, individuos que no tienen una gran autoconfianza emprendedora en sí mismos, su deseo de emprender responde a sus elevados conocimientos financieros y numéricos. Dichos resultados, confirmaron, pues, que la falta de autoconfianza empresarial puede suplirse con un nivel elevado de conocimientos financieros y de cálculo para estimar riesgos.
Asimismo, el estudio también reveló que los individuos que no poseen ninguna de las dos características, necesitan tener otras razones de peso para realmente decidirse a emprender un negocio, tales como estar en el paro o bien, tener en entorno familiar empresarial que ejerza como modelo.
El estudio también constató que la mayoría de los encuestados carecían de buenos conocimientos financieros y numéricos, así como de capacidad para evaluar correctamente los riesgos, factores esenciales para un emprendedor.
Por lo tanto, los conocimientos financieros y las habilidades para estimar el riesgo son componentes esenciales de las decisiones empresariales y, en consecuencia, los individuos con intención de crear una empresa deben estar preparados para ello.
Es necesario pues, promover medidas gubernamentales que apoyen la inclusión de contenidos financieros en el sistema educativo, con el fin de fomentar una mayor cultural empresarial en la sociedad en ausencia de autoconfianza empresarial.
¿Cuál es la clave del éxito?
Elementos como el conocimiento financiero y numérico, así como la confianza de cada persona en sus capacidades, son primordiales para que los individuos se lancen a crear su propio negocio. Pero el éxito de un negocio no depende exclusivamente de estas características o de la idea de negocio, sino también de otros factores.
Así pues, no solo es necesario estar presente en el lugar y momento adecuado o detectar necesidades, sino también es imprescindible hoy en día, estar presente y activo en las redes sociales, segmentar y diferenciarte de tu competencia, conocer bien y atender a tus clientes, tener un negocio flexible, dimensionable y escalable, y sobretodo tener seguridad y confianza en uno mismo para tomar las mejores decisiones acompañado de un buen equipo.
En un mundo tan cambiante como en el que vivimos, conocer bien las necesidades, detectar oportunidades y evaluar correctamente los riesgos pueden ayudar considerablemente al éxito. Pero también es necesario que, sea el negocio que sea, se viva con pasión y responda a nuestros principios y valores.