Repasamos con el director general de Fidex el valor de la excelencia en los proyectos (“nadie da duros por pesetas”) y la situación del mercado nacional e internacional (“el negocio en el exterior está salvando el sector”). Para Argüello, “ahora que hay poco dinero para invertir y mucho tiempo, es también el momento de planificar las obras de los próximos 10 años”.
Pregunta: Foro para la Ingeniería de Excelencia nace en febrero de este año. ¿Por qué poner en valor la excelencia ahora en un contexto de recortes públicos en el sector?
Respuesta: Porque ahora la obsesión por reducir costes en cada una de las fases del proceso de creación de una infraestructura puede dar al traste con los los altos niveles de calidad que hemos alcanzado. Nadie da duros por pesetas. No podemos permitirnos el lujo de perder esos niveles de calidad por una política de ahorro de costes que entendemos es equivocada, porque un mal proyecto da lugar a una obra con problemas y esto la encarece.
P: ¿Cuánto más?
R: La experiencia nos dice que si en lugar de 2–3,5% del precio de la obra, que es lo que se utiliza ahora para pagar el proyecto, nos acercaramos al 4%, esos habituales modificados de obra del 20% –en algunos casos llegan al 40% e incluso al 100%– prácticamente desaparecerían. El problema radica en que si no hay dinero suficiente para hacer un buen proyecto, este tiene carencias que luego se hacen visibles cuando se ejecuta la obra. En este sentido, si bien es cierto que la excelencia implica una mayor inversión en ingeniería, sin embargo supone una inversión sensiblemente menor en el proceso completo en la creación de la infraestructura.
P: ¿Qué le quita el sueño a las ingenierías en estos momentos?
R: La reducción de la licitación pública en obra civil, que casi ha desaparecido en nuestro país en los últimos cuatro años. Queremos transmitir el mensaje a las Administraciones de que ahora que hay poco dinero y tiempo para gastarlo, las ingenierías deben tener un peso importante en la planificación, en la evaluación de utilidad pública, social o económica, en la selección de la mejor alternativa.
P: Afortunadamente, la mayor parte del negocio de las ingenierías está en el exterior?
R: Es lo que está salvando a las empresas de ingeniería. Y aún se puede crecer más. Nosotros estamos intensificando nuestro apoyo a la marca España. Entendemos que tiene que dejar de estar centrada en los deportistas, los turistas y el jamón serrano y tener un componente tecnológico mucho más potente. Aunque para eso necesitamos el apoyo de la Administración convirtiendo las embajadas en delegaciones de las empresas españolas. La ingeniería es una punta de lanza que, con la etiqueta de la marca España y la tarjeta de presentación de una altísimo nivel tecnológico, y una experiencia muy buena y acreditada a nivel internacional, abre mercados a otros sectores.
P: La decisión de Fomento de conceder el proyecto del Corredor Ferroviario Mediterráneo a la ingeniería pública Ineco para haber encendido a las ingenierias privadas. ¿Cuál es la posición de Fidex?
R: No entendemos que la ingeniería pública se tenga que hacer cargo de todo este gran proyecto. Tampoco hay urgencia, en el sentido de que la adjudicación directa mediante encomienda de servicios a Ineco no va a reducir los plazos de una manera tan significativa con respecto a la licitación pública; en cambio esta daría oportunidades a las empresas del sector y, además, reduciría los costes.