La subida del precio del aceite de oliva provocada en gran parte por la caída de la producción de oliva despierta las alertas entre los consumidores, poco dispuestos a renunciar a nuestro “oro líquido”.
La escasez de lluvias y el aumento de las temperaturas han sido claves para provocar la caída de la producción de aceitunas que, según la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), será de entre un 50% y un 60%.
Una crisis sin precedentes en el sector que no solo afecta al precio del consumidor fina, sino también a las industrias alimentarias que dependen de estos ingredientes básicos para la elaboración de sus productos. ¿Hay solución a esta crisis? Expense Reduction Analysts (ERA), consultora especializada en la optimización de costes y la gestión de proveedores, propone tres formas de atajarla basadas en la mejora de la eficiencia de estos negocios y en el mantenimiento de la cadena de suministro del sector agroalimentario sostenible en el tiempo.
Diversificar proveedores y optimizar la cadena de suministro
Una de las formas más efectivas de sobreponerse a la escasez en el sector agroalimentario es buscar múltiples fuentes de alimentos y materias primas, en lugar de depender de una sola fuente. Los agricultores y productores deben considerar la diversificación de cultivos, lo que ayuda a reducir el riesgo de interrupciones graves en caso de problemas en caso de, por ejemplo, climas extremos.
Uso sostenible de los recursos naturales
Es fundamental adoptar prácticas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales para mantener la producción agrícola a largo plazo. Los agricultores deben adoptar prácticas agrarias que reduzcan la erosión del suelo practicando la rotación de cultivos, promuevan la conservación del agua implementando sistemas de riego más eficientes, eduzcan la necesidad de pesticidas químicos y minimicen el agotamiento de los nutrientes de la tierra.
Inversión en tecnologías avanzadas
Hoy en día es evidente que la tecnología se ha convertido en una gran aliada para cualquier tipo de producción. Pero ha llegado el momento en el que lo básico ya no es suficiente y, por ello, ahora para llegar a capear cualquier tipo de problema se debe contar con la implementación de sistemas de monitoreo y control automatizado en la producción y el transporte de alimentos. Estas medidas pueden contribuir a la reducción de desperdicios y garantizar la calidad de los productos. La inversión en tecnologías agrícolas avanzadas puede ayudar a utilizar los recursos de manera más eficaz.
Colaboración entre los implicados en la industria de aceite de oliva
Para mantener una cadena de suministro sostenible en el tiempo, es fundamental mantener una colaboración sólida entre los actores involucrados: agricultores, procesadores, distribuidores y minoristas. La comunicación fluida y la coordinación son esenciales para garantizar que los alimentos lleguen a los consumidores de manera oportuna.
En este sentido, las empresas que operan en sectores que están directamente relacionados con la producción agrícola, como la industria alimentaria y la restauración, enfrentan desafíos por la crisis del aceite. El aumento de los precios de los alimentos puede disminuir la demanda de productos alimenticios y restaurantes, lo que afecta sus ingresos y rentabilidad.
De hecho, este ya duplica su valor respecto al 2022. En julio, el litro ya se vendía un 40% más caro que el año pasado, tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). En concreto, el precio del AOVE ha experimentado un aumento del 98,8% en un año, aumentando de 3,57 a 7,10 euros por kilogramo, según el informe más reciente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
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