Un ecosistema emprendedor saludable significa disponer de un entorno dinámico y robusto donde los emprendedores y las startups, además de nacer, pueden prosperar. Es la suma de todos los actores y elementos que interactúan para facilitar la creación y el crecimiento de nuevas empresas en una región geográfica específica.
Como decíamos en este otro artículo, el ecosistema tecnológico español va en progreso con más de 8.580 empresas que generan un impacto económico de 14.816 millones de euros. Pero como señala Nacho Más, CEO de Startup Valencia & VDS “un ecosistema tecnológico está verdaderamente sano cuando crece de forma sostenible, genera valor económico y social, atrae oportunidades internacionales y consolida una red colaborativa que impulsa su evolución constante”. Suyas son estas 6 métricas que nos facilita para medir la salud de un ecosistema.
Las seis métricas
A Nacho Más corresponden estas 6 métricas que nos facilita para medir la salud de un ecosistema:
1. Grado de madurez de las startups
Es necesario analizar su crecimiento y grado de madurez, observando no solo cuántas empresas nacen, sino cuántas evolucionan hacia scaleups o protagonizan exits relevantes. Según el último análisis de El Referente, en España, en 2025, se estima que hay 1.185 scaleups las cuales generan un impacto económico significativo, con una contribución de 9.762 millones de euros.
2. La inversión captada
Es otro indicador esencial, no solo por su volumen, sino también por la calidad y procedencia del capital. A juicio de Nacho Mas, resulta especialmente relevante el número de rondas que atraen inversión internacional o fondos con un componente estratégico.
Según el Spain Tech Ecosystem Report 2025 elaborado por Dealroom.co en colaboración con BBVA Spark, Endeavor, Enisa, GoHub, Kfund, SpainCap y Wayra durante los primeros seis primeros meses de 2025 España había superado ya la inversión de todo 2024 lo que supone un cambio de tendencia frente a los últimos tres años.
El informe revela también que los inversores internacionales continúan desempeñando un papel esencial en nuestro ecosistema en todas las fases del ciclo inversor, aportando cada vez más capital, así como experiencia y proyección global a los proyectos locales.
3. Generación de empleo
También es clave el impacto en la generación de empleo y la capacidad de atraer y retener talento. Por ejemplo, señala Mas que eventos tecnológicos internacionales como VDS contribuyen a crear el equivalente a más de 1.800 empleos mensuales a tiempo completo, según el análisis de la consultora EY, lo que pone de manifiesto el potencial transformador del ecosistema en términos económicos y sociales.
4. La conectividad internacional
Esta se mide por el número de colaboraciones transfronterizas, programas de softlanding (conjunto de servicios y estrategias diseñados para facilitar la entrada y adaptación de empresas extranjeras a un nuevo mercado internacional) o presencia en redes europeas. Su impulso es, igualmente, un signo de vitalidad.
Como ejemplo en este caso podemos referir el Programa Softlanding Europa puesto en marcha el pasado año por La Nave, en Madrid, orientado a empresas de Latinoamérica en fase de expansión, con productos o servicios ya consolidados, que hayan tenido buenos resultados en su país y quieran expandirse al mercado español.
5. Talento y capital humano
Es fundamental la existencia de una reserva de personas talentosas y capacitadas, incluyendo emprendedores con experiencia, empleados calificados, mentores y asesores para que un ecosistema continúe avanzando. La retención del talento local atrae, asimismo, la llegada de talento externo.
6. Cooperación entre agentes del sector
Se trata de que todos los actores participantes en el sector remen en la misma dirección, desde las universidades hasta las administraciones, startups y grandes corporaciones. “Cuando se fomenta una cultura de comunidad basada en la colaboración público-privada, se generan dinámicas que fortalecen todo el sistema”, sostiene Mas.
Colaboración transfronteriza. El caso de Startup Valencia
Con más de 1.500 startups activas y un crecimiento interanual del 15%, la Comunidad Valenciana lleva años demostrando una dinámica sólida y en expansión.
Una de las claves es, a juicio del CEO de Startup Valencia & VDS, la firme apuesta por la colaboración transfronteriza. “Trabajamos activamente con organizaciones internacionales, embajadas tecnológicas, fondos de inversión globales y plataformas de conexión entre hubs como Allied for Startups, European Startup Network o TechBBQ”.
En la misma línea, uno de los pilares desarrollado en la comunidad para fomentar la proyección internacional es VDS Tech Conference, consolidada, según Más, “como un punto de encuentro internacional para startups, inversores, corporaciones y agentes públicos”. Este año, la VDS Tech tendrá lugar los días 22 y 23 de octubre en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia donde esperan reunir a más de 12.000 asistentes de 110 países y generar un impacto económico de más de 20 millones de euros.
“Pero más allá de las cifras, el valor real está en las conexiones de negocio y oportunidades globales con la realidad local. Creemos en una internacionalización que no sustituye, sino que potencia las fortalezas del territorio”, insiste el CEO quien añade, como valor adicional del ecosistema valenciano, la calidad de vida y una vocación global.
“La clave está en construir puentes y no muros: facilitar la movilidad de talento, compartir conocimiento, fomentar la inversión extranjera y aprender de otros modelos sin perder identidad propia”, concluye.