SURUS: de subastar una madeja de lana a un aerogenerador, las cosas de la economía circular
En SURUS se dedican a la gestión circular de activos industriales y de otro tipo. Lo hacen a través de Escrapalia, una plataforma de subastas online que democratiza el mercado.

SURUS es una compañía que se dedica a la búsqueda de soluciones circulares y sostenibles para las empresas. Lo hacen a través de una plataforma de subastas líder en el B2B que funciona con la marca Escrapalia.
Aquí ofrecen oportunidades de liquidación y de compra-venta de activos difícilmente conseguibles de otra forma. La oferta es de lo más variopinta.
Se puede adquirir desde una madeja de lana hasta un aerogenerador. El objetivo final es hacer de la economía circular una propuesta rentable con la que todos ganamos.
De la Armada a SURUS
La idea de crear SURUS es de Gonzalo Herranz y Adolfo Cancelo. Compañeros de trabajo y directivos en un operador de logística internacional vinculado al Ministerio de Defensa, concretamente la Armada, observaron aquí cómo se iban arrumbando en los almacenes un montón de repuestos obsoletos y de equipos ya en desuso.
El problema de la gestión de excedentes es antiguo. Se arrastra desde de la Segunda Guerra Mundial. Una vez acabado el conflicto, surgió lo que se llamó ‘surplus’, una especie de mercado secundario para vender y reutilizar el material ya inservible en tiempos de paz. Entran aquí desde los resistentes uniformes de campaña, hasta neumáticos, camiones, tanques…
Todo este material empezó a recuperarse o ser reacondicionado para su uso en el mundo civil. De hecho, muchos de los aviones de Iberia en sus comienzos, tenían esta procedencia.
Buscando posibles soluciones para la Armada, Herranz y Cancelo dieron con una empresa en EEUU que resolvía un problema similar dentro de los bienes incautados en las operaciones contra el narcotráfico por la Administración Federal del Control de Drogas (DEA). Les pareció un modelo válido y lo replicaron aquí. Así nació SURUS.

¿Qué es SURUS?
Dentro de la economía circular, en SURUS se dedican a ofrecer soluciones integrales para la gestión y reutilización de activos. La ejecución y comercialización de los mismos la hacen a través de la marca Escrapalia, la plataforma online en la que organizan las subastas. Se mueven, entonces, en el mercado secundario.
En líneas generales, la necesidad que cubren es alargar la vida de todos aquellos activos que han dejado de ser útiles para sus clientes a la vez que les proporcionan un beneficio económico.
“Vimos ahí una oportunidad tanto para nuestro negocio como para el propietario de ese activo. Ahora, con el paso de los años, vemos que también somos útiles para otros pequeños empresarios que están creando su negocio a través de nuestro canal de ventas”, declaran los fundadores.
Tipos de clientes
El modelo de negocio de SURUS tiene dos patas. Están, por un lado, los clientes que tienen activos y desean venderlos. Por otro, están los compradores que los reintegran a la actividad productiva.
En la parte vendedora trabajan con cuatro categorías principales de clientes:
Grandes empresas, muchas de ellas del Ibex 35. Entran aquí compañías energéticas, constructoras e incluso bancos. En esta se puede vender desde una planta completa de energía combinada hasta un portaaviones.
Administraciones públicas. Aquí trabajan con multitud de organismos y administraciones, como el Fondo de Bienes Decomisados. Con este han subastado inmuebles completos, parques de maquinaria y hasta Ferraris.
Otra operación, por ejemplo, ha sido la venta de lotes de la Oficina de Objetos Perdidos sin reclamar del Ayuntamiento de Madrid.
Empresas que entran en concurso de acreedores. Cuando el administrador concursal emite la orden de liquidación de los activos de empresas en quiebra o concurso de acreedores.
Pequeñas empresas que aprovechan el canal de venta de la plataforma para deshacerse de bienes que ya no necesitan o comprar otros. Esta es la categoría que más crece, con más de 400.000 registros. Algunos usan el canal para poner a la venta productos que han reacondicionado, como motos, ordenadores, equipos de mar y muchos otros. A esto se refieren en SURUS cuando hablan de negocios en paralelo.
La parte de los compradores no está tan categorizada. La integran empresas pequeñas, profesionales y particulares, dependiendo de la tipología del activo. Estos totalizan ya más de 400.000 clientes registrados en Escrapalia.
Como caso curioso, refiere Cancelo la compra de una figura de gres retirada en el desmantelamiento del estadio Vicente Calderón que compró un canadiense por 13.000 euros más los 10.000 euros del traslado.

Lo que aportan
Verdad que el mercado liquidador y la compra-venta de bienes a través del sistema de subastas no es nada nuevo. Tampoco lo es el oficio del chatarrero, material que también ellos venden
El problema es que se trataba de un mercado muy atomizado y dominado por unos pocos subasteros profesionales. La apertura del mercado secundario a personas de todo tipo y desde cualquier lugar, es una de las grandes aportaciones de esta solución. Pero hay más:
Transparencia: A diferencia de las subastas tradicionales, SURUS hace el proceso público y transparente. Todo el proceso está trazado. La plataforma fue una de las primeras pymes en España en acogerse a la ISO antisoborno y de compliance.
Tecnología: Utilizan la plataforma online para facilitar la participación y agilizar los procesos. Las subastas, en su caso, suelen durar un día.
Servicios Integrales: Ofrecen un servicio completo que va más allá de la simple venta, incluyendo logística, desmontaje, tasación, marketing y gestión.
Valor Añadido: Convierten activos sin valor aparente en oportunidades económicas, generando negocio para el vendedor y para otros pequeños empresarios.
Impacto Medioambiental: Miden el impacto de sostenibilidad y medioambiental de sus proyectos, calculando la huella de carbono evitada.
¿Un Wallapop industrial?
La compra-venta de activos y stocks industriales, entre otros bienes, representa también una solución innovadora para liquidar excedentes y adquirir maquinaria y equipamiento de segunda mano. Esta es la razón por la que algunos se refieran a Escrapalia como el “Wallapop industrial”.
Los fundadores, sin embargo, insisten en matizar las diferencias. La primera es que en SURUS el precio lo marca el mercado con el sistema de pujas, no el vendedor. Otra es que el sistema de Wallapop tiene mayor consideración con el vendedor profesional que con el comprador.

Operaciones emblemáticas
Entre las operaciones más icónicas de las que se han encargado en SURUS están: El portaaviones de la Armada Príncipe de Asturias, el desmantelamiento del estadio Vicente Calderón y sus 25.000 asientos entregados a socios y subasta solidaria; el parque móvil de Correos; la central térmica de Tarragona o el parque de maquinaria de Valdetorres del Jarama.
¿Dónde va a parar el dinero?
El dinero que se recauda en las subastas revierte siempre en beneficio del vendedor, a las arcas públicas cuando se trata de administraciones. Del volumen de venta cobra SURUS una comisión, motivo que les lleva a optimizar al máximo las operaciones. “Cuanto más ganan ellos, más ganamos nosotros”, dicen.
Además del fee, SURUS cobra por los servicios que presta, muy diferentes en función del activo.
Los servicios
Como plataforma, SURUS tiene capacidad para gestionar todo el proceso, desde el desmontaje de equipos hasta la entrega al comprador, incluyendo asesoramiento, consultoría, tasación, marketing, facturación y gestión de cobro.
La plantilla actual la integra un equipo cercano a las 50 personas que se reparten en grupos de distintas áreas de especialización. Muchos son ingenieros, pero también desempeñan un papel principal los profesionales encargados de diseñar las estrategias de promoción.
“Para que este modelo funcione y que las pujas sean competitivas, hay que buscar varios candidatos a comprador”, declaran. La búsqueda, cuando el activo consiste, por ejemplo, de una planta generadora de ciclo combinado, se convierte en la aguja en el pajar.
En el caso de las grandes empresas, el proceso suele finalizar con la entrega de lo que ellos llaman “el informe de compromiso”. Este resulta de medir el impacto medioambiental que tienen esos proyectos y que luego incorporan a sus memorias no financieras.
Aunque casi todos los proyectos de subasta se ejecutan desde el lugar que alberga el bien, en SURUS disponen de un almacén para dar servicio al cliente. Aquí se guardan de forma provisional determinados lotes hasta que concluye el proceso de subasta.

La economía circular como estrategia de país
Aunque SURUS se mueva en el mercado secundario, el sector en el que hay que enmarcarlos corresponde al de la economía circular. Más allá de la sostenibilidad, plantean su alternativa como un concepto netamente económico y como solución estratégica a un problema que atañe a la competitividad tanto de España como de Europa.
“Es verdad que la solución tiene un impacto ambiental positivo, pero lo que viene es a atender una necesidad imperiosa de carencia de materias primas. No tenemos recursos para seguir produciendo. Esto nos exige diseñar de otra manera. Pensar desde el origen cómo alargar la vida útil de un activo para no consumir al ritmo que lo hacemos ahora. Nos obliga también a recuperar producto y aprovechar todos los componentes y materiales que sea posible. Nos urge, finalmente, a encontrar soluciones para que los procesos de reciclado funcionen. El problema es, principalmente, económico”, insisten los impulsores de SURUS.
Como ejemplo, pone Cancelo las palas de los aerogeneradores donde los nuevos diseños están sustituyendo la fibra por el aluminio. Más barato el primero, pero infinitamente más reciclable el segundo.
El canal de autogestión
Con el foco especialmente puesto en el B2B, SURUS ha sido una empresa que ha ido avanzando de forma orgánica desde sus orígenes. Crecieron de forma rápida hasta 2020, cuando la pandemia les obligó a reducir la actividad en un 50%.
La manera que encontraron para sortear el bache fue potenciar el canal de autogestión. Esta funcionalidad permite a los vendedores organizar sus propias subastas de forma electrónica. No es necesaria una intervención operativa por parte de la plataforma para productos que no lo requieren.
La herramienta está diseñada para ofrecer mayor flexibilidad, agilidad y control a los vendedores. Para fomentarlo y mantener activos en la plataforma, ofrecieron entonces descuentos y aplicaron comisiones irrisorias.
La iniciativa fue de gran utilidad para aquellas empresas necesitadas en ese momento de liquidez pudiendo vender parte de sus bienes sin necesidad de desplazarse. Este es, precisamente, el canal que más crece hoy.
En cualquier caso, aclaran los fundadores que, aunque la autogestión suponga una apertura de abanico, lo último que quieren es asimilarse a un eBay.
Para que esto no ocurra, validan y supervisan el estado y procedencia de cada activo publicado en esta modalidad. El miedo es desvirtuar la esencia del negocio y convertirlo en un portal donde puedes encontrar de todo.
Las cifras de SURUS
Hasta la fecha, en SURUS habrán realizado alrededor de 250.000 subastas con activos muy diversos, entre 400 y 500 lotes a la semana. La facturación actual de la compañía ronda los 10 millones de euros.
No obstante, la relación entre los activos que subastan y sus ingresos no es lineal. Muchas de las subastas que organizan con las cobran. Es el caso de los inmuebles o los artículos procedentes del Fondo de Bienes Decomisados. Aquí su acción se limita a una gestión de cobro.
“Para que te hagas una idea –aclaran– el promedio serán unos 200 millones de euros de valor de activo, de valor de mercado, y nuestra facturación del orden de los 10 millones. Está bien, pero podría ser mejor”.
En cuanto al rango de popularidad presumen de las más de 500.000 búsquedas anuales en Google de la marca Escrapalia.
Impacto social y solidario
En SURUS realizan también subastas solidarias para organizaciones y causas en las que donan la comisión. Es el caso de la Asociación Española Contra el Cáncer o la colaboración para la reconstrucción de La Palma tras la erupción del volcán. En esta línea, ayudan a otros clientes a recaudar fondos para distintas causas benéficas.
Los pasos siguientes
El objetivo de SURUS es seguir creciendo durante los próximos años además de continuar con la evangelización de las bondades de su modelo que consideran útil para todos.
En aras de la expansión, están ahora invirtiendo en una nueva plataforma que incorpora inteligencia artificial. Se trata de automatizar determinados procesos que hacen todavía a mano y mejorar la interrelación con sus clientes. La intención es tener operativa la nueva plataforma en septiembre/octubre de 2026.
Aspiran, igualmente, a atraer a su modelo un mayor número de administraciones públicas y seguir reforzando el canal de autogestión captando el interés de los clientes españoles y extranjeros. Esto les permitiría crecer como empresa sin necesidad de aumentar estructura ni nuevos recursos.
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