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Toma de decisiones empresariales: un proceso entre racionalidad y creatividad
Valentina Lorenzon 3ª generación de la empresa Bielle y consultora para empresas y profesionales en Londres

Toma de decisiones empresariales: un proceso entre racionalidad y creatividad

Esta experta analiza aspectos clave en la toma de decisiones empresariales, que pueden diferenciarla de las decisiones tomadas por directivos y líderes que no son propietarios

16/07/2025  Redacción EmprendedoresFirmas
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Toma de decisiones empresariales: un proceso entre racionalidad y creatividad

Truly successful decision-making relies on a balance between deliberate and instinctive thinking (M. Gladwell)

Los emprendedores se enfrentan constantemente a la necesidad de tomar una amplia gama de decisiones, que incluye tanto las operativas del día a día cuanto las estratégicas a largo plazo. Además, su complejidad y nivel de riesgo cambian constantemente en función de las diferentes etapas del viaje empresarial y pueden tener un gran impacto en el desarrollo de una organización.

Al igual que otros profesionales llamados a tomar decisiones, los empresarios deben tener en cuenta el impacto de una serie de factores externos como, por ejemplo, los recursos limitados, el papel de la tecnología, el cambio de preferencias de los clientes y las condiciones socioeconómicas del entorno.

Sin embargo, la forma en que los empresarios toman decisiones puede ser diferente de la de los directivos o los líderes que no son también propietarios. Sería imposible analizar en detalle todos los niveles diferentes de complejidad que intervienen en esto tipo de proceso, pero hay tres aspectos distintivos que generalmente caracterizan la manera de tomar decisiones de los emprendedores.

1. Creación de soluciones innovadoras

Muchos emprendedores deben el éxito de su negocio a la capacidad de identificar y desarrollar ideas, productos y soluciones innovadores, como forma de destacar frente a la competencia y cumplir su propósito empresarial.

Por ello, no se limitan a tomar decisiones eligiendo una de las opciones existentes, sino que intentan encontrar la manera de cambiarlas e inventar enfoques nuevos y creativos que respondan a la evolución de las exigencias de los clientes y las necesidades de la empresa.

A menudo esto implica alejarse de las ideas dominantes y adoptar perspectivas únicas y contraintuitivas para seguir siendo competitivos y, en el mejor de los casos, ayudar a allanar el camino de todo un sector. Así que, desde un punto de vista práctico, ¿qué competencias claves requiere esto?

Tener confianza en uno mismo y pensar con independencia. Los empresarios deben desarrollar altos niveles de conciencia de sus propios conocimientos y capacidades, así como asumir el riesgo de defender sus opiniones y creencias, incluso cuando no son universalmente aceptadas.

Ser proactivo. Para decidir de manera eficaz, es necesario tomar activamente la iniciativa y crear nuevas oportunidades, no como una respuesta pasiva al entorno, sino como una forma de estar a la vanguardia del cambio.

Ser decisivo. La cantidad de datos e informaciones de que disponemos actualmente para tomar decisiones puede a veces resultar abrumadora y provocar una «parálisis por análisis», que impide un progreso rápido. Esto puede superarse siendo decisivo y tomando medidas a su debido tiempo, incluso cuando se trabaja bajo presión.

Ser flexible. Aunque la planificación y la elaboración de estrategias son fundamentales para el éxito empresarial, los emprendedores deben estar preparados a cambios de dirección imprevisible y rápidos, aceptando también las decisiones menos eficaces y los contratiempos como oportunidades de aprendizaje para mejorarse y seguir adelante.

Ser ingeniosos. Muy a menudo, y sobre todo al principio del viaje empresarial, los emprendedores sólo pueden contar con un número limitado de recursos y oportunidades, por lo tanto, necesitan maximizar el impacto de sus decisiones y aprovechar estratégicamente lo que tienen a su disposición.

2. Cumplimiento de objetivos múltiples

Un segundo factor que debe tenerse en cuenta es que los empresarios no suelen tomar decisiones ‘en silos’ dentro de unidades de negocio específicas, sino que necesitan una visión de helicóptero de las necesidades interdepartamentales y, por consiguiente, idear estrategias globales.

Además, si bien es muy importante lograr el éxito organizativo a largo plazo, los rendimientos financieros no son necesariamente el único factor motivador de los emprendedores. Los factores no monetarios como la autorrealización, la independencia financiera y profesional, el logro de objetivos determinados y la creación de un legado significativo también desempeñan un papel importante en la forma en que los empresarios toman sus decisiones.

Esto puede crear un conjunto de requisitos y objetivos a menudo contradictorios que la convierten en un proceso aún más complejo.  ¿Cómo se puede superar esta trampa potencial?

– Comprender la razón última y la motivación detrás de la necesidad de tomar una decisión específica.

– Desglosar los objetivos y desafíos para identificar prioridades y tareas claras que puedan informar el proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, la sencilla pero aún relevante, matriz de Eisenhower puede proporcionar un marco de alto nivel para evaluar lo que es verdaderamente importante, prioritario y que vale una inversión de tiempo y recursos.

– Asumir riesgos calculados a corto plazo para alcanzar objetivos a largo plazo y cumplir el objetivo empresarial último. En particular, los emprendedores deben pensar en las implicaciones de sus decisiones más allá de los rendimientos inmediatos, de una manera que estimule la creación de un negocio sólido y sostenible que pueda sobrevivir a los múltiples desafíos que enfrentará durante su ciclo de vida.

Pensar de forma crítica. Siempre que sea posible, los empresarios deben aprovechar los datos y conocimientos disponibles para tomar decisiones informadas, analizándolos lógicamente en el contexto de sus especificas necesidades empresariales.

– Rodearse de personas de confianza que tengan los conocimientos, la experiencia y la capacidad para proporcionar una experiencia diversa y una amplia gama de perspectivas diferentes.

3. Gestión del componente emocional

Cuando se trata de toma de decisiones empresariales, el pensamiento crítico, el análisis basado en los datos y el juicio racional son solo algunos de los factores que caracterizan el proceso. Especialmente durante las primeras etapas del desarrollo empresarial, los emprendedores tienden a ser emocionalmente muy implicados en su empresa y en las decisiones que toman y dan prioridad a la protección de su existencia. Su negocio es una representación directa de quiénes son, de sus ideas y creencias y de los esfuerzos que hicieron probablemente durante varios años.

En consecuencia, ‘hacerlo bien’ tiene un significado completamente diferente porque los empresarios se sienten personalmente responsables de su éxito y ponen una cantidad increíble de presión sobre sí mismos para tomar la decisión ‘correcta’. Además, los empresarios tienen muy a menudo una visión clara de lo que quieren lograr y cómo hacerlo, por lo que podrían correr el riesgo de fijarse objetivos poco realistas.

Esto podría impedirles tener una perspectiva verdaderamente objetiva de lo que es mejor para el negocio. Aunque un vínculo tan emocional con su negocio podría sin dudas ser un problema, también puede ser convertido en una fuerza positiva. Pero ¿cómo?

La toma de decisiones empresariales se caracteriza cada vez más por la incertidumbre y la complejidad y, aunque desafiante, ofrece una oportunidad única para desarrollar una amplia gama de habilidades y altos niveles de intuición y sabiduría basada en la experiencia.

Estos pueden ser esenciales en el proceso creativo, especialmente cuando los datos y las perspectivas disponibles son limitados y ambiguos. Hay algunas actividades que podrían ayudar a aprovechar el componente emocional:

Desarrollar habilidades de auto-liderazgo, como una manera de entender y mitigar los sesgos cognitivos, aumentar la conciencia sobre las propias habilidades de toma de decisiones en diferentes situaciones y gestionar con éxito los componentes emocionales.

– Buscar activamente el aprendizaje experiencial para mejorar la intuición y aumentar la sabiduría y la perspicacia empresarial.

Aprendizaje continuo.

– Canalizar las emociones para fomentar el pensamiento creativo y la innovación. En conclusión, la toma de decisiones empresariales presenta un conjunto de oportunidades y desafíos muy específicos, especialmente dentro del actual entorno empresarial de alta presión, bajos recursos y ritmo acelerado.

Tomar la decisión correcta no es una ciencia exacta, y combina elementos objetivos como el análisis de datos, la planificación estratégica a largo plazo y el pensamiento crítico, con componentes más subjetivas como la intuición, la imaginación y el pensamiento creativo.

Al fomentar activamente una combinación de aprendizaje continuo y experiencial, y pensamiento crítico, los empresarios pueden seguir perfeccionando sus habilidades para tomar decisiones oportunas y adecuadas, incluso en situaciones difíciles, y encontrar el equilibrio adecuado entre racionalidad y creatividad.

Valentina Lorenzon3ª generación de la empresa Bielle y consultora para empresas y profesionales en Londres
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