Carlos Murillo (41 años) y Carolina Rodríguez (45 años), cofundadores de Spinoff, una consultora de desarrollo de negocio y escalabilidad para startups que ya cuentan con un product market fit y buscan crecer sin renunciar a lo que las hace únicas. Esta es su historia contada en primera persona, la de cómo dos compañeros de trabajo inician el camino de emprender como guías y consejeros de negocio de startups.
Trabajo en equipo
Spinoff es el resultado de dos compañeros de trabajo que, al principio, apenas cruzábamos palabra. Fue así hasta que el primer proyecto que compartimos marcó un punto de inflexión: el trabajo en equipo fluyó con absoluta naturalidad y esa chispa nos hizo ver que juntos nuestras ideas no solo sumaban, sino que multiplicaban. Desde entonces, emprendimos un camino que todavía hoy construimos con Spinoff.
Durante años colaboramos como freelance, cada uno desde su camino, pero siempre encontrándonos para determinados proyectos. Pronto empezamos a atraer a marcas que admirábamos profundamente. Marcas con propósito, con productos auténticos, pero también con muchas dudas sobre cómo crecer sin perder su esencia. Empresas que sabían que necesitaban pensamiento estratégico, pero no grandes consultoras, querrían algo cercano, algo real. Y nosotros también.
En plena pandemia, mientras todo se paraba, nosotros nos movíamos. Carlos dejó la consultora. Carolina estaba en ERTE. Y decidimos embarcarnos en lo que parecía un proyecto ajeno: abrir un hostel en Madrid. Llegamos lejos: concepto diferencial, interés de inversores, todos los puntos clave sobre la mesa… salvo el local. Y ante esa falta de espacio para ese imaginario del futuro hostel, entendimos que la vida nos estaba diciendo que aquel proyecto no era nuestro destino, era una excusa para seguir construyendo algo juntos.
Fue entonces cuando llegó a Carlos una de esas ofertas difíciles de ignorar para sumarse a una gran consultora. Y entonces nos sentamos para ver juntos hacia dónde debía ir nuestro futuro. Seguíamos recibiendo encargos, veíamos un hueco claro en el mercado y sentíamos que trabajar juntos nos hacía mejores… ¿por qué no apostar por lo que ya estaba ocurriendo de forma natural? Sabíamos que el hueco estaba, que era necesario este proyecto, que había necesidad de un acompañamiento así. Y fue esa intuición que compartimos lo que hizo que naciera la consultora de desarrollo de negocio y escalabilidad Spinoff.
Spinoff no es una agencia. Tampoco una consultora al uso. Es una herramienta para acompañar a empresas con potencial real —emergentes, familiares, digitales, tecnológicas, innovadoras— que necesitan estructura, enfoque y dirección para crecer sin vaciarse por dentro. Hasta hoy, hemos acompañado a más de 24 compañías a tomar decisiones clave para su futuro. Y ese acompañamiento es muchas veces el salvavidas en momentos importantes para ellas, donde pueden llegar a sentir cierta soledad para tomar decisiones clave y relevantes para su futuro. Spinoff es esa brújula que te encuentra cuando necesitas el empujón o el freno.
Marca, cultura y negocio
Desde el inicio lo tuvimos claro: trabajaríamos desde tres ejes —marca, cultura y negocio— porque una empresa no es solo su producto o su plan financiero. Es lo que dice, cómo se comporta, lo que representa. Acompañamos a las empresas a entender quiénes son, cómo se relacionan con su entorno y cómo pueden evolucionar con coherencia, sin renunciar a sus principios y a la calidad del su producto.
Muchas de las compañías que nos buscan ya tienen recorrido asentado: producto, comunidad, a veces incluso inversión. Pero también tienen dudas: ¿cómo crecer sin traicionarse? ¿Cómo no perder lo que las hace únicas? ¿Cómo evitar que la urgencia lo contamine todo? Ahí entramos nosotros, ahí tenemos que estar.
Y es que nuestro trabajo no es solo estratégico, de hecho, podríamos decir que es casi terapéutico, ya que abrimos conversaciones difíciles, redefinimos el foco, reordenamos la cultura interna y articulamos propuestas de valor que conectan con lo que una empresa es, no con lo que el mercado quiere que finja ser. Mantener la esencia, los valores es parte del camino.
Emprender con sentido: crecer bien antes que crecer rápido
Nos suelen preguntar qué consejo daríamos a quienes emprenden —con tecnología o sin ella, en un ecommerce o en un modelo híbrido— y solemos decir siempre lo mismo, que no dejen la marca para el final. La marca no es un logo, es una toma de posición. Cuanto antes definas quién eres, antes sabrás cómo comunicar, contratar o decidir. Ignorarla hasta el final suele salir caro: una marca construida a posteriori rara vez es coherente.
Otro punto clave es pensar en grande, pero actuar en pequeño. La visión a largo plazo debería convivir desde el inicio con la ejecución del día a día. Hemos visto muchas empresas tropezar porque nunca se plantearon con claridad cómo querían crecer. Y cuando llegó la oportunidad, no supieron qué hacer con ella.
También es importante asumir que no todo el mundo es tu cliente, ni todo el capital es inteligente. Hay decisiones que, si no se toman con criterio, te pueden alejar de tu propósito. A veces decir no a un inversor o a un segmento de mercado es lo más sano para tu proyecto.
La urgencia es una amenaza constante. Y bajo presión, muchos fundadores terminan convirtiéndose en algo que no querían ser. Por eso insistimos en construir estructura antes de necesitarla. La improvisación funciona hasta que deja de hacerlo, y ese momento suele llegar cuando menos lo esperas.
Y sobre todo: liderar personas
Por último, tu empresa es tan fuerte como tu capacidad para liderar personas. Productos, métricas, inversión… nada de eso sustituye la importancia de tener un equipo sano, motivado y bien guiado. Quien no se toma en serio el liderazgo, no está construyendo una empresa, está gestionando una operación temporal.
Y, sobre todo, hay que cuestionar el manual. No todo lo que dicta el ecosistema de startups aplica a tu realidad. No todo lo que brilla es tracción. Y no todo lo que te dicen que «hay que hacer» es lo mejor para ti. Escucha, analiza, pero decide desde tu propio criterio y desde tu verdad.
Quizá el futuro del emprendimiento no se parezca a lo que hemos visto hasta ahora. Y lo aseguramos en términos de oportunidad. Para construir con calma en medio del ruido. Para decidir con criterio en vez de seguir instrucciones. Para crecer sin disfrazarte. Para emprender desde tu identidad, no desde el manual del startapero que, precisamente, pensamos que debemos romper.
Y en ese nuevo paradigma, Spinoff quiere ser el faro que guía con sentido común y perspectiva realista. Acompañamos a compañías que sirven cafés de especialidad, que reinventan el cuidado a domicilio o que llevan fruta de temporada a tu puerta. Empresas valientes que apuestan por la autenticidad antes que por la hiperescala. No creemos en fórmulas mágicas ni en el éxito exprés. Creemos en el trabajo bien hecho, en las decisiones tomadas con calma y en modelos de negocio que se sostienen en el tiempo. Porque emprender también puede ser sin prisa pero con confianza.