Mientras el entorno postpandemia parece asentado, afirmar que las nuevas formas de trabajo han llegado para quedarse es más seguro que nunca. En este contexto, las empresas siguen buscando fórmulas para reinventar el concepto de oficina, con opciones tan disparatadas hace unos años como coherentes en la actualidad.
Una de ellas es la de instalar camas en la oficina. Se trata de una idea impensable antes de la pandemia y el crecimiento del trabajo híbrido y el teletrabajo, pero que tiene más sentido que nunca en un entorno donde el trabajo en remoto permite a los empleados y colaboradores realizar sus tareas desde cualquier punto del país o, incluso, del mundo.
Bajo este modelo, los trabajadores en remoto de la empresa pueden acudir algunos días a la oficina para mantener reuniones o realizar un proyecto de manera presencial sin necesidad de buscar alojamiento. Una opción interesante, que se convierte en una ventaja tanto para el trabajador como para la empresa, que ahorra los costes de alquilar una habitación de hotel o un apartamento mientras fomenta el sentimiento de pertenencia a la empresa.
Un ejemplo de ello es el modelo de casa-oficina desarrollado por la compañía catalana Psquared, que ya se está construyendo en Barcelona. Se trata de un espacio de 245 metros cuadrados, que cuenta con seis habitaciones y una oficina con puestos para 15 trabajadores. “Nuestro enfoque son firmas en crecimiento que levantan rondas de capital, contratan a mucha gente y tienen el personal distribuido en diferentes ciudades”, explica su fundador en Cinco Días.

Los nuevos conceptos de oficina: del realquiler al metaverso
La recuperación postpandemia no ha frenado el crecimiento de las nuevas formas de trabajo, que ya son uno de los requisitos indispensables para atraer talento en plena crisis por la escasez de trabajadores cualificados. En este contexto, las opciones para reinventar el concepto de oficina no paran de crecer.
Así, otro concepto de moda es el de las oficinas calientes, un concepto que reinterpreta los espacios tradicionales realquilando los espacios que ya sobran en la oficina. Un claro ejemplo de ello es el caso de Bayer, donde el 35% de los empleados teletrabajan a tiempo completo y el 60% apuesta por un modelo híbrido.
Ante esta situación, la compañía ha remodelado su sede de Sant Joan Despí, creando un espacio colaborativo de tres plantas, que se suman a otra dedicada al coworking. El resto del edificio, de nueve plantas, está pensado para ser alquilado a otras empresas.
Por otro lado, el auge del teletrabajo ha propiciado una mayor dificultad de las empresas para fomentar la cultura interna y la colaboración entre empleados. Para solucionarlo, la tecnología está permitiendo el desarrollo de soluciones como la oficina en el metaverso, un espacio que se asemeja bastante al entorno laboral tradicional…
En este sentido, uno de los casos más interesantes es el de Gravyton, una empresa española que ha decidido crear su propia oficina virtual en el metaverso para potenciar la comunicación en el equipo apenas cuatro meses después de su salida al mercado.
La estética de su oficina es similar a la de un videojuego y, además de contar con salas de reuniones o mesas de trabajo privadas para los momentos de mayor concentración, han creado todo un complejo que les permite desconectar y hacer team building cuando quieran: un circuito de karts para desestresarse, salas para encontrarse y charlar un rato antes de retomar el trabajo…
«Tenemos incluso ordenadores donde ver en directo el mercado de criptomonedas u hojas por las mesas desde donde leer hilos de Twitter sobre ciertos temas. Son detalles, pero aumentan la inmersión y dan vida a la oficina», explican.