CounterCraft: Ciberseguridad de emboscada
Hace ya tiempo que la tecnología de CounterCraft viene haciendo ruido. Radicada en San Sebastián, es una empresa de ciberseguridad que se dedica a “desplegar trampas dentro y fuera de las redes para detectar a nuestros adversarios. Con esas trampas interceptamos a los atacantes para, primero, detectar que están ahí y, segundo, intentar sacar la máxima información posible de ellos”, es la definición de la empresa que ofrece David Barroso, CEO y cofundador de CounterCraft junto con Fernando Braquehais y Daniel Brett.
Constituida en 2015, empezaron dirigiendo sus soluciones a grandes corporaciones, tipo bancos, aseguradoras y otros clásicos del sector. Luego, de repente, empezaron a notar que había mucho interés por la compañía en los departamentos de Defensa, tanto que en 2021 llegaron a firmar un contrato con El Pentágono, el Departamento de Defensa de Estados Unidos. En esa dirección empezaron entonces a canalizar sus herramientas y hoy, según el CEO, el 70% de la facturación de la compañía procede de la industria defensiva.
Para ser una tecnológica, eso de ir tendiendo emboscadas para que el enemigo pique parece divertido, aunque dejen obsoletos a personajes tan icónicos como el de James Bond. Ahora lo cool es el contraespionaje ciber, obtener la máxima información posible del adversario para intentar ir siempre un paso por delante. Claro que en CounterCraft lo que aportan es una tecnología apoyada en inteligencia artificial y gemelos digitales porque, lo que hacen con ella y la estrategia, la delegan en la inteligencia de los profesionales de la guerra.
La empresa también ha licenciado sus soluciones de CyberDeception para proteger la integridad de procesos electorales europeos y evitar posibles injerencias en los resultados. Con más de 50 empleados en el equipo actual esparcido por diferentes países del mundo, el 80% de la facturación de Countercraft procede de fuera de España. El pasado mes de febrero, la startup vasca fue seleccionada por Google para integrarla en su programa Google for Startups Growth Academy: AI for Cybersecurity, junto con Qalea y Steryon (ciberseguridad industrial).
La compañía, considerada entre las más prometedoras del momento, forma también parte del ecosistema emprendedor de Wayra , el hub de innovación de Telefónica, que ha participado en diferentes rondas de financiación
Valyra Aerospace: drones para la operativa naval
Valyra Aerospace es una empresa fundada por Joan Albert Such y José Domingo Cerdán, ambos ligados a la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) de la que esperan convertirse en spin-off cuando concluyan los trámites administrativos.
La empresa como tal se constituye el 1 de enero de 2025, después de 5 años desarrollando su tecnología como investigadores de la UPV. Se dedican el desarrollo de naves no tripuladas (drones) de gran tamaño de despegue y aterrizaje vertical. Los destinan a operativa naval, tanto en el área de Defensa, para la Armada, como para Gobierno Civil en labores de control de fronteras, lucha contra el narcotráfico o Salvamento Marítimo.
La finalidad es acabar sustituyendo a los helicópteros que ahora realizan este tipo de tareas por sus drones, mucho más rápidos y asequibles en términos económicos. Para ilustrar el ahorro que supone el uso de los vehículos no tripulados de Valyra, Joan Albert Such hace una comparativa entre los 15 millones de euros que cuesta la construcción de un helicóptero y 3.000 euros por cada hora de vuelo, frente a los 250.000 euros que cuesta fabricar un equipo de los suyos y los 200 euros por hora de vuelo. Multiplican, a la vez, la capacidad de acción dado que reducen el tiempo de respuesta y ello sin poner en riesgo la vida del piloto.
En Europa, que les conste, hay solo una empresa, de origen portugués, que está haciendo lo mismo que Valyra Aerospace aunque a un coste bastante más elevado. Como clientes, la mayoría son de tipo gubernamental, pocos pero muy potentes, aunque también estudian la posibilidad de dirigir su tecnología dual al sector civil ofreciendo soluciones de vigilancia para empresas privadas relacionadas con el sector de la energía, como plataformas offshore de eólicas, instalaciones petrolíferas o logística marítima.
Pero todo ello tendrá que esperar. Antes necesitan capital intensivo para empezar a construir las aeronaves teniendo en cuenta, además que, en soluciones como la suya, los procesos de compra son lentos. Para agilizar el avance, acaban de abrir una ronda de financiación.
WAVF: seguridad de plug & play
La idea de negocio de WAVF corresponde al joven de origen colombiano Jose Ospina, residente en Madrid. Aquí desarrollan tecnología que se dirige a empresas, organismos públicos y profesionales que necesitan velar por su seguridad digital a la vez que las ayuda a cumplir con la normativa vigente.
«En WAVF conectamos tecnologías de Inteligencia Artificial (IA), blockchain y computación cuántica para crear una plataforma que funciona como un plug and play en materia de ciberseguridad sin necesidad de ser un experto en tecnología para manejarla. Con la plataforma puedes monitorear a tiempo real, saber si tienes vulnerabilidades, riesgo de ataques y hacer el cumplimiento legal de forma fácil”, explica el CEO.
La solución en formato SaaS gestiona todos los activos digitales y se adapta tanto a organizaciones con una gran estructura como a pequeñas empresas o trabajadores independientes. Asimismo, con una sola licencia y en un plazo de entre 3 y 4 meses, las empresas pueden disponer de todas ls certificaciones exigidas por los principales marcos regulatorios internacionales, como ISO 27001, SOC2, NIS2… hasta siete y sin tener que pagar por cada uno de ellos.
Más allá del contexto empresarial, WAVF ofrece líneas activas para usuarios particulares interesados en proteger su información personal o garantizar el cumplimiento normativo de sus actividades profesionales. Esta dimensión, junto con su modelo híbrido B2B-B2G-B2C, refuerza su capacidad para adaptarse a diferentes tamaños y necesidades operativas.
La empresa, que empezó a operar en España hace escasos meses, ha facturado ya 100.000 euros en ventas, cuanta con un equipo de 12 personas y oficinas en Madrid, Valencia y Barcelona. La otra que están a punto de abrir es en Bilbao. El proyecto ha generado grandes expectativas apareciendo ya vinculados al ICEX ( a través del España-Latam Scale-up), Ministerio de Industria y Comercio, el Incibe, o el ecosistema de Wayra, de Telefónica.
