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5 decisiones que separan el crecimiento sostenible del caos organizativo
Lena Hackelöer Fundadora y CEO de Brite Payments

5 decisiones que separan el crecimiento sostenible del caos organizativo

Esta experta reflexiona sobre qué separa a las empresas que escalan de forma sostenible de las que caen en el caos organizativo

20/08/2025  Redacción EmprendedoresFirmas
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5 decisiones que separan el crecimiento sostenible del caos organizativo

En un entorno en el que se valora la inmediatez, muchas empresas intentan crecer rápidamente… y sin rumbo. Pero el crecimiento sostenible requiere mucho más que ambición: necesita una cultura sólida, estructuras claras y un liderazgo estratégico.

Estas cinco claves pueden marcar la diferencia entre crecer y consolidarse… o expandirse y luego fragmentarse.

1. Comunicarse de forma estratégica, no solo auténtica

Ser accesible y auténtico es bueno. Pero cuando una empresa empieza a crecer, ya sea en tamaño, mercados o idiomas, eso no es suficiente. El equipo necesita una comunicación clara, estructurada y coherente, en la que todos comprendan su función, lo que se espera de ellos y cómo progresar.

Definir desde el principio las jerarquías funcionales, los canales de comunicación y un discurso común ayuda a evitar ambigüedades internas. Esto es especialmente importante cuando el crecimiento implica diferentes países o modelos híbridos. La coherencia genera confianza.

2. Contrata con visión, no con urgencia

En épocas de expansión, puede ser tentador contratar rápidamente para cubrir vacantes. Pero eso puede comprometer algo más que el presupuesto: puede costar cultura, eficiencia y cohesión.

En lugar de cubrir puestos por impulso, prioriza perfiles que no solo hagan su trabajo, sino que también sepan transferir conocimientos, apoyar procesos y elevar al equipo. Especialmente en sectores como la tecnología o los servicios financieros, donde las funciones se han vuelto muy especializadas, la contratación debe tener en cuenta tanto la experiencia como la alineación con la cultura y la visión a largo plazo.

3. Diseña una cultura que se adapte, no una que se diluya

Cuando el equipo es pequeño, la cultura parece surgir de forma natural. Pero a medida que crece, si no se gestiona activamente, puede fragmentarse. Por eso la cultura no debe ser un ambiente que se da por sentado, sino una estructura que se diseña.

¿Cómo se define el alto rendimiento? ¿Qué se recompensa más allá de los resultados? ¿Cómo se comunican los errores y los éxitos? Responder con claridad a estas preguntas permite crear entornos en los que la motivación está alineada con los objetivos y en los que las trayectorias profesionales son visibles y posibles. La cultura debe ser una fuerza motriz, no nostalgia.

4. Ser flexible en los métodos, firme en la visión

Una empresa en crecimiento tiene que adaptarse: cambiar su producto, su mercado o su forma de operar. La clave está en diferenciar entre lo que es negociable y lo que es esencial.

La visión es el faro. Pero el camino para alcanzarla requiere ajustes, iteraciones y revisiones continuas.

Fomentar espacios para escuchar, probar nuevas formas de hacer las cosas y aceptar que lo que funcionó ayer puede no funcionar mañana es parte del liderazgo. La flexibilidad es una herramienta estratégica, no un signo de indecisión. Las empresas que sobreviven no son las más rígidas, sino las que mejor aprenden.

5. Piensa más allá del trimestre

Escalar no consiste solo en alcanzar los objetivos de este mes o de este trimestre. Se trata de preguntarse: ¿Qué capacidades internas necesitaré dentro de un año? ¿Qué procesos puedo reforzar hoy para no tener que volver a hacerlos mañana?

Pensar a largo plazo significa invertir en sistemas escalables, procesos revisables y un liderazgo intencional. Significa construir no solo con agilidad, sino con visión. Las empresas duraderas son aquellas que toman decisiones pensando en el futuro.

La resiliencia no se improvisa: se diseña con tiempo, criterio y determinación.

Escalar no consiste en correr más rápido. Se trata de avanzar con una dirección clara, estructuras sólidas y una cultura coherente. El liderazgo orientado a la escalabilidad implica elegir con quién crecer, cómo construir los procesos y qué aspectos son innegociables en el camino. Porque si hay algo que distingue a las empresas que consolidan su crecimiento es que no dejan el éxito al azar.

Lena HackelöerFundadora y CEO de Brite Payments
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