Lujo democrático. Estas dos palabras son las que escoge Miguel Ángel Leal para definir y simplificar la clave del buen hacer de la compañía que fundó su padre en 1981 y de la que es director creativo. Venta directa es la frase que aparece en el subtítulo de su enlace en el buscador web más utilizado.
Con casi 30 años de vida, la venta por catálogo es, desde sus inicios, el principal modelo de negocio de la firma. Su principal carta de presentación. Un escaparate de papel. Una medida que tomó la dirección tras reconocer que la venta a través de un muestrario tenía unos altos costes y muchas limitaciones. No existen establecimientos donde comprar los miles de productos que oferta Cristian Lay, en cambio, más de 100.000 personas, principalmente amas de casa, venden a través de los catálogos para conseguir unos ingresos extra.
Otro de los hechos diferenciadores es que la empresa carece de intermediarios entre el diseño, la creación y la fabricación del producto y su venta. La cadena depende de sí mismos. En definitiva, el sueño de todo agricultor y uno de los éxitos de la venta por Internet. “Creo que en el mundo de la joyería sí fuimos emprendedores en esta materia en Europa. Un camino que Tiffany’s había emprendido en Estados Unidos un siglo antes y que todavía en nuestro país no está implantado”, apunta al respecto el director creativo de la firma, Miguel Ángel Leal.
La compañía pacense puede elegir otras definiciones en las que verse reconocida. Empresa solidaria, negocio integrado, multinacional extremeña… ¿Alguien da más? Parece que en Europa no, porque Cristian Lay es el mayor fabricante de bisutería del continente, según el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).
MADE IN EXTREMADURA
Todo empezó cuando Ricardo Leal decidió con 20 años invertir los ahorros de su trabajo como relojero y los de su padre en montar su propio negocio.
Cristian Lay nació como una pequeña tienda (Joyería Ricardo) de apenas 40 metros cuadrados de un pueblo del interior de España. Hoy da empleo a unas 1.200 personas, cuenta con una fábrica de 4.000 metros cuadrados en la que se producen 15 millones de piezas al año situada en su sede original, Jerez de los Caballeros, una localidad de 10.000 habitantes de la provincia de Badajoz y el pueblo natal del emprendedor. Y desde la dehesa extremeña, donde los productos son diseñados y creados, parten rumbo a las miles de esquinas del globo en las que brillan en tan sólo tres días.
“Cuando todos hablan ahora de lujo asequible, casi 30 años atrás, nosotros lo pusimos en marcha. La estrategia ha sido ser un lujo democrático tanto por los precios como por la localización, llegando a cada rincón en los países en los que actuamos. Unido a la seriedad absoluta en nuestra garantía de devolución y de reparación han sido los pilares claves en el éxito”, asegura Leal, la segunda generación de esta empresa familiar.
Dedicada a la venta de joyas por catálogo, la multinacional española no para de lanzar nuevos proyectos, ya sean nuevas líneas de productos o la expansión de su mercado. “Creo que lo difícil, pero también lo más divertido, es reinventarse cada día en un entorno caótico y que se mueve muy deprisa”, manifiesta Miguel Ángel Leal poco antes de preparar las maletas para marcharse a Haití.
Si las joyas fue el negocio primigenio, pronto se unieron otros artículos, como relojes, perfumes, moda, lencería, complementos o cosmética. “Creíamos que había más oportunidades de ofrecer a nuestros clientes todo aquello que necesitaran para reafirmar su imagen personal”, añade el director creativo. Una imagen que Cristian Lay une a la de rostros conocidos, como una apuesta más de dar a conocer la empresa.
Entrar en su página web significa observar dos fotografías de la cantante extremeña Soraya. Pero si lo que se quiere ver es su último catálogo los rostros que aparecen son los del actor Octavi Pujades, de la modelo María José Suárez o de la actriz británica Misha Barton. Sin olvidar las joyas de autor, que son diseños realizados por nombres conocidos como la cantante Lolita, el diseñador Javier Larrainzar o el propio Miguel Ángel Leal.
