Estos dos expertos en motivación nos aconsejan tener en cuenta estas cinco claves:
Quédate con lo positivo. Recordar una conducta negativa y hablar sobre lo mucho mejor que ha llegado a ser una persona, no es constructivo para dar ánimos. Menciona sólo lo positivo, no la transformación.
De forma inmediata. Presta atención al presente y cuanto menos tiempo medie entre la acción en sí y el hecho de animar, mejor.
Da ánimos de forma cercana. Gran parte de los ánimos provienen del reconocimiento y la apreciación, y la mejor forma de demostrarlos es en el ambiente habitual y entre los iguales de la persona en cuestión (no en el despacho).
Reconoce un buen trabajo. Alentar comportamientos que refuercen valores o metas clave, o talentos personales, es una buena forma de dar pie a que se copien.
Comparte la experiencia. En muchos casos se da ánimos de arriba a abajo. Pero a veces el reconocimiento más efectivo proviene de los propios compañeros (son quienes mejor entienden las circunstancias con las que hay que lidiar).