Casi 850.000 millones de euros puede alcanzar el volumen total de la deuda española este año. Con respecto al PIB, supondrá entorno al 85%. Un endeudamiento que no se antoja muy alto comparado con el que tenían en 2011 otras economías europeas: Alemania (81,2%), Reino Unido (85,7%), Francia (85,8%) o Italia (120%).
A PERRO FLACO…
El problema comienza a ser el volumen de intereses que debemos pagar por nuestra deuda. Si las previsiones del Gobierno apuntaban a que este año supondrían 28.876 millones de euros (ver gráfico de la derecha), el desbocado ascenso de los intereses, según Société Générale, puede elevar la factura este año por encima de los 40.000 millones de euros (más del 4% del PIB).
Y lo peor es que los cálculos no presentan una mejoría para el futuro. Al ritmo actual, con un aumento anual de 100.000 millones de euros, y el préstamo para el rescate de los bancos, de 60.000 millones, el año que viene la deuda podría superar el billón de euros. Lo que, a los tipos actuales de financiación, elevaría el pago de los intereses a cerca del 5% del PIB. Una cifra similar a lo que el Estado espera recaudar/ahorrar hasta 2014 con las medidas anunciadas el 13 de julio.
¿POR QUÉ OTROS PUEDEN?
Frente a este progresivo estrangulamiento de nuestra capacidad para financiar nuestra deuda, en otros países, que también ven crecer su endeudamiento, se produce todo lo contrario. Por ejemplo, Alemania, cuya deuda ha superado este año los dos billones de euros, tiene que pagar el 1,247% de intereses por los bonos a 10 años; Reino Unido el 1,528% y Francia el 2,232% (España el 6,635%). Esto es así, gracias a que están recibiendo el capital que huye de los Estados con problemas financieros (ver OJO AL DATO). Es decir, que, una vez más, los males de unos sirven para aliviar a otros que les va bien.