Aunque los datos macroeconómicos españoles son bastante positivos, lo cierto es que atravesamos un momento de incertidumbre. Y ante un escenario como éste, el liderazgo cobra una importancia aún más importante de la que ya tiene normalmente.
Hace algunos meses contábamos que los problemas en la cadena de suministro, la globalización y el aumento de la competencia o el cumplimiento regulatorio son los principales escollos para los líderes empresariales. Y a esto hay que añadir otros factores, como el : escaso o nulo crecimiento de las mayores potencias económicas, aranceles, tensiones comerciales, guerras, volatilidad de los mercados…
Quienes están al frente de las empresas, y también de las naciones o de las instituciones, han de ser capaces de adaptarse con éxito a los cambios, guiando a las organizaciones que lideran en un entorno en constante cambio y en el que surgen nuevos desafíos.
Claves del liderazgo en tiempos revueltos
La consultora BTS destaca cinco cualidades clave en el liderazgo que pueden suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso en momentos de incertidumbre como los que vivimos.
1. Resiliencia ante la incertidumbre
“Ser capaz de mantenerse firme bajo presión y recuperarse rápidamente de los contratiempos es clave para liderar en entornos volátiles”, reseña.
La consultora cita la publicación ‘Seis estrategias para liderar a través de la incertidumbre’ de Harvard Business Review, donde se indica que la resiliencia profesional implica desarrollar un pensamiento claro y la autorregulación para gestionar el estrés y mantener la productividad en situaciones críticas.
“En este sentido, el modelo ExPI (Executive Presence Index oíndice de presencia ejecutiva) de Bates Communications incorpora el factor Composure (calma) como uno de los factores que conforman la Presencia Ejecutiva de un líder, describiéndolo como la habilidad para mantener la calma, el control emocional y la claridad mental cuando todo a su alrededor cambia. Los líderes que combinan resiliencia y Composure no sólo anticipan riesgos y adaptan con agilidad sus procesos internos, sino que también inspiran seguridad y confianza”, afirma.
2. Agilidad y adaptabilidad
BTS hace hincapié en que la habilidad para ajustar estrategias y estructuras organizativas con rapidez permite aprovechar oportunidades emergentes.
“Aquellos líderes que promuevan e impulsen una cultura que acepte los cambios como oportunidades estarán mejor preparados para afrontar lo inesperado. De hecho, Daisy Auger-Dominguez, autora del artículo ‘Cómo construir resiliencia en tiempos inciertos’ en Harvard Business Review, identifica la práctica de aprender y evolucionar como uno de los pilares para liderar eficazmente en contextos de complejidad creciente”, apunta.
La consultora denomina a estos líderes como Change-Ready Leaders o líderes listos para el cambio. “Ven el cambio como una fuente de nuevas oportunidades y crean entornos donde las personas aprenden, se adaptan y afrontan los retos juntos, fomentando la colaboración y el compromiso con la evolución continua”, detalla.
“Los Change-Ready Leaders cuentan con una visión estratégica clara, pero saben ser decisivos incluso con información limitada o imperfecta. Están orientados a la acción y diseñan mecanismos de identificación y mitigación de riesgos basados en datos que les permiten acompañar la evolución del entorno y pivotar cuando sea necesario. Practican la paciencia estratégica, manteniendo el foco en los resultados deseados y evitando dar bandazos y, al mismo tiempo, la impaciencia táctica, ejecutando rápidamente acciones para comprobar qué funciona y recalcular la ruta en tiempo real”, añade.
“Siguiendo la filosofía de Commander’s Intent (intención del comandante), estos líderes se aseguran de establecer un entendimiento compartido de los objetivos, asegurando que todos sepan qué se debe lograr y por qué, y proporcionan las herramientas necesarias a sus equipos para decidir cómo ejecutar la misión, adaptándose según la realidad que encuentran en su aplicación”, agrega.
3. Perspectiva estratégica
Un buen liderazgo también exige saber anticipar tendencias y escenarios futuros, ya que permitirá que los equipos planifiquen con mayor precisión y reaccionen antes de que los cambios se vuelvan disruptivos.
“Para que la ejecución estratégica se dé con éxito y se vea lo menos afectada posible por la incertidumbre, es necesario actuar sobre tres ejes: asegurar la alineación y el conocimiento profundo de la estrategia por parte de los equipos, fomentar el compromiso mediante la mentalidad adecuada, y desarrollar y perfeccionar las capacidades necesarias para llevarla a cabo”, desgrana la consultora.
Además, destaca la utilidad del modelo ExPI en este contexto, ya que aporta el concepto de Practical Wisdom (sabiduría práctica) “que invita a mantener una reflexión estratégica continua para estar siempre al día de los cambios de contexto, evaluar sus posibles impactos y ajustar previsiones y prioridades”. Así se refuerza la visión estratégica, anticipando riesgos y oportunidades.
“Al combinar la visión estratégica con una ejecución ágil y decidida, los equipos disponen de mejores herramientas para navegar con éxito entornos de alta incertidumbre”, apostilla.
4. Inteligencia emocional
BTS subraya que la capacidad de gestionar las emociones propias y ajenas es fundamental para un liderazgo efectivo en cualquier momento, pero muy especialmente en situaciones de caos.
“En el modelo ExPI, el factor Concern (inquietud) alude a la preocupación genuina por el bienestar de los demás, mientras que Resonance (resonancia) describe la habilidad de conectar emocionalmente y generar sintonía con el equipo. Desarrollar estas competencias interrelacionadas, potenciadas a su vez por la empatía, la escucha activa y el feedback constructivo, permite al líder detectar señales tempranas de estrés, frustración o desmotivación antes de que se traduzcan en conflictos abiertos. Al cultivar Concern y Resonance, se favorece un clima laboral colaborativo, donde cada miembro se siente valorado, comprendido y motivado para contribuir al éxito colectivo”, especifica.
5. Comunicación efectiva y transparencia
La comunicación es una cualidad esencial para un buen liderazgo. “La claridad y la honestidad en el mensaje son fundamentales para generar confianza tanto interna como externamente”, anota la consultora.
“El modelo ExPI, aporta factores para esto, como Assertiveness (asertividad), que describe la capacidad de un líder para transmitir ideas con convicción y sin ambigüedad; Authenticity (autenticidad), que subraya la importancia de ser genuino y coherente con los propios valores al comunicar planes y resultados; y Humility (humildad), que implica reconocer abiertamente los errores, mostrarse receptivo al feedback y aprender de los demás. Cuando los líderes combinan estas tres cualidades, fomentan relaciones sólidas y consiguen mayor compromiso y lealtad”, concluye.