Luis Wiehl, una destacada abogada estadounidense, explica en su libro Ganar Siempre (Ed. Vergara) cómo aplicar sus estrategias en los conflictos de la vida cotidiana. Weihl recomienda seguir los mismos pasos que utilizan «litigantes veteranos para pronunciar su apasionados alegatos, interrogatorios y conseguir la victoria ante un juez o un jurado».
En resumen, lo primero es definir lo que se quiere: la tesis; seguidamente, prepara a tu público: el juez o el jurado; presenta las pruebas; defiende el caso con convicción; haz frente a las alegaciones de la parte contraria; mantente fiel a tus argumentos -evita los siete errores que se exponen más abajo-; defiende el caso con corazón y, por último, resume tu caso: el alegato final.
No se trata dice Wiehl, de ser «una máquina jurídica fría y calculadora que contrainterroga a su madre por un guiso quemado, sino de mantener la cabeza fría y emplear la lucidez y capacidad de persuasión de los mejores abogados».
No hagas nunca
Generar expectativas que puedas cumplir.
Remedio: si no está seguro no lo digas.
Añadir a última hora cargos o acusaciones que puedan volverse en contra de tus argumentos.
Remedio: ¡Nunca improvises!
Basarte en testimonios indirectos.
Remedio: Si no lo has oído personalmente, no lo consideres un hecho.
Realizar definiciones subjetivas
Remedio: ¡Remítete a los hechos!
Sacar falsas conclusiones.
Remedio: No mientas, ni siquiera aunque creas que eso puede ayudarte.
Exteriorizar sentimientos de forma incontrolada.
Remedio: Mantén siempre la calma y el control.
Abandonar, alejarte o desviarte de tu tesis.
Remedio: ¡No lo hagas!