La industria siempre ha sido esencial para el crecimiento económico y laboral de un país. Sin embargo, la globalización, la reducción de los costes de producción o la optimización de la cadena de suministro son factores que, entre otros, nos llevaron, en Europa y en España, a desatenderla durante las últimas décadas.
Ahora que parece estar fraguándose un nuevo orden internacional, el péndulo que lanzamos fuera hace tiempo regresa con fuerza a nuestro lado, urgiéndonos a recuperar la capacidad de producción nacional y reducir la dependencia de otros países en beneficio de la soberanía y la seguridad del país.
Análisis de la situación
Del punto de partida para esa reconstrucción industrial habla el estudio Diagnóstico del Emprendimiento Industrial en España, del que ya informamos en esta web. Se trata de un exhaustivo análisis sobre el ecosistema emprendedor industrial en España realizado por el Centro de Estrategia y Prospectiva Industrial (CEPI), ligado a la Escuela de Organización Industrial (EOI) compartido con el Ministerio de Industria.
Fue en la sede de la EOI de Madrid donde se presentó oficialmente este informe, en un acto en el que José Bayón, director general de la Escuela, quiso agradecer la asistencia a Jordi García Brustenga, director general de Estrategia Industrial y de la Pyme; a Borja Cabezón, consejero delegado de Enisa, así como a los emprendedores participantes en la mesa de debate y a todos los que han hecho posible la ejecución de este estudio.
¿Dónde estamos?
El estudio del CEPI estima en un total de 806 el número de startups industriales innovadoras que funcionan ahora en nuestro país. Más de 70% de estas empresas emergentes han sido creadas por emprendedores independientes.
El resto se distribuyen entre spin-offs (21%), impulsadas por pymes (12%) e impulsadas por grandes corporaciones (2%). De las spin-offs, el 7% tienen su origen en agentes científico-tecnológicos, como son las universidades y los centros tecnológicos.
Categorización
El ecosistema nacional lo componen distintos sub-ecosistemas, según zona geográfica y especialidad conforme a su realidad territorial en torno a los principales núcleos industriales del país, con distintos grados de maduración. El reparto de los sub-ecosistemas sería este:
Maduros: Se incluyen aquí los correspondientes a la Comunidad de Madrid, País Vasco y Cataluña, concretamente el generado en torno a Barcelona.
Intermedios. Dentro de este grupo se incluyen a la Comunidad Valenciana, principalmente en torno a la ciudad de Valencia, y el ecosistema andaluz de Málaga.
Incipientes. Se citan en esta categoría a la ciudad de Sevilla, Murcia y Aragón (sobre todo en torno a Zaragoza).
Otros ecosistemas. Galicia, Asturias y Navarra, se caracterizan por tener mecanismos, instrumentos y agentes. Lo que falla, según el estudio, en estos casos es la ausencia de una cultura emprendedora clara lo que hace que no exista una masa crítica suficiente para articular los ecosistemas.
Las mimbres
Todos los ecosistemas, sobre todo los maduros y los intermedios, cuentan con una sólida base industrial. Asimismo, en todos ellos se observa la presencia de un agente que adquiere el rol de “traccionador” del ecosistema. Como ejemplo, se citan a la Administración Pública en el País Vasco o la infraestructura emprendedora en términos de incubadoras y aceleradoras de Valencia.
Comparten también, la mayor parte de los sub-ecosistemas la presencia de alianzas público privadas para promover la transferencia de conocimiento, el apoyo de las instituciones con programas específicos y el despliegue de una estrategia de innovación.
Con estas mimbres, el análisis del CEPI concluye que “el ecosistema de emprendimiento industrial en España tiene los elementos necesarios para convertirse en un hub de emprendimiento industrial de referencia”.
¿Qué nos falta para el ‘hub’?
Dando por válida la conclusión del análisis del CEPI, la pregunta que cabe plantearse a continuación es ¿qué nos falta entonces para tejer esas mimbres y consolidar ese hub industrial que nos equipara al de otros países?
A las propuestas que hace el estudio, se sumaron en su presentación las voces de tres emprendedores en el sector industrial: Alberto Nieto, director de operaciones de Aurea Avionics; Luis Martín, cofundador de Arribes, y Carmen Moreno, de Repsol Energy Ventures, participantes en una mesa para debatir el tema.
Lo que dicen los emprendedores
Estas son algunas de las ideas señaladas por los emprendedores:
Mejorar el acceso a la financiación
El nacimiento de empresas emergentes en el sector industrial no parece ser el principal problema. Las dificultades llegan cuando estas organizaciones, nacidas como startups, empiezan a crecer y requieren de mayores inversiones para su acompañamiento. Para mejorar el acceso a la financiación de plantearon distintas medidas:
Coordinación entre los distintos programas de ayudas. Apuntan a la necesidad de ajustar los distintos programas de ayudas, tanto públicos como privados para acabar así con el exceso de fragmentación en términos de financiación con el foco puesto en el sector industrial.
Una financiación diferente. Se refieren, sobre todo, a un capital paciente que comprenda que los retornos en el sector industrial no son tan rápidos como en otras verticales.
Estimular la inversión privada con medidas que incentiven al venture capital que apuesta por startups industriales más allá del plazo establecido reduciendo así la aversión al riesgo, mayor en este sector que en otros.
Financiar el circulante. Observa Carmen Moreno que uno de los principales problemas que se ven en las empresas es la necesidad de financiar el circulante.“Tienen tecnología, tienen proyectos, tienen clientes, pero no tienen caja para acometer esos proyectos”
Exceso de burocracia
La gran mayoría de las empresas emergentes industriales en España lamentan también la excesiva lentitud de los procesos administrativos lo que ralentiza, a su vez, el propio desarrollo del proyecto.
Creación de infraestructuras
A juicio de Carmen Moreno, es necesario ampliar las infraestructuras de innovación creando nuevos espacios que permitan a estas startups testar sus productos y probar en entornos industriales sus tecnologías antes de escalarlas. Sería la parte del sandboxing en la que las grandes corporaciones pueden jugar un papel crucial cediendo sus instalaciones y financiando pilotos.
Ayudar a las empresas grandes a convertirse en tractoras
Sostiene Luís Martín que “el éxito o el fracaso de un país como hub radica en conseguir que las empresas grandes ejerzan realmente de empresas tractoras”, es decir, que sean capaces de transferir la innovación y conocimiento que desarrollan estas corporaciones a las medianas y pequeñas empresas regando toda la pirámide con su sabiduría.
El talento
Esta falta de talento del que parecen adolecer todos los sectores, atañe también a la industria. No obstante, matiza Luis Martín que no se refiere tanto a la falta de talento como a la falta de personas para abordar una gran escalada industrial teniendo en cuenta el envejecimiento de la pirámide poblacional. “Talento nos sobra como individuos, pero nos falta como agregado”.
Más políticas pro emprendimiento
Cierto que el ecosistema emprendedor español ha madurado de forma notable durante los últimos años. Podemos presumir, además, de disponer de una Ley de Startups pionera en Europa y otras regiones del mundo. Aún así, el sector industrial dice necesitar más apoyo institucional conforme a sus peculiaridades.
Hacerlo atractivo
La demanda creciente de recuperar la capacidad industrial como país exige animar a los emprendedores para que vean en ello una oportunidad. “Cierto que es un sector muy retado por la complejidad en el desarrollo de la tecnología, por la maduración de los productos y los largos tiempos de entrada al mercado, pero es precisamente en esas barreras de entrada donde radica la oportunidad. Se necesita ese espíritu emprendedor, esa innovación, esa forma diferente de afrontar los problemas para generar esas oportunidades y hacer atractivo el sector”, sostiene Alberto Nieto.
En la misma línea se apunta la falta de referentes sectoriales y abogan por una mayor visibilidad pública y mediática por estos proyectos para hacerlos también más atractivos de cara a los inversores.
La respuesta de los políticos
Jordi García Brustenga dijo haber tomado nota de todas las sugerencias planteadas por los emprendedores animándoles a seguir adelante con sus respectivos proyectos. Recordó que está pendiente de aprobación definitiva la Ley de Industria y Autonomía Estratégica para impulsar la reindustrialización de nuestra economía.
La ley, igual que sucedió con la de Startups, será pionera en Europa, e incluye un artículo -el 24- que hace referencia al emprendimiento industrial. En este línea hace una llamada a la competitividad y la resiliencia de los emprendedores. Su compromiso fue seguir pensando en las especificidades del sector.
Por su parte, Borja Cabezón, consejero delegado de Enisa, recordó a los emprendedores la disponibilidad de financiación pública que ofrecen instituciones como la que él representa. “Nosotros tenemos una máxima y es que el talento no entiende de fronteras, de edad, de género, y por supuesto, no entiende ni debe entender de lugar de procedencia o de clase social. El talento es el que es y lo que necesita son oportunidades para su desarrollo y tanto en la EOI como en Enisa, dependientes del Ministerio de Industria y Turismo queremos dárselas”.
Y convencido del avance conseguido por la industria española durante estos últimos años “gracias al impulso del Gobierno, pero en definitiva de toda la sociedad y del sector empresarial e industrial”, José Bayón, director de la EOI, instó a la colaboración entre grandes corporaciones y pequeñas empresas así como con los emprendedores y emprendedoras en la senda de la innovación abierta como clave del desarrollo del ecosistema emprendedor.