El consumo privado en España crecerá un 2,7% este año, muy por encima de la media europea (que lo hará un 1,9%). Es el dato que faltaba para afirmar que la recuperación se refleja en la economía real y pensar que la crisis económica es ya cosa del pasado. ¿Lo es? Todo dependerá de cómo se sienten las bases de la mejora de la actividad económica. En buena medida, el consumo crece por la existencia de dinero a bajo precio en el mercado. “El volumen de créditos disponible tiene una relación directa con la política del BCE que ha aumentado la liquidez en el sistema para que pueda crecer el crédito, reducir su coste y que éste se encuentre disponible para los ciudadanos”, explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG.

¿Refleja el coste de la deuda pública la recuperación?
Crédito barato al alcance del consumidor y de las pymes, pero también para el Estado. La rentabilidad del bono español a 10 años ha caído al 1,28% y la prima de riesgo está por debajo de los 100 puntos básicos. ¿Efecto de la recuperación económica? “Hay cierta relación. Obviamente, a mayores fundamentos económicos (más crecimiento, menos déficit, menos deuda, mayor rating crediticio), menos interés pide el mercado por la deuda. Pero esto no es una correlación perfecta. Y ahora mismo no estamos en una situación normal; el principal factor (y casi único) que afecta a la rentabilidad de la deuda en la Eurozona es el enorme flujo que inyecta el BCE, a razón de 60.000 millones mensuales y que distorsiona el resto de variables”, comenta Daniel Pingarrón.
Países que se financian gratis
El resultado de esta política expansiva del BCE es que en el momento actual un tercio de la deuda europea está en negativo: un total de 2,2 billones de euros se compran en el mercado con rendimiento negativo. Alemania, Holanda, Francia, Austria, Bélgica y Finlandia financian buena parte de su deuda gratis. ¿Por qué un inversor decide comprar una deuda que no tiene rentabilidad? “Principalmente porque sabe que podrá revenderle esos bonos al BCE en el mercado secundario a un precio más elevado. El hecho de que el BCE haya comprometido 60.000 millones mensuales hasta finales de 2016 hace que la demanda de compra de bonos crezca por encima de la oferta y el precio se mueva al alza. La rentabilidad negativa de la Eurozona es a la vez causa y efecto de esta circunstancia. Es muy posible que veamos el bono español a 10 años pagar una rentabilidad por debajo del 1%. Esto ocurrirá hasta que el mercado cambie sus expectativas y perciba el final de las compras del BCE. En ese momento se producirá una salida masiva de inversores que no quieren quedarse percibiendo una rentabilidad ridícula (o negativa) durante años, cuando la inflación y los tipos comiencen a ascender”, comenta el estratega de IG, que advierte: “Los tipos actualmente en mínimos restan dramatismo al endeudamiento excesivo de la economía española, pero una deuda pública del 100% como la nuestra es un desequilibrio de gran importancia, pese a que la factura por intereses a día de hoy sea muy manejable (menos del 4% del PIB)”.