La razón de ser de Kämpe es cubrir la demanda de empleo y la escasez de profesiones y oficios. Lo hacen desde la perspectiva de aprendizaje práctico creando para ello una nueva categoría educativa que han bautizado con el nombre de ‘profesión formacional’, un método que “combina suscripción mensual, plan de carrera guiado y colocación laboral directa”, explica Fernando Marzal, CEO y cofundador de esta empresa nacida en 2023 del venture builder Zubi Labs, entre otros.
La misión de Kämpe se basa entonces en facilitar la inserción laboral de jóvenes e inexpertos candidatos a empleo ofreciendo formación y acompañamiento en oficios con alta demanda, sobre todo los tradicionales y técnicos, como electricistas, albañiles, fontaneros, carpinteros y especialistas en climatización conectándolos con empresas necesitadas de un perfil concreto.
El compromiso es conseguir colocación laboral en menos de 100 días y mandar a la empresa entre 3 y 5 perfiles que se ajusten a lo que necesiten en menos de 48 horas. Así de rápido, aunque no así de fácil.
El hueco que deja la FP tradicional
Cierto que cada vez son más los jóvenes que optan por la Formación Profesional para preparar su entrada en el mercado laboral una vez superados los estereotipos y prejuicios sociales alimentados durante los últimos años. El problema es que a algunos les sigue pareciendo largo el ciclo de dos o tres años para obtener un título de FP y que la oferta pública está saturada dando paso a una proliferación de centros de FP privados que exigen un desembolso en ocasiones más que considerable.
Esto es lo que tratan de solucionar en Kämpe acelerando el acceso al empleo a la vez que los jóvenes reciben la formación y el acompañamiento pertinentes. Dan respuesta también al desajuste entre oferta y demanda laboral en oficios, al desempleo juvenil y la baja eficacia de los canales formativos actuales.
El modelo de aprendiz
Un aprendiz es una persona que aprende un oficio o arte, generalmente bajo la guía y supervisión de un maestro o experto en esta materia. Así es como se crearon los antiguos gremios y siguen formándose muchos otros profesionales, entre ellos grandes referentes actuales de nuestra gastronomía con estrellas Michelin.
La propuesta de Kämpe se basa, en parte, en éste modelo aplicando, eso sí, inteligente artificial para personalizar rutas formativas, mentoría y matching con empresas. Los clientes en su caso son jóvenes que desean aprender un oficio y encontrar un empleo digno, independientemente de los estudios cursados hasta ese momento.
Funcionan con un modelo de suscripción B2C por el que cada alumno paga 49 euros mensuales a cambio de recibir formación técnica inicial; acceso a un certificado de profesionalidad o un carnet de industria que acredita sus competencias para el desempeño de esa actividad laboral específica; acompañamiento de mentoría, coach y maestros de oficio y un plan de carrera personalizado.
La formación la reciben los alumnos en su tiempo libre a la vez que trabajan en la empresa demandante, no como becarios sino contratados en igualdad de condiciones que sus compañeros. Para garantizar la colocación tienen suscritos acuerdos con más de un centenar de empresas de tamaño medio que se reparten por todo el territorio nacional. El coste para éstas se limita al pago del salario y las cuotas de la seguridad social del aprendiz contratado. Más del 90% de los que así empiezan, mantienen, según Marzal, el puesto en el largo plazo.
Planes de crecimiento
Aunque el mismo método valdría para la reinvención laboral, el foco ahora lo tienen en los jóvenes menores de 35 años y en las cinco categorías de oficios antes citadas.
Por el momento, son más de 200 los jóvenes que han conseguido empleo a través de Kämpe con un crecimiento mensual que el CEO cifra en un 30%. El objetivo es mantenerse en esta línea hasta superar los 100.000 suscriptores en el plazo de cinco años y situarse en unos ingresos anuales, que para este año esperan de 140.000 euros, de más de 20 millones de euros en el plazo de cinco años. En sus planes está también tener presencia en muchos más oficios técnicos y abordar la internacionalización. “hemos entendido el mercado y podemos crecer sin herencia de producto”.
Kämpe tiene la sede en Valencia y cuenta con un equipo actual de 15 personas. A Fernando Marzal hay que sumar entre los fundadores a Irina Mani, Omar Ynzenga Fierro y Pablo Penades. La inversión realizada hasta la fecha ronda los 900.000 €: 300.000 euros procedentes de Zubi Labs: 300.000 de Portobelo Ventures y otros 300.000 euros del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), todos ellos accionistas de la compañía junto al equipo fundador.