Hace poco más de un año, en octubre de 2021, la Junta de Castilla y León aprobaba la Estrategia de Economía Circular de la Comunidad Autónoma para el período 2021/2030.
La visión de la Estrategia de Economía Circular de Castilla y León es hacer de la Comunidad Autónoma un territorio competitivo e innovador y libre de emisiones de carbono, que sustente su economía sobre un modelo regenerativo, basado en un uso eficiente de los recursos naturales, al mismo tiempo que un modelo económico justo, que garantice la igualdad de género y la inclusión social.
Este modelo contribuirá a optimizar el uso de los recursos endógenos, minimizar el consumo de materias primas y energía, y retornar al ciclo productivo natural o tecnológico los materiales al final de ciclo de vida útil de los productos, tomando como horizonte temporal para una economía altamente circularizada el año 2030.
Emprender en economía circular
En el contexto de la Estrategia de Economía Circular se están desarrollando una serie de iniciativas que sirvan de referencia e incentivación para el emprendimiento y la generación de nuevas actividades económicas con fuerte anclaje territorial.
JCyL ya ha incorporado la economía circular de manera significativa, como principio transversal, pero también como área de oportunidad para todos los sectores económicos prioritarios de la economía de Castilla y León, en su política de I+D+i a través de la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3)
La principal riqueza de Castilla y León es su medio natural y los recursos naturales renovables. La región cuenta con una gran riqueza en biomasa que supone una base importantísima para el desarrollo de la bioeconomía y la obtención de nuevos materiales de base biológica que puedan sustituir a los materiales de síntesis o materiales no renovables que cada vez son más escasos y más costosos. La bioeconomía es una gran oportunidad para el medio rural, sin el cual no sería posible disponer de las materias primas renovables para nuestra industria.
Y también cuentan con una gran oportunidad para transformar los denominados biorresiduos en bioproductos, tanto de origen doméstico, como de la industria agroalimentaria o de la propia actividad agrícola y ganadera, pero también de las aguas residuales o la ceniza de las plantas de biomasa, para recuperar los nutrientes que necesitan nuestros suelos para mantener la productividad de la actividad agraria.
El desarrollo de biofertilizantes basados en los biorresiduos es una gran oportunidad, no sólo de resolver la adecuada gestión de los mismos, sino de garantizar el aporte futuro de fertilizantes basados en la biomasa existente en nuestra Comunidad.
Una región que sirve de modelo
Castilla y León ha sido una de las 12 iniciativas seleccionadas en el marco de la Iniciativa Europea “Circular Cities and Regions” para trabajar junto con la Comisión Europea en el desarrollo de soluciones que contribuyan a facilitar y acelerar la transición hacia un modelo de economía circular. En abril de 2022 se realizó una convocatoria de candidaturas para participar en dicho programa, que contó con más de 100 solicitudes, de las que finalmente se han aprobado 12 proyectos piloto, entre los que se encuentra Castilla y León, además de haberse seleccionado a otras 25 entidades como asociados a la Iniciativa
La candidatura de Castilla y León se ha sustentado en disponer de una Estrategia de Economía Circular de la Comunidad Autónoma, así como en otros trabajos realizados, como el análisis del metabolismo económico regional y la identificación del ecosistema de la economía circular (mapa de agentes, capacidades y proyectos).
Los trabajos que desarrollará Castilla y León, en colaboración con la oficina CCRI, son la elaboración del Plan de Acción (2023/2025) de aplicación de la Estrategia de Economía Circular, y la puesta en marcha de una Plataforma de Recuperación de Nutrientes, con el objetivo último de aprovechar todos los flujos de materia orgánica residual (de la agricultura y ganadería, de la industria agroalimentaria, de los residuos urbanos, de la biomasa forestal, o de la depuración de aguas residuales) y transformarlos en nutrientes como, por ejemplo, en biofertilizantes.