En un mundo en el que la frontera entre medicina y alimentación se diluye, los alimentos funcionales emergen como el nuevo vector de salud preventiva.
Esta tendencia, lejos de ser una moda pasajera, representa una transformación estructural del modo en que entendemos el bienestar. No se trata ya de elegir entre fármacos o comida, sino de comprender que determinados alimentos —diseñados y respaldados por evidencia científica— pueden tener efectos terapéuticos concretos. Y que su uso puede ser personalizado, gracias a la inteligencia artificial.
Antón García, uno de los cinco socios fundadores de Venturade y experto en food, pharma y medioambiente, lo resume con claridad: “El futuro de la salud no está en una pastilla, sino en tu plato. Y la IA será quien lo prescriba”.
Con formación ejecutiva en ESADE, OXFORD e IESE, y una trayectoria profesional que combina la alta dirección con la auditoría alimentaria y la inversión estratégica, García es una de las voces más autorizadas para trazar el futuro del sector nutracéutico.
«Lo que buscamos desde Venturade son startups que construyan salud desde la ciencia aplicada, con productos validados, que encajen en la rutina diaria del consumidor”
Más allá de los suplementos: el cambio de paradigma
Según datos de Grand View Research, el mercado global de nutracéuticos superó los 500.000 millones de dólares en 2023.
Pero para García, lo verdaderamente relevante no es la magnitud del mercado, sino el giro conceptual que lo acompaña: “Ya no basta con vender cápsulas milagrosas o polvos envasados con promesas vagas. Lo que buscamos desde Venturade son startups que construyan salud desde la ciencia aplicada, con productos validados, que encajen en la rutina diaria del consumidor.”
Y España, afirma, tiene la oportunidad de liderar esta transición. Por capacidad investigadora, talento en biotecnología y un ecosistema inversor cada vez más especializado.
Regulación y ciencia: los pilares del avance
“La EFSA ha aprobado ya más de 250 declaraciones saludables para alimentos”, explica García. “Desde los omega-3 hasta los probióticos. El problema no es legal: es científico. Lo difícil es demostrar los efectos de manera rigurosa.”
En este contexto, menciona el caso de Nucaps, una spin-off de la Universidad de Navarra que ha conseguido encapsular principios activos mediante nanotecnología, garantizando su estabilidad y biodisponibilidad. “Lo analizamos en Venturade y es un ejemplo brillante de cómo se puede conectar la ciencia académica con una propuesta de valor real.”
Inteligencia artificial y nutrición de precisión
Pero no solo se trata de qué comemos, sino de quién lo come y cuándo. En 2024, el papel de la inteligencia artificial en la nutrición se ha vuelto clave. Startups como Nuritas, respaldada por Marc Benioff, utilizan algoritmos para identificar péptidos con propiedades antiinflamatorias en proteínas vegetales. En España, MiMark —participada por Caixa Capital Risc— desarrolla tests diagnósticos a partir del microbioma para recomendar alimentos de forma personalizada.
“La IA permite democratizar la nutrición de precisión”, apunta García. “El reto ahora es convertir esos datos en soluciones accesibles: apps, superfoods, productos de consumo cotidiano. Porque la salud no puede seguir siendo un lujo.”
El nuevo terreno de juego: oportunidad para emprendedores
El campo de acción para las startups es amplio y fértil. Desde el desarrollo de proteínas alternativas con valor médico —como la harina de grillo enriquecida con hierro para tratar anemias— hasta envases inteligentes que monitorizan la estabilidad de un alimento funcional.
“En este sector no vale solo tener una buena idea”, advierte García. “Hay que integrar ciencia validada, escalabilidad tecnológica y un modelo de negocio disruptivo. Si alguien nos presenta una propuesta sin estos tres ingredientes, le diremos que no.”
El rol de Venturade: smart money y apoyo estratégico
Venturade se define por su enfoque activo. “No somos un fondo que pone dinero y se sienta a esperar resultados”, afirma García. “Nos involucramos: mentoría, conexiones estratégicas, validación de mercado, ayuda para pivotar si es necesario. Lo llamamos smart money porque no es solo capital: es acompañamiento.”
A través de programas adaptados a cada fase —incubación, aceleración o consolidación—el objetivo es claro: transformar ideas en negocios escalables con impacto real.
Ciencia, tecnología y propósito
Para quienes deseen emprender en el mundo nutracéutico, el mensaje de García es rotundo: “No se trata de comer menos, sino de comer mejor. Y eso exige una integración rigurosa de ciencia, tecnología y propósito.”
España, con su tejido investigador y agroalimentario, puede ser una potencia global en este campo. Pero necesita una nueva generación de startups ambiciosas, disruptivas y científicamente solventes.
Desde Venturade, el compromiso es claro: identificar, financiar y acompañar a quienes están dispuestos a construir esa salud del futuro… desde la cocina, el laboratorio y el código.