Puede parecer que nos estamos adelantando unas décadas, si hablamos de oportunidades en robótica. Pero no es cierto. Es un campo que está empezando a despuntar justo ahora “y que va a ser la siguiente revolución en las TIC, como antes lo fueron Internet, el ordenador o el smartphone”, asegura David Ríos, catedrático de robótica de la Universidad Rey Juan Carlos y asesor de la empresa Aisoy Robotics. “El modelo de negocio de la robótica personal sigue los pasos de la electrónica de consumo. Igual que sucedió con la tecnología móvil. Una vez que se popularizó su uso, los negocios asociados han surgido de forma vertiginosa”.
El ‘boom’ de los drones
De hecho, ya está sucediendo con los robots más populares: los drones. Estos vehículos aéreos de pequeño tamaño se empezaron a utilizar en industrias militares, empresas de seguridad, luego llegaron al cine… y se pueden adquirir por Internet por menos de cien euros (para aficionados a la fotografía o vídeo que quieran tomar imágenes aéreas).
También nos han invadido en brevísimo espacio de tiempo los robots domésticos, como las aspiradoras redondas que funcionan solas, los robots cortacesped, los robots de cocina… “La combinación de robots con inteligencia artificial está permitiendo ampliar el uso de robots fuera del entorno industrial tradicional. Entre otras aplicaciones, la robótica personal ya ha comenzado a introducirse en nuestros hogares de forma lenta y silenciosa”, comenta David Ríos.
En el mercado ya existen pequeños robots que se venden como juguetes, productos educativos, gadgets, muñecos humanoides… y por precios que oscilan entre los cien euros hasta unos pocos miles. Pero hay otros de mayor tamaño que se están desarrollando todavía y que podrían transformar muchas industrias. “Los robots son autónomos e interactúan con el mundo digital y físico. Un ejemplo famoso es el coche de Google, que lleva miles de horas de conducción automática sin un solo accidente. Los robots van a permitir no sólo realizar tareas por nosotros, sino anticiparse a nuestras necesidades y satisfacerlas. En concreto, en nuestros hogares nos van a permitir dar un salto cualitativo tanto en la personalización del ritmo académico como en la estimulación del interés por descubrir cosas de una forma, llamémosla mágica o atractiva”, continúa Ríos.
A la vuelta de la esquina
Según un informe de ABI Research, la robótica personal será la siguiente revolución en tecnología y alcanzará un volumen de mercado de 19 billones de dólares para el año 2017. Es una revolución que está a la vuelta de la esquina. Para esa fecha se calcula que habrá en el mercado 35 millones de robots. La mayor parte de ellos (diez millones) en el segmento de los juegos, otros siete para techies de estos nuevos dispositivos, tres millones y medio para padres interesados en nuevos métodos de educación y entretenimiento y 100.000 entre desarrolladores de apps para robots.
Todos estos datos sirven para hacerse una idea aproximada de por dónde llegan las principales oportunidades de negocio. Aunque David Ríos, advierte, que “al ser un mercado emergente, hay que recordar que los datos son solamente previsiones. Un dato menos global y quizás más objetivo es que el principal fabricante de robots aspiradoras del mundo (iRobot) declara haber vendido en España más de 60.000 unidades el año pasado. A un coste promedio de 500 euros (el más barato tiene un precio de 400 euros y el más caro supera los 700 euros) equivale él sólo a una facturación de 30 millones de euros en España. Desde el punto de vista de los juguetes, en España AIJU (la Asociación Española del Juguete) declara un volumen de negocio total de más de 1.100 millones de euros anuales, de los cuales, más de un 4% se encuadra dentro del juguete electrónico”.
Más datos: “En 2013, Lego vendió un millón de unidades de su Lego Mindstorms (su robot educativo) en Estados Unidos. Amazon, Apple y, más recientemente, Google (ha hecho 3 grandes adquisiciones para potenciar su línea robótica) se han posicionado en este ámbito, lo que significa que es la antesala para el ‘main stream’. El mercado de la robótica personal, pese a ser un mercado emergente, ya presenta un tamaño atractivo para albergar nuevos fabricantes”, añade.
¿Un mundo mejor?
Lo curioso de todo este asunto es que, en contra de lo que muchos puedan pensar, los robots van a traernos un mundo mejor. Al menos, eso asegura una de las personas de más peso mundial en este campo. Oussama Khatib, director del Grupo de Investigación Robótica de la Universidad de Stanford, aseguraba en una reciente visita a nuestro país, que la deslocalización de las empresas vendría por la robótica. ¿Su explicación? Al poder sustituir a la mano de obra barata, las industrias se quedarán en su país. Según sus cálculos, 320 millones de trabajadores perderán su empleo en todo el mundo, sustituidos por robots. Pero a la par, surgirán nuevos empleos cualificados, para alimentar esta nueva industria.
“No es nada nuevo. Se ha dado a lo largo de la historia. La humanidad no es que haya tenido más o menos trabajo. Tendrá un trabajo diferente. Antes los coches se hacían a mano y ahora los hacen cadenas de montaje. ¿Hay menos gente trabajando en la industria de los coches? La respuesta es no. Hay más, pero haciendo otras cosas. Y hay toda una industria complementaria alrededor. Con los robots pasará lo mismo: alguien los tiene que fabricar y mantener, hay que distribuirlos, hay que programarlos y, después de eso, se generarán industrias complementarias que seguirán haciendo evolucionar a la humanidad”, explica Ríos.