
Ángel Uzquiza
Director de Innovación del Grupo Santalucía
“La innovación era un folio en blanco hace 15 años y ahora es el reto de aprender más rápido que el mercado”
Ángel Uzquiza cuenta en primera persona su relación profesional con la innovación, que "es el reto de aprender más rápido que el mercado”

No tengo ninguna duda de que el aprendizaje impulsa un mejor desarrollo personal y profesional. Por eso, disfruto impartiendo clases en la universidad y formando equipos; me permite ver cómo cada avance modifica conductas, abre caminos y baja barreras.
Enseñar, además, me obliga a seguir aprendiendo. Hoy puedo decir que en el Grupo Santalucía he encontrado la oportunidad de convertir esa convicción en proyecto.
Trabajar en un departamento de innovación es exigente. Pide resiliencia, humor y una fe razonablemente irracional en que las cosas pueden ser mejores. La inercia mata más proyectos que los errores.
Innovar es probar, medir, aprender y volver a intentarlo; aceptar que equivocarse forma parte del oficio y que el éxito de hoy es el punto de partida de mañana. La innovación y el emprendimiento necesitan personas optimistas y resilientes.
Cuando las vueltas del camino llevan a la innovación
Mi trayectoria comienza en Recursos Humanos. Empecé en Línea Directa como técnico de selección y, al cabo de dos años, surgió la opción de sumarme al área de innovación, que, en esa época, llamábamos “lo siguiente”.
Al principio de la década de 2010, apenas existían departamentos de innovación. Aprendimos leyendo, preguntando y, sobre todo, haciendo. Miramos fuera, con referentes en Estados Unidos como IDEO, y empezamos a intervenir donde dolía: distribución, fidelización, siniestros y procesos internos.
Viví los avances que ahora nos parecen rutinarios. Tuve la oportunidad de participar en el desarrollo de la primera app que permitía a un cliente ver en tiempo real cómo se acercaba su grúa; trabajamos en la apertura de partes y en la toma de datos más automatizada.
La idea de fondo era simple, pero revolucionaria a la vez: la tecnología solo sirve si mejora la experiencia del cliente y el resultado del negocio.
Llenando el escaparate de un buque transatlántico
En 2015 recibí una llamada de un cazatalentos para ofrecerme participar en el proceso de selección de una compañía aseguradora española como director de innovación.
Tras pasar varias entrevistas, finalmente me ofrecieron crear el departamento de innovación de una empresa centenaria como Grupo Santalucía.
Lo que encontré al llegar fue un folio en blanco y apoyo real para llenarlo con contenido eficaz que sumara al grupo. Me recibió una casa con más de 8.000 trabajadores y con el desafío de ser capaz de llevar la innovación a todo el grupo.
Innovar aquí era y es un reto mayúsculo, se trata de mover un transatlántico sin que nadie se maree y con la responsabilidad de ser un buen capitán.
De la prueba piloto a proyectos para toda la vida
Tenía claro, quizás por mi formación como psicólogo, que mi primer gesto debía ser escuchar. Me entrevisté con 89 mandos directivos para entender qué significaba “innovación” para cada uno y dónde estaban las prioridades del negocio.
Con esa convicción, arrancamos con un plan prudente en objetivos y ambicioso en método: hacernos visibles, crear un grupo de trabajo dedicado, incorporar metodologías, priorizar proyectos con impacto y demostrar resultados.
El primer año sirvió para empezar a implementar cambios y marcar el rumbo. Había que conectar la energía de dentro con la de fuera. Uno de los objetivos desde el principio fue fomentar, capacitar e implantar en todo el grupo la cultura de la innovación.
Nos aliamos con Recursos Humanos y Comunicación, dos áreas transversales que nos posibilitaban llegar a todos los empleados.
Así, hemos estado presentes en todos los departamentos para que “la innovación” no quedara en una esquina e impregnara el espíritu de todo el grupo.
Conectar el talento y ‘construir’ oportunidades
Teníamos claro que nuestra misión era conectar el talento interno de la casa y el externo del ecosistema emprendedor, así surgió Santalucía Impulsa. Buscábamos menos titulares y más tracción verificable.
El objetivo no era organizar un “demo day” bonito, sino construir un flujo continuo de oportunidades que pudieran entrar en el negocio con solvencia.
Desde entonces impulsamos y conectamos el talento de dentro con esos emprendedores que nos presentan proyectos de soluciones a problemas reales del sector.
En paralelo, veíamos clave ensalzar el talento joven y, comenzamos a tejer un programa operativo con universidades y escuelas de negocio.
Cada curso lanzamos retos reales del grupo en aulas y laboratorios. Profesores y estudiantes trabajan sobre casos reales; nosotros aportamos contexto, datos y mentores, y ellos devuelven experimentos, prototipos y talento listo para incorporarse.
La innovación con propósito
De ese puente académico han salido pilotos, investigaciones aplicadas y, sobre todo, un lenguaje común sobre qué es la innovación con propósito y ganas.
La historia del departamento de innovación del Grupo Santalucía se cuenta con todo lo que hemos hecho hasta ahora pero también con números. Hemos pasado de ser solo una persona a 12, hemos revisado más de 3.000 propuestas y por la casa han pasado compañías como Bdeo, Bigle Legal o Ever Health.
El valor movilizado por las startups aceleradas durante estos años, supera los 24 millones de euros. Pero lo que más valoro no es la cifra, sino la capacidad de aportar valor al grupo y ser reconocidos como uno de los departamentos de innovación más importantes del ecosistema empresarial español.
Tras 10 años en esta compañía, guardo muchas anécdotas y casos de éxito. Uno de los más queridos es un proyecto de intraemprendimiento llamado Reconquista tu Hogar, que lanzamos para que quien tuviera una hipoteca, y por tanto un seguro de hogar y/o de vida asociado al banco, pueda simular en la web de Santalucía y poder elegir un cambio. Con un simulador claro y métricas exigentes demostramos que había recorrido real si conseguíamos hacerle fácil el camino al cliente.
Escalar el futuro
Ahora, puedo decir con orgullo que en el Grupo Santalucía la innovación es un activo consolidado. Ya no se trata solo de generar ideas esporádicas que hay que probar; hemos construido una fábrica que produce innovación de forma constante, con procesos, gobierno y vehículos adecuados para cada oportunidad.
Tenemos claro que el futuro y siguientes pasos estratégicos miran a la escalabilidad: menos experimentos sueltos y más soluciones desplegadas con impacto sostenido.
Como el primer día, sigo convencido de que el desarrollo de las personas es la tecnología más avanzada que conoce una empresa. Innovar es construir futuro con paciencia.
Y el futuro, en seguros, no es ciencia ficción: es una llamada que ahorra un minuto de tu tiempo, una app que resuelve un problema en la carretera, un simulador que devuelve poder de decisión al cliente y un equipo que aprende algo nuevo y lo pone al servicio de los demás. Ese es el propósito. Lo demás son herramientas.
Ángel Uzquiza es licenciado en Psicología y ha fortalecido su perfil académico cursando un Máster en Marketing Digital y un Máster en Negocio. Actualmente, es Director de Innovación del Grupo Santalucía.
Se define como un humanista pragmático: cree que las organizaciones cambian cuando crecen las personas y que la innovación solo tiene sentido si mejora la experiencia y el resultado del negocio. Si tuviera que elegir una única función, sería esta: ayudar a que la gente aprenda más rápido que el mercado.
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