Teresa Fernández Fortún es la directora de Banca de Empresas de Ibercaja y miembro del comité de dirección de la entidad financiera. Ha desarrollado toda su carrera profesional en Ibercaja, ocupando diferentes puestos y responsabilidades a lo largo de sus más de 20 años de trayectoria en el banco.
Licenciada en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad de Zaragoza, cuenta también con un máster en la Unión Europea, así como el título AMP del Instituto de Empresa (IE) y con el Senior Digital Program de Esic, además de la Acreditación Internacional de Consejos de Administración y Buen Gobierno del Instituto de Gobernanza Empresarial, así como con el Programa Superior Executive Tech for business.
Conoces bien la situación de las empresas españolas. Desde tu punto de vista, ¿cuáles crees que son sus fortalezas?
Si tuviera que resaltar tres aspectos importantes que han preparado a las empresas españolas para afrontar los retos del futuro, destacaría en primer lugar que han ganado en vocación internacional. Las exportaciones suponen ya el 39% del PIB, siendo estas no solo de bienes sino también de servicios (ingenierías, consultoría, turismo…). Las empresas españolas están más presentes que nunca en terceros países, lo que les permite diversificar su negocio y acceder a nuevos mercados globales.
Además, han reforzado su situación financiera, reduciendo el endeudamiento y elevando su capitalización y sus niveles de liquidez. Esto implica que poseen un balance más robusto, lo que les facilita el acceso a la financiación y les sitúa en una posición de fortaleza para afrontar cualquier reto o aprovechar oportunidades.
Por último, también han dado un salto en términos cualitativos en: gobierno corporativo, profesionalización, capacidad de gestión… Han aprendido a navegar en la incertidumbre, mostrando gran capacidad de adaptación y resiliencia.
Si a ello añadimos un avance tecnológico significativo, que mejora su eficiencia y aporta mayor valor al cliente, podemos decir que tenemos un tejido productivo en disposición de dar el siguiente paso.
«Las empresas españolas están más presentes que nunca en terceros países, lo que les permite diversificar su negocio y acceder a nuevos mercados globales»
Respecto a la incertidumbre, ¿es el principal freno que tienen ahora mismo las empresas españolas para desarrollarse?
Efectivamente, la incertidumbre correlaciona directamente con la inversión empresarial y por ello, el principal freno del desarrollo de las empresas españolas es la falta de inversión, cuestión imprescindible para competir en un mercado global y avanzar en productividad.
Junto a la incertidumbre, otra de las preocupaciones detectadas en este momento es la captación de talento. Las empresas tienen disposición a contratar, pero no hay suficiente oferta o la que hay no se ajusta a los perfiles requeridos.
No podemos olvidar tampoco la irrupción de la inteligencia artificial, que nos obliga a reconfigurar nuestro modelo productivo. Aquí, las empresas tienen otro reto, que es seguir innovando e impulsando la digitalización para mantener su competitividad.
«El principal freno del desarrollo de las empresas españolas es la falta de inversión, imprescindible para competir en un mercado global y avanzar en productividad»
¿Están preparadas, entonces, las empresas españolas para un entorno tan cambiante como el de ahora?
El contexto actual es complicado, pero las fortalezas de las empresas españolas son muchas, como ya he mencionado.
Además, el sistema financiero está contribuyendo también a que la coyuntura estructural sea una de las mejores de los últimos tiempos para las empresas. El sector bancario español está consolidado, contamos con unos buenos niveles de solvencia y de liquidez, lo que nos permite ofrecer a las empresas financiación para sus proyectos.
fortalezas de las empresas españolas en un contexto actual complicado.
Este entorno cambiante afecta directamente a las operaciones de comercio internacional, ¿qué pueden hacer las empresas al respecto?
Sin duda, el comercio internacional contribuye de manera clara al crecimiento empresarial. El contexto cambiante y las amenazas de imposiciones arancelarias desde Estados Unidos, que han alterado el orden comercial internacional en el que las empresas han operado desde hace décadas, requiere adaptar las estrategias, diversificar mercados y reforzar su capacidad de anticipación. En este sentido, las entidades financieras disponemos de mecanismos de financiación, avales, garantías y servicios de asesoramiento con los que podemos ayudar a las empresas a fortalecer su competitividad exterior.
En Ibercaja, por ejemplo, hemos visto como, en los cuatro primeros meses del año, la contratación de créditos documentarios y garantías ha crecido un 34%, la financiación del circulante vinculada a operaciones internacionales ha aumentado un 15% y la contratación de coberturas de divisa ha registrado un crecimiento del 80%.
Estas cifras indican que las compañías siguen apostando por la internacionalización y nosotros, como banco, vamos a estar a su lado ofreciendo un asesoramiento especializado, mejorando nuestra oferta de productos y servicios y dotándolas del conocimiento y la financiación necesarias para que puedan afrontar con éxito los desafíos del comercio global.
“Las cifras indican que las compañías siguen apostando por la internacionalización y nosotros, como banco, vamos a estar a su lado ofreciendo un asesoramiento especializado”
¿Cómo se pueden preparar las empresas en estos tiempos convulsos?
En Ibercaja, hemos diseñado un kit de supervivencia empresarial que consta de cuatro elementos:
• Componente financiero. Las empresas deben de disponer de más activos líquidos o líneas de crédito con entidades financieras que les aporten una liquidez extra de forma rápida para hacer frente a gastos imprevistos y reducir su vulnerabilidad en momentos de crisis.
• Ventas y compras. No basta con tener un plan B, sino que hay que tener planes alternativos y fáciles de activar para hacer frente, por ejemplo, a alteraciones en la cadena de suministros o cambios en las decisiones de nuestros clientes.
• Tecnología y aprovisionamientos. Saber qué recursos son necesarios para asegurar la continuidad de la actividad (energía, agua, materias primas, personal, etc.) y cómo garantizarlos.
• Organización interna en situaciones de crisis. Las empresas tienen que contar con planes de continuidad y comités de crisis que se activen y actúen de forma inmediata dando respuesta efectiva a la emergencia.
Por último, ¿qué consejos darías a las empresas españolas?
El primero, que confíen en sí mismas porque tienen suficientes fortalezas para hacer frente a la inestabilidad política y económica actual. El segundo, que analicen de forma objetiva la situación y elaboren su mapa de riesgos. El tercero, que después del análisis, sean ambiciosos, aborden crecimientos e inviertan en tecnología y talento, que les va a aportar competitividad y si necesitan un compañero de viaje, no duden en solicitar a Ibercaja asesoramiento y apoyo financiero.