A la hora de poner una empresa en marcha, puede surgir una duda: ¿optar por unirse a una franquicia establecida o iniciar un negocio propio desde cero?
Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes y la elección depende en gran medida de las metas personales y las circunstancias específicas de cada emprendedor. En cualquier caso, lo importante es tomar una decisión informada y comprometerse plenamente con el camino elegido.
Montar una franquicia es más seguro…
Montar una franquicia puede proporcionar de entrada una mayor seguridad y estabilidad. Además, al unirse a una firma con recorrido en el mercado es posible aprovechar el reconocimiento de la marca, lo que reduce en cierta medida el riesgo empresarial.
Por otro lado, las franquicias suelen ofrecer un modelo de negocio probado y sistemas operativos estandarizados, lo que facilita el proceso de inicio y reduce la curva de aprendizaje para los nuevos emprendedores. Por ejemplo, pensemos en una franquicia de comida rápida como McDonald’s. Cuando alguien decide abrir un restaurante de esta cadena, ya cuenta con un modelo de negocio exitoso, con procedimientos claros y una base de clientes establecida.
Otra ventaja de las franquicias es que permite a los empresarios conectarse con otros franquiciados y compartir ideas, mejores prácticas y recursos como por ejemplo la inversión en servicios profesionales de diseño e impresión de artículos de marketing y promocionales, como flyers, folletos, carteles, catálogos o tarjetas de visita. Esta red de colaboración que se crea entre los franquiciados abarata costes y puede ser invaluable para resolver problemas, compartir conocimiento, encontrar nuevas oportunidades de negocio y mantenerse al tanto de las tendencias del mercado.
También es un punto a favor de las franquicias el soporte que garantizan en términos de capacitación y asistencia técnica. Con ello, los emprendedores se beneficien del conocimiento y la experiencia acumulada por la empresa matriz, lo que ayuda a evitar errores comunes y acelerar el crecimiento de sus negocios.
… pero la capacidad de decisión es limitada
Sin embargo, no todo es un camino de rosas en el mundo de las franquicias. De hecho, uno de los principales inconvenientes es que, a menudo, requiere una inversión inicial significativa para cubrir los gastos de capacitación, de asistencia en la selección de la ubicación, en la construcción y equipamiento del sitio u otros costes operativos.
Esto puede representar una barrera de entrada para algunos emprendedores, especialmente aquellos con recursos financieros limitados. Por ejemplo, la inversión inicial para abrir una franquicia de una marca tan conocida como la que citábamos antes puede ser considerable, lo que excluye a muchos emprendedores que no pueden reunir esos fondos. También con respecto a los coste de la franquicia, existe la obligación de pagar la tarifa de franquicia en curso a la empresa matriz, lo que puede afectar la rentabilidad a largo plazo.
Por otro lado, aunque unirse a una franquicia puede reducir algunos riesgos empresariales, los franquiciados están en cierta medida a merced del éxito general de la marca. Si la empresa enfrenta problemas financieros o de reputación, esto puede afectar negativamente a todas las franquicias asociadas.
Además, los franquiciados están obligados a operar dentro de los parámetros establecidos por la matriz, lo que reduce la autonomía y la flexibilidad. Con ello, a veces se limitan la capacidad de innovación y adaptación a las necesidades más locales del mercado.
Crear una marca da total autonomía…
Construir una marca desde cero es la otra opción que tiene el emprendedor que, en este caso, mantiene una libertad creativa y de toma de decisiones que resulta muy atractiva.
Así, los emprendedores tienen la oportunidad de diferenciarse en un mercado saturado plasmando su visión única y pudiendo decidir sobre todos los aspectos de su empresa, desde la imagen de marca y los productos hasta las estrategias de marketing y los horarios.
Esta flexibilidad les permite adaptarse rápidamente a las condiciones y necesidades cambiantes del mercado y de los clientes, así como de explorar nuevas oportunidades de crecimiento.
Además, no hay que preocuparse por pagar regalías o seguir las directrices impuestas por otra entidad. A diferencia de los franquiciados, limitados por tarifas establecidas, los propietarios de negocios independientes tienen el potencial de obtener ganancias ilimitadas. Si alcanzan el éxito y construyen una marca sólida capaz de satisfacer las necesidades del mercado, pueden disfrutar de márgenes de beneficio más amplios y un crecimiento más rápido.
… aunque la incertidumbre aumenta
Ahora bien, esta libertad viene acompañada de riesgos y desafíos. Sin el respaldo de una marca establecida, los nuevos empresarios deben construir su reputación y clientela desde cero, lo que puede requerir una inversión considerable de tiempo y recursos.
Además, la falta de un modelo de negocio probado puede aumentar la incertidumbre y la posibilidad de fracaso.