Aunque según el blog Ostelea Escuela de Management en Turismo, los hoteles para adultos no discriminan a los niños, el objetivo “es ofrecer a los huéspedes un ambiente relajado, de calma, de tranquilidad y sin el bullicio característico de los pequeños.
Según la misma fuente, con fecha de 30 de mayo de 2022, había más de 1.000 hoteles bajo este concepto en todo el mundo siendo España uno de los países donde más se concentra la oferta.
Son establecimientos diseñados exclusivamente para personas mayores de 18 años. El hecho de tener acceso restrictivo para personas que no hayan alcanzado dicha edad, es lo que conduce a algunos a dudar sobre su legalidad.
Jorge Fernández, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) aclara: “Sí, la definición en sí misma comporta un trato desigual al colectivo de menores, que, así planteada, comporta un trato discriminatorio por razón de edad”. No obstante, reconoce que la práctica habitual no es denegar la entrada a los menores “sino disuadir a las familias con hijos menores de reservar o contratar alojamientos en dichos hoteles” pero sin que exista una prohibición explícita del acceso a los más jóvenes.
La consecuencia es que, si alguna familia reserva por error en un establecimiento de este tipo, con las maletas ya en el hotel, no da derecho a trasladar a esos clientes a otro establecimiento. En caso contrario, podría incurrirse en un acto discriminatorio.
Son hoteles que, en general, ofrecen estancias relajadas y tranquilas a un precio superior del habitual, para que los adultos puedan disfrutar de su intimidad y sus vacaciones. Según Hosteltur, después de la pandemia del Covid, las reservas hoteleras para parejas se incrementaron un 14%, representando en 2020 el 51% y en 2021 el 65% de las reservas.
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