Salvo en sectores como óptica y productos para el hogar, en los que son muchas las marcas que siguen todavía rezagadas (sólo un 20% de ópticas y un 50% de tiendas de hogar vende online), el resto de los mercados tiene claro que deben acercarse al consumidor online. Claro que ya podemos decir que esto pertenece al pasado.
La cesta de la compra digital. La siguiente revolución comercial se prepara en los espacios físicos: grandes y medianos comercios empiezan ya a integrar la tecnología en sus puntos de venta: Barrabés, Tesco, El Ganso o El Corte Inglés están ya en el camino. Esta última, por ejemplo, presentó en el último evento The app Date una aplicación (Supermercado El Corte Inglés) con la que intenta cambiar la forma de llenar la cesta diaria. Introduce novedades como la posibilidad de compartir el proceso de llenar la cesta entre dos personas, cada una desde su propio móvil, además de la opción de recogerla con el coche con sólo un golpe de clic.
Nuevos escaparates. La televisión, las marquesinas y los escaparates de las tiendas también entran en esta nueva revolución. La británica PowaTechologies, por ejemplo, trabaja con El Ganso para que podamos comprar sus prendas sin entrar en la tienda. Basta capturar un código QR que figure en ellas para comprarlas sin hacer colas.
Personalización. Es la otra gran transformación que trae la tecnología. Aplicaciones como El oráculo del consumidor, de Tecnilógica, permiten conocer características de los clientes a través de una cámara. Y la firma Azcoyen acaba de lanzar una app (Button Barista) que permite personalizar el café de máquina desde el móvil. Sin duda, la oferta de ‘café igual para todos’ tiene los días contados.