“Flexibilidad, calidad, rapidez en el servicio y el hecho de ser la segunda marca Top of mind en el mercado de sustitución y reparación de lunas de automóvil”. Estos son los principales factores competitivos que enumeran desde una marca que, como otro gran elemento diferencial, subraya su pertenencia al Grupo Belron.
Para articular su crecimiento buscan a personas pertenecientes al sector o bien al segmento de automoción con experiencia y dotes comerciales, a quienes prestan un soporte integral desde la central. “Analizamos la ubicación, proveemos el diseño de la imagen, impartimos formación comercial y técnica –si fuera necesario–, a lo que sumamos respaldo comercial y análisis de la apertura del negocio, complementado todo ello con formación administrativa”.
En línea con la estrategia descrita, la central trabaja para defender a los franquiciados de la red y su rentabilidad. “Les consideramos nuestros clientes internos, y como a tales, les tratamos. Nuestros valores de transparencia, comunicación continua y honestidad, en un sector tan complicado, marcan una diferencia significativa”. La compañía apuesta asimismo por el futuro, por las recalibraciones, por el coche cada vez más tecnológico y autónomo y por la formación continuada, “para no quedarnos obsoletos”.
Y para finalizar este retrato, un par de apuntes económicos financieros. “Aunque no tenemos acuerdos con entidades financieras para facilitar el acceso a recursos, podemos dar soporte interno en este ámbito dependiendo del perfil de franquiciado, mientras que la facturación estimada para el primer ejercicio es de 150.000 euros”.
Responsable de franquicias Cristalbox: José M. de Sancha