En la literatura emprendedora siempre se habla en positivo para medir el talento emprendedor. ¿Tienes iniciativa, capacidad para tomar decisiones, orientación al riesgo…? Dicho así, es mucho más fácil que nos engañemos que si lo hacemos al revés. El coach Alfonso Alcántara recoge en su blog, Yoriento.com parte de esta idea:
No puedes culpar a tu jefe
¿Cómo te sentirás cuando tengas que tomar decisiones sin consultar con tus superiores? Quizás le termines echando de menos, sobre todo cuando tengas la tentación de echarle a él las culpas de lo que salga mal.
Nadie te pone metas ni objetivos
En lugar de quejarte de los marrones que te han caído tendrás que trazarte tu propio plan diario. Puedes verte paralizado y sin saber por dónde empezar.
No cobrarás siempre a final de mes
Tu aversión al riesgo y a la incertidumbre pueden aflorar rápidamente si te planteas cómo vas a sentirte sin la seguridad de la nómina.
No puedes culpar a otros de tus errores
Toda la responsabilidad de lo que pasa en tu negocio es tuya y sólo tuya. Si te cuesta reconocer tus errores…