Comida para llevar subvencionada para personas en riesgo de exclusión. Huertos urbanos que emplean a discapacitados. El término franquicia suena, la mayoría de las veces, a cadena de cervecerías baratas, de restaurantes clónicos o de tintorerías de barrio, pero nada más lejos de la realidad. Al menos, así lo demuestran dos iniciativas de las que hemos tenido noticia últimamente: Rus in Urbe y Menja Futur, proyectos con vocación social que buscan expandirse nada más y nada menos que bajo la fórmula de la franquicia. Y es que, ¿por qué no difundir, también, el know-how de empresas sociales de esta forma?
Huertos urbanos
Situado en el barrio de Montecarmelo, en Madrid, Rus in Urbe es un gran huerto urbano (ya cuenta con 202 huertos dentro de él) en el que los trabajadores encargados del cuidado diario son personas con discapacidad. Para el cliente que tiene su huerto, el modelo es de cuota por espacio: por 85 € mensuales dispone de terreno y de un ‘personal keeper’ que lleva las tareas de mantenimiento.
«Nos llegaban muchas solicitudes de información, preguntando cómo lo hacíamos, cómo podían montar algo igual…», explica Sandra Carretié, la directora del proyecto, que pertenece a la Fundación Carmen Pardo-Valcarce. «Así que decidimos darle salida y estandarizarlo en forma de franquicia”. Como en otras enseñas, para montar un Rus in Urbe hay que contar con un terreno, adecuarlo (en función del tipo de terreno, “la adecuación cuesta entre 150.000 y 180.000 €”, indica Carretié) y pagar 18.000 € de canon de entrada. ¿Beneficios? A reinvertir, claro.
Comida para llevar subvencionada
En Barcelona, Menja Futur acaba de abrir las puertas de su primer local: una tienda de comida para llevar con doble objetivo. Por un lado, menús asequibles y saludables a un precio justo (cocinados con productos de la zona, ecológicos y de comercio justo) y, por otro, ayudar a las personas necesitadas a través del Tiquet Futur, un menú subvencionado de 2,95 € que se reparte a través de colaboradores sociales como Cáritas, Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, etc.
La iniciativa es de la Fundación Futur y ha sido seleccionada en el Momentum Project, una iniciativa que promueve el emprendimiento social. «Presentamos nuestro proyecto con la intención de expandirlo en forma de franquicia, y nos lo han validado. Ahora tenemos que trabajar en ello: en estandarizar el modelo para escalar», explica el director de la Fundación, Eduard Vicente. El modelo implica, además del tipo de producto con el que se cocina, que los trabajadores sean de alguna empresa de reinserción social que emplee a personas en riesgo de exclusión. Y el beneficio, por supuesto, también a reinvertir.