Elegir un asesor contable, especialmente para aquellos que han iniciado un negocio, no es un asunto banal. No solo porque no sea gratuito y uno no está para tirar su inversión, sino porque estás exponiendo algo tan importante como las cuentas de tu empresa a otra persona.
No son pocos los usuarios que llaman a Debitoor preguntando si nuestra aplicación les permitirá prescindir de un asesor. La respuesta es que no, pues un asesor tiene unas cualidades profesionales y humanas insustituibles por un software.
Aunque, como ya hemos visto en otro lugar, los asesores y los programas de facturación no sólo no son incompatibles, sino que son grandes aliados.
Pero centrémonos ahora en el asesor ideal, ese que nos tiene que sacar las castañas del fuego en momentos importantes.
1. Que tu asesor esté acreditado
En España no existe un reconocimiento formal del experto contable como existe en otros países como Francia y Portugal.
No obstante, hay asociaciones que expiden certificados de “experto contable” siguiendo criterios objetivos, transparentes y rigurosos.
Es el caso del Consejo General de Economistas (CGE), la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) y la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA), que publica una revista homónima desde 1983.
Un asesor acreditado significa un distintivo de calidad que se traduce en confianza y competencia.
La acreditación es, además, una muestra de experiencia y de que tu contable está al día, pues esas acreditaciones no son gratuitas ni se sortean en la feria del pueblo.
2. Infórmate en asociaciones, otros profesionales y redes sociales
Las asociaciones antes mencionadas son un referente. Pero no son suficiente, pues la lista no es breve y uno no sabe por quién decidirse.
Si conoces a otros profesionales con negocios y que trabajan con gestorías o asesores, consúltales. Y si os dedicáis a la misma actividad, la referencia es todavía más valiosa, pues el asesor estará más familiarizado con el sector.
Redes sociales profesionales como Linkedln te pueden ayudar a contactar directamente con contables y examinar su experiencia previamente. También existen otras redes online, como la lista de asesores de Debitoor.
3. ¿La geografía cuenta? Cuenta más tener un programa de facturación
Muchos autónomos y empresarios buscan un asesor que esté a la vuelta de la esquina. En Debitoor, por ejemplo, hemos puesto a disposición una lista de asesores ordenada geográficamente.
Sinceramente, hoy en día, con internet y los programas de facturación en la nube, la geografía no debería ser un criterio de gran peso, por lo que uno puede llevar a cabo su actividad en Barcelona y tener su asesoría en Cádiz.
Además, muchos de esos programas de facturación ponen facilidades para trabajar codo con codo con tu asesor, permitiéndole o bien descargar tu información contable o bien acceder a ella por la vía más fácil: trabajando directamente con la misma aplicación.
4. Entrevista a diferentes candidatos
Da pereza, sí. ¡Pero se trata de tu negocio! Así que sal a conocer a tus candidatos. Se trata no sólo de cerciorarte de que tu futuro asesor cumple con los criterios fundamentales de un profesional (competencia técnica y experiencia), sino de “conectar” con él.
Al fin y al cabo deberéis trabajar juntos, aunque sea a la distancia, que es como a veces funcionan mejor las grandes relaciones.
5. Divide las tareas y negocia las condiciones
Cada vez son más los pequeños empresarios que quieren conocer mejor la salud de su negocio y llevar la gestión de sus cuentas, por lo que la figura del asesor tradicional está evolucionando en una relación colaborativa.
Llevar tus facturas, gastos, pagos y cobros te hace conocer de primera mano la situación de tu negocio. Por lo que puedes dividir todas las tareas con tu asesor de modo que sea él quien te lleve los impuestos y te asesore sobre decisiones financiera. Está claro que a más implicación de tu asesor el presupuesto será mayor.
Por último, recuerda que un buen asesor puede ser un gran activo para tu negocio. Así que enfócalo como una inversión y no como un gasto.
