Tres son las principales características que se buscan en los proyectos aspirantes a formar parte del programa desarrollado por ISDI Accelerator para UNICEF: que sean soluciones austeras, eficientes y de impacto.
Un ejemplo para entenderlo mejor: Una cama hecha de cartón (austera), que se monta en cuestión de 10 segundos, de manera que en una hora una sola persona podría montar 360 camas (eficiencia), y capaz de ofrecer una respuesta rápida en situaciones de emergencia (impacto).
La idea de negocio corresponde a la startup Humanitaria, donde han desarrollado la primera cama efímera y desechable para ayuda humanitaria. El caso de Humanitaria no es una excepción.
Seguimos con más ejemplos. En Smart Lollipop han creado un dispositivo médico con forma de piruleta que sirve para detectar enfermedades con una sola muestra de saliva; en Lulla Care han lanzado una aplicación que ayuda a los bebés a dormir mejor a la vez que contribuyen al descanso de los padres; en Donadoo ofrecen una especie de Wallapop low cost para la compraventa de artículos nuevos y de segunda mano con la que ayudan a financiar proyectos sociales, culturales y medioambientales de entidades sin ánimo de lucro; en Yo también leo ayuda a niños con Síndrome de Down, autismo u otros tipos de discapacidad intelectual a que aprendan a leer y escribir.
Podríamos seguir con la lista y extenderla, al menos, hasta 32 proyectos de características similares que son los que han impulsado ya en las cuatro ediciones lanzadas por UNICEF Lab. Con un programa creado por la escuela de negocios ISDI, a través de su aceleradora ISDI Accelerator, y UNICEF España, UNICEF Lab es un programa de aceleración de startups de carácter social con foco en la defensa y protección de los derechos de la infancia.
Se orienta a startups, entidades y empresas de habla hispana, tanto de España como de Latinoamérica, con el objetivo de encontrar soluciones innovadoras a los desafíos a los que se enfrenta la infancia más vulnerable con clara identificación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Aprovechamiento tecnológico
La vulnerabilidad infantil nos afecta a todos y está, desgraciadamente, también en países ‘ricos’. Asimismo, a medida que avanza la digitalización de la sociedad, crecen también los problemas de niños y jóvenes relacionados con la adicción a las pantallas y su degeneración en problemas de salud mental derivados de un exceso de aislamiento, estrés o ansiedad.
Lejos de denostar el uso de las nuevas tecnologías, en UNICEF Lab e ISDI Accelerator apuestan también por proyectos que optan por su aprovechamiento.
La Inteligencia Artificial está detrás de Aimentia, una plataforma de terapia digital en la nube que provee de herramientas impulsadas por aprendizaje automático a profesionales de la salud mental; y de Colors of Talent, una plataforma psicopedagógica que ayuda a los jóvenes a encender su pasión por aprender mediante tiempo en pantalla positivo y educativo. Igualmente, gracias al uso de la blockchain, el banco de alimentos frescos que fomenta el comercio local en barrios empobrecidos desarrollado por Comunitaria garantiza la trazabilidad del buen uso de la solución.

También en el metaverso
Pero también andan en UNICEF Lab explorando el desarrollo del metaverso al objeto de indagar los beneficios o perjuicios que puede traer este entorno en su ámbito de actuación.
“Innovar implica salir de tu zona de confort, dejar de hacer las cosas como las has hecho siempre para solucionar los problemas que van surgiendo. La investigación es fundamental para seguir avanzando en la promoción y defensa de los derechos de la infancia, más en un entorno VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad, por sus siglas en inglés) como en el que nos movemos hoy”, declara Luis López Catalán, director de Innovación, Data y Tecnología en UNICEF España.
Valgan todas las soluciones citadas en este artículo como respuesta a aquellos que se preguntan qué hace UNICEF invirtiendo en innovación y colaborando con startups.
“La inversión en innovación es crítica para mejorar los derechos de la infancia. Y el valor que tiene para los niños y niñas en todo el mundo, y en España, está más allá de lo que a primera vista se puede monetizar en una cuenta de resultados. Aprender a leer y escribir, salir de una desnutrición aguda con alimento terapéutico que apenas cuesta unos céntimos… tiene un valor máximo para nosotros y estamos empeñados en no dejar a ningún niño atrás. La innovación nos ayuda a ello”, dice López Catalán.

Nada malo en ganar dinero
El hecho de que parte del impacto de los proyectos de emprendimiento social se traduzcan en intangibles, no quita para pretender también la rentabilidad y escalabilidad del negocio.
Como señala Jesús Tapia, Head de ISDI Accelerator, “hasta ahora, la gente tendía a asociar un proyecto social con una ONG. Menos mal que esta visión tan limitante está empezando a cambiar y ya nadie piensa que una empresa social no pueda ganar dinero y sabe que ninguna corporación puede sobrevivir a base de donaciones”.
Entiende también Tapia el interés creciente de la sociedad por las empresas que demuestran un compromiso real con el impacto social o cualquier iniciativa que avance en el desarrollo de alguno de los 17 puntos de los ODS. En su opinión, el empuje llega, sobre todo, de las nuevas generaciones dispuestas a cambiar las reglas del juego. Pena que a algunos les esté costando enterarse de esto o se nieguen a aceptar el cambio porque todavía son bastantes menos que más las empresas que se suman a impulsar los objetivos de la ONU.
El programa de aceleración
Durante las cuatro ediciones desarrolladas en la aceleradora de UNICEF Lab –a punto de lanzar la quinta convocatoria– han podido beneficiarse del programa un total de 32 proyectos de los más de 620 candidatos presentados.
Liderado por ISDI Accelerator y su equipo de mentores, evaluadores y expertos de reconocido prestigio nacional e internacional, se trata de un programa deslocalizado dirigido a startups hispanohablantes.
A los equipos candidatos les piden, entre otras cosas, estar legalmente constituidos, dedicación, participación activa de todo el equipo más allá del CEO y el CTO y haber superado la fase de ideación, contando, al menos, con un producto mínimo viable totalmente desarrollado.
Las ideas han de ser “hacibles, con perdón de la expresión”, dice López Catalán y, sobre todo, cumplir los criterios de debida diligencia para trabajar con UNICEF España. En este sentido, las startups priorizan la comercialización con la organización durante un periodo mínimo de tiempo. A cambio, los equipos se benefician de formación y mentoring del equipo de expertos de ISDI Accelerator, un paquete de perks [beneficios o incentivos] valorado en hasta 400.000 euros que proporcionan gracias a importantes acuerdos de colaboración alcanzados con otras entidades, acceso a inversores y acuerdos de colaboración con UNICEF España, impulsado y gestionado por ISDI Accelerator.
“Cualquiera que tenga un proyecto innovador que promueva los ODS y la infancia aquí estamos para colaborar”, concluye López Catalán.